VALÈNCIA. La Generalitat Valenciana consuma su plan y aprueba este lunes, en el pleno del Consell, el decreto que elimina los impuestos 'verdes' que incluía la Ley de Cambio Climático del anterior Consell del Botànic, como avanzó este diario este fin de semana. Concretamente, se trata de un gravamen sobre las emisiones de dióxido de carbono de los vehículos de tracción mecánica; otro sobre la emisión de gases de efecto invernadero; y uno ambiental sobre grandes establecimientos comerciales.
El nuevo texto legislativo era importante que se aprobara debe antes de que finalice el año o, de lo contrario, el 1 de enero de 2025 estos gravámenes entrarán en vigor. Por ello, se ha estado trabajando sin descanso para conseguir sacarlo adelante antes de que culmine este ejercicio. Y, aunque ha sido 'in extremis', dado que quedan pocas semanas para despedir al 2024, pero la norma ya está aprobada para cumplir con el compromiso de Carlos Mazón.
La intención es que esta normativa salga adelante en el próximo pleno del Consell, fijado para el lunes 23 de diciembre, según ha podido saber este diario. Así está ya fijado. En caso de que pueda suceder algún contratiempo de última hora irá al del día 30 de diciembre. No hay otra opción o entrarán en vigor. En cualquier caso, las mismas fuentes aseguran que el texto está ya en la casilla de salida para recibir luz verde por parte del gobierno autonómico.
En concreto, son tres impuestos los que se van a eliminar. Por un lado, está el que grava las emisiones de dióxido de carbono de los vehículos de tracción mecánica iba a gravar las emisiones de CO2 que produzcan aquellos vehículos de motor matriculados a partir de 2023. En segundo lugar, el que afectaba a las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por las actividades económicas concernía directamente a la industria cerámica, uno de los principales sectores económicos de la Comunitat Valenciana. Su finalidad era reducir la emisión de gases contaminantes incentivando la adopción de medidas que optimicen el desempeño medioambiental de los procesos, así como la mejora de la calidad del aire.
Y, por último, estaba el impuesto para grandes establecimientos comerciales –a partir de 2.500 metros cuadrados–, dirigido a locales con fines de ocio, hostelería o espectáculos, ya que, por su efecto de atracción al consumo, provocan un desplazamiento de vehículos