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su tesis doctoral se centra en la gestión del riesgo de inundaciones

Esther Sánchez (UA): "Una sociedad bien educada y consciente puede reducir los impactos de una Dana"

6/01/2025 - 

ALICANTE. Esther Sánchez Almodóvar es doctora en Geografía. Actualmente es profesora sustituta en el departamento del Análisis Geográfico Regional y Geografía Física de la Universidad de Alicante. Máster en Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanza de Idiomas (2021), Máster en Planificación y Gestión de Riesgos Naturales (2018), Graduada en Geografía y Ordenación del Territorio (2017) por la UA, Sánchez ha sido becaria predoctoral (FPU) en el Laboratorio de Climatología del Instituto Interuniversitario de Geografía en la Universidad de Alicante, desde enero 2020 hasta mayo de 2023, donde ha desarrollado su tesis doctoral Experiencias de gestión del riesgo de inundación: acciones desde la adaptación y resiliencia al cambio climático en la provincia de Alicante, que ha sido premiada por el Consejo Económico y Social de la Comunitat Valenciana y por la Cátedra de Cambio Climático de la UPV.  En la actualidad, centra su investigación en varias temáticas geográficas como el estudio del proceso actual de cambio climático, la climatología aplicada en el análisis temporal y espacial de eventos extremos y los patrones sinópticos más recurrentes en su desarrollo; los riesgos naturales con el análisis-diagnóstico de eventos de inundación; el estudio de la gestión de recursos hídricos no convencionales y el aprovechamiento conjunto de aguas residuales y pluviales. Alicante Plaza ha mantenido una conversación con ella para conocer su diagnóstico actual sobre el cambio climático y los efectos de la Dana de Valencia.

-¿Qué aborda en su tesis?

-La tesis doctoral aborda las experiencias de gestión del riesgo de inundación en diferentes casos de estudio en la provincia de Alicante, desde la perspectiva de la adaptación y resiliencia frente al cambio climático. Para ello, se estudian los eventos meteorológicos extremos de precipitación y sus efectos, se analizan medidas de adaptación implementadas en áreas urbanas, resaltando la importancia de las estrategias sostenibles como los Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUDS) y las Soluciones Basadas en la Naturaleza (SbN) para mitigar el impacto de las inundaciones en áreas urbanas, y se plantea la educación y la divulgación científica como instrumento clave para fomentar la resiliencia social ante los efectos del cambio climático.

"Lamentablemente no he recibido interés por parte de políticos o técnicos por mi tesis, que ha logrado cuatro distinciones"

-Ha recibido ya varias distinciones. ¿Algún político o técnico se ha interesado por ella? 

Mi tesis ha recibido hasta el momento cuatro distinciones, todas otorgadas por organismos y universidades públicas, lo cual valoro enormemente. Sin embargo, hasta ahora, lamentablemente no he recibido interés por parte de políticos o técnicos. Espero que en el futuro este trabajo pueda contribuir al desarrollo de políticas y acciones más resilientes frente al cambio climático, ya que está diseñado precisamente con ese objetivo.

-¿Debemos estar ya acostumbrados a las Danas y a sus efectos?

-Las danas son un fenómeno meteorológico característico del área mediterránea y, por tanto, propio de la zona en la que vivimos. Más que 'acostumbrarnos' a ellas, deberíamos estar educados y concienciados sobre sus efectos. Es importante entender que una Dana no es sinónimo de catástrofe ni de inundación; aunque en ocasiones puede generar estos eventos, sus consecuencias dependen de factores como la intensidad de las precipitaciones, la gestión del territorio y las infraestructuras disponibles. La clave está en la preparación y la adopción de medidas para mitigar sus impactos y proteger a la población. Por ello, en la tesis doctoral se ha querido enfatizar en la necesidad de educar y concienciar a la población en esta materia.

 -¿Qué lección debemos extraer de la Dana de Valencia? 

-La Dana de Valencia nos deja importantes lecciones sobre las deficiencias en la gestión de eventos extraordinarios como este. En primer lugar, quedó claro que no estamos técnicamente preparados desde la administración pública para hacer frente a fenómenos de esta magnitud. Los protocolos de avisos fallaron a todos los niveles administrativos, lo que dificultó una respuesta coordinada y efectiva. Esto pone de manifiesto la urgente necesidad de reforzar los sistemas de alerta temprana y establecer planes de acción más claros y operativos. Además, es evidente que todavía queda mucho por invertir en prevención, gestión de emergencias y educación sobre el riesgo. La población no reconoce adecuadamente los avisos meteorológicos ni tiene el conocimiento necesario para actuar ante una emergencia por inundación. Esto refleja una carencia de formación básica que debería estar presente en las escuelas, especialmente en regiones con un alto nivel de riesgo.

"La población no reconoce adecuadamente los avisos meteorológicos ni tiene el conocimiento necesario para actuar ante una emergencia por inundación"

Es imprescindible que, desde edades tempranas, se impartan conocimientos sobre cómo interpretar alertas meteorológicas, cómo actuar en situaciones de emergencia y cómo contribuir a la seguridad colectiva. Solo con una población educada y consciente podremos complementar las infraestructuras y los planes de emergencia, reduciendo significativamente los impactos de eventos como la Dana.


-¿La magnitud de una Dana la marca la cantidad de agua registrada o los
efectos que genera?
 

-La magnitud de una Dana no solo está marcada por la cantidad de agua registrada, sino también por los efectos que genera sobre la población. Los eventos más recordados son aquellos que causan mayores impactos humanos, sociales y económicos, aunque estos suelen coincidir con los que presentan volúmenes de precipitación extremos. En el caso de la Dana de Valencia, será recordada tanto por los devastadores efectos que tuvo, incluyendo la pérdida de vidas humanas, como por los datos de precipitación registrados, que destacaron por su intensidad y acumulación en periodos de tiempo muy cortos.En el litoral mediterráneo, la precipitación es especialmente compleja debido a su alta variabilidad tanto espacial como temporal. Esto significa que, en distancias relativamente cortas, se pueden registrar diferencias significativas en la cantidad de lluvia caída, y que estas precipitaciones suelen concentrarse en eventos de corta duración pero con gran intensidad. Este comportamiento hace crucial el estudio de la intensidad y distribución de la precipitación para mejorar los modelos predictivos, adaptar las infraestructuras, y desarrollar estrategias que minimicen los impactos en la población. Comprender la relación entre el volumen de precipitación y los efectos generados permitirá una mejor preparación ante futuras danas, que serán cada vez más frecuentes e intensas debido al cambio climático.

"Comprender la relación entre el volumen de precipitación y los efectos generados permitirá una mejor preparación ante futuras DANAs"

-Lo construido, construido está. Pero ¿qué pueden hacer las autoridades
para minimizar impactos?
 

-Lo construido, construido está, pero las autoridades tienen un papel crucial en minimizar los impactos, especialmente invirtiendo en prevención. La prioridad debe ser evitar pérdidas humanas, lo que requiere que la población conozca el riesgo del área donde vive y sepa cómo actuar en caso de emergencia. Para ello, es fundamental mejorar los sistemas de alerta temprana y los protocolos de comunicación a la ciudadanía. En este momento, más que centrarnos en grandes infraestructuras, pondría un mayor énfasis en preparar e informar a la población, ya que una sociedad bien educada y consciente puede reducir significativamente los impactos. Aunque siempre habrá pérdidas económicas, una buena preparación puede salvar vidas y mitigar daños.


-¿Conviene, como hizo Ontinyent, eliminar inmuebles que se inundan casi
siempre y que están muy cerca de los cauces?

-Considero que sí, eliminar inmuebles que se inundan recurrentemente y están demasiado cerca de los cauces puede ser una medida drástica y, sin duda, poco popular, pero también es de las más efectivas. A largo plazo, este tipo de actuaciones demuestra sus beneficios al minimizar riesgos y proteger tanto a las personas como al territorio. Los barrancos y las ramblas son espacios vivos y dinámicos; alterarlos, artificializarlos o restringirlos puede generar problemas mayores en el futuro, como el aumento de las inundaciones o el deterioro ambiental. Por ello, es fundamental respetar su naturaleza y garantizar su funcionamiento adecuado como elementos esenciales del ciclo hidrológico.

-¿Las obras de cauces, ríos y bancos no cunden mucho?

-No, las obras en cauces, ríos y barrancos no deberían ser consideradas como la 'estrella' en la gestión del riesgo de inundación. Encauzar una arteria fluvial puede disminuir la capacidad de infiltración del terreno, que ya es limitada, y aumentar la velocidad del caudal, lo que incrementa el peligro y el riesgo aguas abajo. Un ejemplo claro es la Dana de Valencia, donde las imágenes satelitales posteriores muestran cómo el cauce del río Turia pudo funcionar como barrera, protegiendo a la ciudad de Valencia, pero intensificando la inundación en su margen derecha. 

"La vegetación en los cauces es beneficiosa durante las crecidas, ya que actúa como un freno natural, ralentizando el flujo del agua y reduciendo su energía, lo que disminuye el riesgo aguas abajo". 

-¿Qué efectos tiene la limpieza de los barrancos...por qué hay varias
teorías al respecto. ¿Mejor limpiarlos o no? 

-El impacto de la limpieza de barrancos depende de lo que entendamos por 'limpiar'. Si nos referimos a retirar basura, escombros u obstáculos artificiales, entonces sí, es una medida necesaria y positiva, ya que evita obstrucciones que pueden agravar el riesgo de inundaciones. Sin embargo, si la limpieza implica eliminar vegetación o sedimentos naturales, esto puede ser contraproducente. La vegetación en los cauces es beneficiosa durante las crecidas, ya que actúa como un freno natural, ralentizando el flujo del agua y reduciendo su energía, lo que disminuye el riesgo aguas abajo. Por tanto, es fundamental equilibrar estas intervenciones, preservando los elementos naturales del cauce que contribuyen a su estabilidad y funcionalidad.

Esther Sánchez, en la defensa de su tesis, con sus directores.


-¿Qué medidas de compensación o amortiguación propones? 

-En el caso de mi investigación, centrada principalmente en las inundaciones urbanas, propongo medidas de compensación y amortiguación con un enfoque sostenible, como los Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUDS) y las Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN). Los SUDS permiten gestionar el agua de lluvia de forma más eficiente, favoreciendo la infiltración y la retención del agua en lugar de su rápida evacuación, lo que reduce tanto el riesgo de inundaciones como el impacto en las infraestructuras. Por su parte, las SBN, como la creación de zonas verdes inundables o el uso de vegetación autóctona, no solo ayudan a mitigar los efectos de las crecidas, sino que también mejoran la calidad del entorno urbano, generan biodiversidad y combaten fenómenos como las islas de calor.

"La provincia de Alicante está liderando con soluciones sostenibles y adaptativas frente al riesgo de inundaciones, marcando un camino a seguir para otras regiones"

-Qué ciudad o municipio ha adoptado medidas que se han demostrado exitosas antes las inundaciones... 

-Un ejemplo destacado de éxito a nivel internacional es el parque inundable de La Marjal, en la ciudad de Alicante. Este proyecto innovador combina un espacio recreativo con un sistema eficiente de retención y gestión de aguas pluviales, demostrando ser una solución efectiva para mitigar inundaciones urbanas.En la comarca de la Vega Baja, tras la Dana de 2019, se implementaron diversas actuaciones dentro del Plan Vega Renhace, destinadas a adaptar el territorio al riesgo de inundaciones. Entre los casos más relevantes se encuentran el parque El Recorral de Roajales, diseñado para reducir el impacto de lluvias torrenciales mediante soluciones sostenibles; el estanque artificial de San Fulgencio, que actúa como depósito de retención temporal para evitar desbordamientos, o la zanja filtrante del Parque Europa, en Daya Nueva, que favorece la infiltración controlada del agua y recarga acuíferos. Recientemente, el municipio de Torrevieja ha apostado por construir balsas laminadas y un parque inundable en Torreta Florida, integrando infraestructuras hidráulicas con el paisaje urbano. Por su parte, Benidorm está trabajando en proyectos que, aunque no se han ejecutado todavía, reflejan un especial interés por implementar soluciones innovadoras.  Estas iniciativas en Alicante, Rojales, San Fulgencio, Daya Nueva, Torrevieja y Benidorm demuestran que la provincia de Alicante está liderando con soluciones sostenibles y adaptativas frente al riesgo de inundaciones, marcando un camino a seguir para otras regiones.

-¿En la Vega Baja, tras la dana de 2019, se propusieron corredores verdes que generaron rechazo? 

-Estas iniciativas han generado rechazo en algunos municipios debido a la percepción de que estas áreas podrían convertirse en "zonas de sacrificio" donde se priorizaría la contención de agua frente al desarrollo económico y social local. A pesar de esta oposición, es contradictorio que muchos de estos municipios continúan impulsando desarrollos urbanísticos en zonas protegidas o en áreas identificadas como de alta peligrosidad de inundación, ignorando tanto las recomendaciones técnicas como las restricciones legales. Estas decisiones no solo aumentan la vulnerabilidad de la población y el entorno construido, sino que también dificultan la implementación de soluciones integrales al problema de las inundaciones. Los corredores verdes no deben verse como un obstáculo, sino como una oportunidad estratégica que, además de mitigar el riesgo hídrico, aporta beneficios ecológicos, económicos y sociales. Integrar estas soluciones con un enfoque de ordenación territorial responsable podría permitir un desarrollo más seguro y resiliente, evitando los errores del pasado que han agravado los riesgos en la región. Por lo tanto, la clave está en fomentar un diálogo entre las administraciones, los técnicos y la ciudadanía, que permita conciliar los intereses de desarrollo con la necesidad urgente de adaptarse a los retos del cambio climático y los riesgos inherentes al territorio.

"Aunque las lluvias torrenciales son un desafío, con planificación y buenas infraestructuras, es posible transformar estos episodios en una fuente sostenible de agua"

-Nos quejamos de que llueve poco, y cuando llueve, lo hace en grandes cantidades ¿Qué se puede hacer con ese agua?

-Cuando llueve de manera torrencial, el agua que cae en grandes cantidades puede representar tanto un riesgo como una oportunidad, dependiendo de si estamos preparados y contamos con la infraestructura adecuada. Si gestionamos correctamente esta agua, podemos convertirla en un recurso valioso para múltiples usos. Lo primero es asegurarnos de que disponemos de sistemas eficaces para recoger y almacenar el agua de lluvia. Infraestructuras como parques inundables, balsas laminadas y estanques artificiales pueden servir para retener temporalmente el agua y evitar inundaciones. Una vez almacenada, esta agua puede ser tratada y reintegrada al ciclo hídrico urbano, para su uso en riego de espacios públicos, limpieza urbana o incluso como agua potable tras un proceso de potabilización. Además, esta agua representa una oportunidad para la actividad agrícola, especialmente en regiones como la Vega Baja, donde el agua es un recurso crucial. Sistemas como las balsas de almacenamiento agrícola pueden garantizar el suministro en épocas de sequía, ayudando a optimizar el uso de un recurso que suele ser escaso. Por tanto, aunque las lluvias torrenciales son un desafío, con planificación y buenas infraestructuras, es posible transformar estos episodios en una fuente sostenible de agua, contribuyendo tanto a la seguridad hídrica como al desarrollo de las actividades urbanas y agrícolas.


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