VALÈNCIA. El próximo mes de octubre Valencia acogerá el 40º Congreso Federal del PSOE. Una cita que dará paso a los procesos autonómicos que deberán acometerse antes de 2022, por lo que el el president de la Generalitat y líder de los socialistas valencianos, Ximo Puig, se enfrentará al cónclave de su reelección a finales de este ejercicio y, probablemente, todavía con un ojo puesto en la evolución de la pandemia.
Valencia Plaza se reúne con el vicesecretario general del PSPV para hablar de esta cita para los socialistas, de la continuidad de Puig al frente del partido y de las relaciones entre la dirección autonómica y nacional de la formación.
"NUNCA ES DESCARTABLE UN ADELANTO ELECTORAL, PERO OJALÁ EL GOBIERNO DE ESPAÑA Y EL VALENCIANO LLEGUEMOS AL FINAL DEL MANDATO"
-¿Cree que podemos volver a ver un adelanto electoral aquí en la Comunidad Valenciana?
-Es poco probable. Nosotros en realidad hemos pasado a ser como la Andalucía del PSOE de Felipe González. Es verdad que el haber unido nuestro destino con el Gobierno de España hace pensar que si allí hay un escenario de adelanto electoral, aquí también va a ser determinante. Bueno, pues será un elemento a reflexionar, pero yo creo que mientras esto funcione como funciona...
-Si Sánchez adelanta elecciones, entonces...
-Eso podría generar alguna duda, pero yo creo que no. Aquí debemos preocuparnos por trabajar cada día y que las cosas funcionen bien.
-Pero no es descartable.
-No hay nada descartable nunca. Pero sí que es verdad que nosotros estamos en una muy buena situación y yo creo que el Gobierno de España también está bien. Ojalá lleguemos los dos al final del mandato.
-¿Ve oportuno que Puig dedique una parte importante de sus intervenciones o de su mensaje a confrontar con la gestión de Ayuso después de lo que ocurrió aquí tras las vacaciones navideñas?
-Es que son dos modelos. El problema de la pandemia es que no acabamos de saber muy bien el porqué se producen las cosas. Fuimos la comunidad autónoma que más restricciones pusimos de España y tuvimos un crecimiento de contagios más grande. Y ahora somos la autonomía que mejores cifras tiene. Yo creo que tiene que ver con el comportamiento colectivo, la gente aquí se ha portado muy bien y se ha dado cuenta de lo que suponía. Y el modelo de Madrid yo creo que es confrontable, claro que lo es. Hay otra cosa que no se ve: aquí se está dando mucho dinero a muchos sectores con sacrificio de otros para poder afrontar eso. Sin embargo, el modelo de Madrid es muy peculiar porque tú no puedes convertirte en Las Vegas de Europa. Eso alguien lo tendrá que pensar en algún momento, porque al final la responsabilidad está con los madrileños.
-Hace unos días, la reunión del president Puig con Janssen despertó un importante malestar en Moncloa. ¿Cree que este tipo de detalles pueden afectar a Puig de cara al congreso del PSPV?
-Le confieso una y mil veces que he intentado averiguar quién tenía el malestar y yo no lo he encontrado. Aquí hay mucha gente que habla en nombre de Moncloa o no sé qué, pero yo no lo sé.
-¿Quién?
-Pues alguien lo diría, pero la verdad es que el presidente Puig la semana de antes se había reunido con AstraZeneca, y luego lo hizo con Janssen. Se reúne con todas las farmacéuticas y salió a hablar también después de la reunión con AstraZeneca. Lo que pasa es que de aquella reunión se sale con el titular de "Janssen nos garantiza dos millones de vacunas". Cuando en realidad lo que sí que le garantizó el responsable de Janssen era que ellos iban a suministrar 200 millones a la Unión Europea, que de esos 200 un total de 20 eran para España, y harían los cálculos de que aquí corresponderían 2 millones. La obligación suya es hablar con las farmacéuticas, y tanto, y eso no puede generar malestar en nadie. Los críticos con eso vendieron que el presidente Puig estaba negociando con Janssen la compra de 2 millones de vacunas, cosa que no ha hecho nadie en Europa. Eso no era cierto. Él no había negociado ninguna compra, fue más un error de interpretación que otra cosa.
-¿Qué pasará si Puig no sigue al frente del PSPV?
-No sé lo que pasará, pero estoy convencido de que seguirá al frente del PSPV. No veo ningún otro escenario.
-¿Cree que su credibilidad se ve afectada cuando dice que no se va a volver a presentar y pasados los años decide que sí va a volver a hacerlo?
-Creo que cambiar de opinión es lo más sano que hay en el mundo. Y cambiar de opinión en ese caso es un servicio que le hace al PSPV. El presidente Puig es un factor de estabilidad interna; ha ganado dos elecciones y llevábamos 20 años sin ganar ninguna. Ganamos las elecciones del Parlamento Europeo, las generales, las autonómicas... Creo que no solo tiene todo el derecho, sino que los socialistas estamos muy cómodos con el liderazgo de Puig.
-¿Ábalos también está cómodo?
-¡Claro que sí! Es ministro del Gobierno de España, secretario de Organización, y es del PSPV.
-Lo dice como si fuese gracias a Puig.
-Yo creo que se magnifican cosas que no tienen nada que ver. La relación de Puig con Ábalos es excelente. A Ábalos lo conocemos Ximo Puig y yo desde hace más de 35 años. Yo he sido concejal y él estaba entonces de secretario local de Valencia. Y cada vez que se le pide cualquier cosa, lo hace. La confección de las listas aquí, por ejemplo, fue super tranquila. Él era presidente de la confección de listas nacional y yo presidente de la confección de listas autonómica. Ábalos resuelve los problemas y la elección de la Comunidad Valenciana para celebrar el congreso Federal no es ajena a Ábalos, que es secretario de Organización y organiza los congresos. Si alguien intenta marear, pincha en hueso porque la relación entre ellos es muy buena.
-¿Usted se ve como candidato a la Alcaldía de Valencia?
-No. Ni me veo yo ni me verá usted.
-¿Su futuro pasa más por volver a su profesión o por la política cuando termine esta legislatura?
-Mi profesión siempre estará ahí. No sé cuál será mi futuro en el espacio político, creo que ya he sido todo lo que quería ser.
-¿No hay ningún puesto al que diga: a esto no puedo renunciar?
-No. Creo que mi vanidad, mi capacidad propositiva, mi cambio de las cosas, lo he saciado ampliamente estando en el sitio que estaba. No tengo ninguna ambición personal en política. No me resulta atractiva tampoco ninguna cosa concreta. Intento ayudar y la verdad es que me lo paso bien.
-Hace un par de años le parecía atractiva Europa.
-Hombre, sí, eso siempre me atrae, pero es cada cinco años. Me parece un sitio atractivo, estuve hace 30 años y siempre he pensado en volver. Pero claro, en las próximas elecciones tendré 64 años y la verdad es que caminamos hacia la gerontocracia, con Biden y demás, pero no sé. (Risas).