CONFERENCIA SOBRE LA CRISIS CLIMÁTICA EN CASA MEDITERRÁNEO

Aceytuno: "Tenemos que aprender a usar la naturaleza para favorecer nuestra existencia"

11/12/2019 - 

ALICANTE. "Hablamos de clima o de temperatura, pero casi no mencionamos a la naturaleza, cuando es un libro abierto que nos expone el clima que vendrá. Una especie predice lo que va a suceder antes que un modelo matemático". Con un discurso que defiende la naturaleza como lo que sostiene al ser humano en la tierra, la bióloga y premio Nacional de Medioambiente Mónica Fernández-Aceytuno expone la que supone una solución evidente contra el cambio climático: "Es necesario ahondar en la investigación biológica y de la naturaleza; no podemos quedarnos solo en la física, en los modelos de predicción, que es donde estamos ahora. Apoyamos constantemente las soluciones tecnológicas, pero tenemos que cambiar de la era industrial a la tecnológica y dar un paso más hacia la era de la naturaleza, que es la que nos va a dar la solución", repite.

La divulgadora y también escritora dará una charla hoy, miércoles 11 de diciembre, en Casa Mediterráneo, en el contexto de la crisis climática en el Mediterráneo. Un coloquio -Observaciones del cambio climático en la naturaleza- que pretende poner en boca de todas las personas la naturaleza, a través de "una invitación a observarla, porque es la gran ausente. En la Cumbre del Clima (COP25, Madrid) hemos oído acerca del cambio climático, pero no sobre la naturaleza; yo no hablaría sobre crisis climática, sino sobre crisis de la naturaleza", matiza.

El escaso resultado mediático que obtiene el tema en comparación con el asunto climático se traduce en "solo un 3% de presupuesto destinado a la naturaleza", informa Fernández, quien avisa de que, aunque la tecnología también es necesaria, "este no puede ser un asunto de grados centígrados ni de metros de mar, sino de la naturaleza sobre la tierra. Se ha demostrado que las soluciones más eficaces para combatir el cambio climático son las relacionadas con la naturaleza: el cambio de usos de cultivo, la captación a través de microalgas... Aquí lo que resuelve es el saber, la investigación biológica, y para eso resulta necesario invertir. Sin embargo, estamos apostando más por el lado de la ingeniería, de lo industrial o de las políticas", recrimina.

La emergencia climática no constituye una realidad lejana, sino que ya azota la zona mediterránea, siendo el Mar Menor uno de los recientes afectados. "Estas aguas se han convertido en una sopa verde, en un desierto de los fondos marinos a los que se ha arrebatado la posidonia. Si se hubiera tenido conocimiento de la naturaleza, el Mar Menor hubiera dado un resultado distinto al que estamos viendo. Y esto ya marca el inicio de situaciones que nos pueden suceder, porque el Mar Menor es una miniatura del Mediterráneo", vaticina la bióloga. Además, garantiza que las medusas en aquella zona predijeron lo que estaba pasando, "porque aunque todo el mundo se quejaba de que hubiera muchas, estaban en ese mar porque se alimentan de los restos orgánicos que provienen de los edificios que han construido allí o de los nitratos que llegan de la agricultura", interpreta.

La anticipación de las medusas significó una clara señal que -parece ser- se obvió, por lo que Fernández aconseja "observar las especies y la naturaleza, quienes nos pueden proporcionar muchísima información. Tanta como que una ola de desierto está avanzando hacia la Península Ibérica. Esto, a lo mejor, se puede combatir poniendo barreras verdes, cipreses, por ejemplo, que aguantan altas temperaturas y son resistentes a los incendios. O volver a las bacterias -que fueron las que aportaron oxígeno a la atmósfera para que las especies pudiéramos desarrollarnos- para revertir la situación y que capten desde el suelo el CO2, lo cual ya es posible cambiando los sistemas de cultivo", aporta soluciones extraídas del mundo natural. Lo que lleva a la divulgadora a anunciar que "tenemos que aprender a utilizar la naturaleza para favorecer nuestra existencia sobre la tierra".

Por su parte, Fernández-Aceytuno tilda de "absurda", la lucha constante entre las empresas y los consumidores por echarse la culpa y recomienda lo contrario, "ver qué ha pasado, asumir la responsabilidad y tratar de solucionarlo, ya que nadie queremos un mundo, no como el que vamos a dejar a nuestra descendencia, sino como el que tenemos ahora mismo". Dentro de el análisis por encontrar la responsabilidad que cada persona tiene en el cambio climático, la bióloga menciona que le gusta la labor que está llevando a cabo la activista Greta Thunberg, "porque está dando ejemplo. Lo mejor que ha hecho es venir en barco, no porque sea la opción válida, sino porque ha dado ejemplo, que es lo que tenemos que hacer cada uno en nuestro ámbito", comparte.

Además, muestra una realidad casi invisibilizada: "Tenemos un barco encallado, el Blue Star, en una ría que es Reserva de la Biosfera. Dicen que han vaciado los tanques, pero alrededor se puede ver algo flotando. Se me parte el alma al verlo, porque ahí es donde yo baño a mi nieta". Es, precisamente, su nieta el objeto del último libro de la también escritora, Las 104 palabras más hermosas de la Naturaleza, una especie de herencia que publicó en Amazon en noviembre y que incluye "muchas experiencias, viajes, observaciones y vivencias que no quería que se perdieran para que las tuviera mi nieta. No es un diccionario de naturaleza al 100%, porque siempre digo que hay una tercera rama entre las ciencias y las letras, que es donde anidan los pájaros", muestra la faceta poética que también guardan sus libros. Y apunta que, de todas ellas, la palabra de esta particular enciclopedia con la que se quedaría sería "agua, con la definición de cuna de la vida".

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