SAN VICENTE DEL RASPEIG. Si la pandemia ocasionada por la covid-19 se ha convertido en monotema durante meses, en la misma conversación no han escaseado las palabras confinamiento, vacuna o mascarilla. Un complemento -este último- que se ha convertido en tendencia forzosa esta temporada como medida de prevención frente a la transmisión del virus. Aunque la sociedad española aún está en proceso de tomar su uso como costumbre, diversas empresas continúan adaptando las mascarillas a las necesidades de sus usuarios y usuarias. Por ejemplo, en lo que respecta a las personas con audición disminuida, quienes tienen dificultades comunicativas al no poder leer los labios.
Para aportar una solución, la empresa sanvicentera MasksEpi está fabricando mascarillas transparentes pensadas para que las personas sordas puedan entender al interlocutor sin nada que bloquee los labios de quien habla. "La idea nació porque tengo amigos sordos y me contaron el problema que les suponía no poder leer los labios para comunicarse. Así que decidimos empezar a fabricar mascarillas transparentes para que no se pierda la expresión de la cara", cuenta el embrión del proyecto Isidro García, precursor de la idea junto con Juan Carlos Mira.
Pese a que nunca antes habían fabricado mascarillas -ni siquiera de tipo convencional-, ambos trabajan "en el mundo de los moldes y la inyección" -cuenta-, por lo que poseían ciertas herramientas y conocimientos para poder llevar adelante la idea. Un proyecto que empezaron a pensar en marzo y, según comenta García, "tardamos dos meses en desarrollar y finalizar, porque resulta difícil inyectar la transparencia, los materiales y el filtro".
Y es que la mascarilla está fabricada con polipropileno de alta densidad, "un material tan blando que resultaba complicado inyectar", explica. La base de la mascarilla se puede reutilizar y lavar y va equipada con un filtro de cinco capas IIR desechable. Además de ser transparentes, otra de las característica del producto que García destaca es que "es muy blandita, un requisito importante para que la sensación de la cara sea cómoda".
Hasta el momento, MasksEpi ha producido alrededor de 3.500 mascarillas, pero García apunta que este dato se debe a que "hasta hace 15 día no pudimos empezar a comercializarlas, ya que tardamos mucho desde que tuvimos la idea hasta desarrollar los moldes sacando la calidad requerida", insiste. Y garantiza que "están teniendo muy buena aceptación", aunque sitúa como asignatura pendiente la comunicación, "ya que la gente no conoce que existe una mascarilla trasparente", razona.
Las mascarillas se veden de manera online a través de la página web de MasksEpi y se realizan envíos a toda Europa: "Hemos vendido a Reino Unido, Bélgica e Italia", enumera. Sin embargo, existen personas que todavía se mantienen reacias a la compra por Internet, por lo que García adelanta que la empresa se encuentra "negociando con varias cadenas para que incluyan nuestras mascarillas en sus lineales. Esto permitirá que la clientela las pueda ver de manera física y adquirir en su tienda habitual".
A partir de enero, los clubes de San Vicente podrán empezar a utilizar las instalaciones para sus entrenamientos.