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Oltra llama a la puerta del Palau con la bandera del valencianismo de las personas

28/05/2018 - 

ALICANTE. Mónica Oltra abre camino. Tres años después de la llegada de Compromís al Consell y a cientos de ayuntamientos de la Comunitat, la vicepresidenta de la Generalitat inicia la carrera a 356 días de las próximas municipales y autonómicas para tratar de comerle la tostada al PSPV y a Ximo Puig. Lo hace con un discurso que saca rédito de la gestión en las áreas sociales y que Oltra resumió como "el patriotismo de las personas". La punta de lanza, la renta de inclusión social, como ella misma se encargó de subrayar este domingo en Alicante, en el acto que la coalición viene organizando año tras año desde 2015 para celebrar el aniversario de lo que se dio en llamar los gobiernos del cambio (el PSPV, curiosamente, ha renunciado a rentabilizar la efeméride).

Al margen de las lógicas dosis de autoexaltación, de la crítica a la corrupción y de los lamentos por la pérdida del Gobierno de Alicante, en la cita quedó claro que Compromís quiere que Oltra ascienda un peldaño más para convertirse en la primera mujer en presidir la Generalitat. Con los pies en la tierra, eso sí. Conscientes de que "no va ser fácil", como dijo su coportavoz en les Corts, Mireia Mollà. Y sabedores de que, para gobernar, necesitan el respaldo de socios progresistas. Además de las estructuras ideológicas y sociales que puedan limitar la expansión de la marca Compromís, nadie es capaz de calcular el castigo electoral que puede imprimir la estrategia del PP sobre el plurilingüismo. De ahí que tanto Mollà, como Oltra o como el portavoz municipal en Alicante, Natxo Bellido, subrayasen que las alianzas con otras formaciones están funcionando en los ayuntamientos de Castellón, de València y en el propio Consell. Si el tripartito de Alicante había fracasado, dijeron, fue porque se antepusieron "intereses personales y partidistas", no porque los pactos no puedan funcionar. El modelo de mestizaje del Consell es el espejo en el que mirarse, se dijo. Por ello, como insistió Mollà, todos en Compromís deben mantener la "valentía" necesaria y seguir trabajando para procurar que el cambio continúe. 

Oltra compartió ese deseo y desplegó un mensaje de proximidad al que el resto del arco parlamentario autonómico haría bien en temer. Máxime porque, esta vez, además de camisetas y eslogan, la maquinaria está engrasada, se ha tocado poder y (además de bagaje y cierto balance) se tiene claro cuál es el color del adversario político al que se debe combatir: el calabaza de Ciudadanos (Cs), que no es el naranja de Compromís, como recalcó Oltra.  

Los mamporros al PP tras la detención de Zaplana y la sentencia de la Gürtel iban de suyo. No se los ahorró ninguno de los oradores, lo que levantó gritos de "¡Mafia! entre algunos de los asistentes. El portavoz de la coalición en la Diputación de Alicante, Gerard Fullana, como se esperaba, hiló sus embestidas con las denuncias sobre el reparto partidista de las subvenciones en la institución provincial y las amenazas que, insistió, habría sufrido algunos de los alcaldes de Compromís. El coportavoz de Verds-Equo y edil de Movilidad en València, Giuseppe Grezzi, aderezó sus golpes al PP con quejas por la infrafinanciación ("Somos vanguardia en políticas sostenible, a lo mejor por eso no quieren darnos más recursos", dijo). Su portavoz en el Congreso, Joan Baldoví, enlazó los ataques con la confirmación del respaldo a la moción de censura para apartar a la corrupción del Gobierno. También lo hizo el portavoz municipal de Compromís en el Ayuntamiento de Alicante, Natxo Bellido, que abundó en las similitudes entre la llegada al poder de Zaplana en Benidorm y de Luis Barcala en Alicante ("de rebote y a golpe de transfuguismo").


Sin embargo, como también era lógico, fue la propia Oltra quien se encargó de sentar las bases de la propuesta compromisaria. Después de corregir a la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, a cuenta de sus declaraciones sobre el inicio de la Reconquista por el sur, tras la recuperación de la Alcaldía de Alicante ("Isabel no se caracteriza por su prudencia, y de momento, lo que sí están conquistando son las plazas de Picassent, Fontcalent y Villena", dijo), la vicepresidenta cogió su propia bandera -la del valencianismo "de la gente, de las personas"-  para atizar con ella al líder de Cs, Albert Rivera. "La semana pasada entró en trance y dijo que sólo veía españoles; cuando uno sólo ve españoles no ve sus problemas, ni angustias, ni esperanzas, ni necesidades", recalcó. "Es curioso: los defensores del individualismo a ultranza, anulan el individualismo de las personas. Yo no creo en el individualismo, pero sí en un valencianismo que mira a la cara de todos al margen de cuál sea su color: verdes, morados, rojos, azules, naranjas", dijo.

Así, tiró de balance de gestión en las consellerias bajo el paraguas de la coalición (Bienestar, Educación, Economía, Transparencia y Medio Ambiente) como prueba de la coherencia de las promesas de Compromís entre los anuncios y las promesas del pasado, y sus decisiones en el presente: "Son valencianos todos los que viven aquí o que se tuvieron que ir. Valencianos son todos los que viven en esta tierra. Por eso las políticas sociales no tienen en cuenta el DNI ni el color, ni de donde viniste ni el idioma que hablas ni cómo te sientes; la renta valenciana de inclusión no exige tener DNI; por eso apostamos por la sanidad universal, porque un virus no entiende de banderas ni de fronteras. Hay valencianos diversos, sabemos que hay excluidos y empobrecidos, y empresarios que tienen dinero para vivir mil vidas, sabemos que hay grandes magnates y que tenemos kellys y aparadoras en Elche y que tienen trabajos precarios, por eso trabajamos en reducir la brecha salarial, también a las personas con salarios bajos. Hay más que valencianos, con problemas diversos", recalcó.

Y prosiguió: "Muchos padres, cuando llegaba septiembre, no podían comprar los libros, por eso hoy, tres años después, ningún niño se queda sin libros, se los garantiza Xarxa Llibres. Por eso implantamos un copago compensado. Por eso el IRPF ha bajado para más de un millón de valencianos y ha subido para 50.000 valencianos que tienen las rentas más altas, porque eso es redistribuir riqueza. Barracones, eliminaremos en este mandato los de los centros que están íntegramente en ellos y en la siguiente, el resto", señaló, al asegurar que ya se estaba trabajando en la programación del próximo mandato. 

"También vimos que hay valencianos con casa y sin casa. Por eso aprobamos la Ley de Función Social de la Vivienda, que el Gobierno tiene recurrida en el Constitucional. En dependencia, cuando llegamos había 46.000 personas en lista de espera, ahora 21.000. El objetivo de estos peligrosos subversivos, es cumplir la Ley de Dependencia al final del mandato. Qué subversivo y peligroso es eso. Lo que tengo claro es que entre cumplir la ley de estabilidad y la de dependencia, elijo la dependencia", enfatizó.           

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