ALICANTE. La crisis del coronavirus ha golpeado especialmente a la provincia de Alicante, dado que los sectores preponderantes en la economía alicantina son los relacionados con el turismo y la interacción social de las personas, que es precisamente lo que más se ha restringido. Hasta el punto de que la caída de la actividad económica en la mayoría de indicadores es más acusada (al cierre del segundo trimestre, cuando hay que tener en cuenta que estaba vigente el confinamiento) que en el peor año de la crisis financiera e inmobiliaria de 2008. No obstante, la pandemia no debe tapar dos problemas endémicos de la provincia que ya estaban ahí antes.
Tal como destacó este martes el vicepresidente del Instituto de Estudios Económicos de Alicante (Ineca), Antonio Fernández, en la presentación del informe de coyuntura del instituto sobre el segundo trimestre, "la pandemia nos ha permitido conocer nuestras debilidades, y es que tenemos un problema estructural de desempleo que no se ha resuelto, y unos salarios bajos". Por contra, Fernández puso de relieve las fortalezas que ha descubierto la provincia con el coronavirus, "unas empresas familiares resilientes y una fuerte diversificación sectorial, aunque con una gran dependencia del turismo".
En cuanto al problema del paro, al cierre del segundo trimestre del año la provincia sumaba 185.578 parados registrados, 45.847 personas más que en junio de 2019 (un incremento del 32,8%). Pero es que el último mes antes de que estallase la pandemia, en febrero, la provincia ya contaba 150.327 personas desempleadas, casi 11.000 más que en junio de 2019 (un 7% de incremento en ese periodo). El dato del segundo trimestre supone que cinco de cada cien parados de España está en la provincia de Alicante. Según la Encuesta de Población Activa (EPA), la provincia cerró junio de 2020 con un 18,4% de paro, pero es que en diciembre de 2019, tres meses antes de la pandemia, el dato ya era del 15,68%, en una fase de teórico crecimiento.
Al respecto, el director de Estudios de Ineca, Francisco Llopis, incidió durante la presentación del informe en que "el alto índice de paro nos obliga a mantenerlo como la máxima prioridad social de la provincia, que deben ser tenidas en cuenta en las medidas políticas". El director de Estudios explicó que el próximo informe recogerá mejor el alcance de la crisis, al haberse recuperado la movilidad y la actividad productiva, y se comprobará la resistencia del tejido empresarial tras varios meses sometidos a presión.
En cualquier caso, y aunque el trimestre estuvo muy condicionado por el confinamiento, no hay que perder de vista que el indicador Ineca (que sintetiza en un dato la situación socioeconómica de la provincia) refleja para el periodo "el peor resultado de la serie que iniciamos en el año 2008. Ni en los peores momentos de la anterior crisis, el indicador mostró un retroceso tan negativo". En aquella ocasión los valores negativos tuvieron su mínimo con una puntuación de -8,3 en el primer trimestre del 2009. En la actualidad, el indicador muestra un valor de -16,1.
"Con estos valores es fácil comprender que el alcance de esta crisis es más intenso que la anterior, y aún desconocemos cuál será el alcance definitivo y su posible extensión temporal", argumentó Llopis, quien indicó que la provincia de Alicante "retrocede hasta los valores que mostraba en el año 2015, cuando empezábamos a recuperarnos de la anterior crisis. Hemos vuelto a la casilla de salida". Llopis agregó que esta situación es común al resto de territorios, por lo que los esfuerzos que se realicen a partir de ahora deben permitir a las empresas alicantinas tomar ventaja respecto a sus competidores.
"La recuperación en V no se va a materializar en la mayoría de variables", según Llopis, aunque en algunos sectores, como creación o disolución de empresas y compraventas de vivienda, el tercer trimestre compensará los datos del segundo, ya que "muchas operaciones simplemente se quedaron aplazadas por el confinamiento". En cuanto a las exportaciones, el calzado ha sido el sector más afectado por la caída, frente al agroalimentario que "ha salido beneficiado, pero no llega a compensar la caída del calzado". En el sector turístico, el que mejor ha capeado la crisis ha sido el rural, por delante del hotelero y de apartamentos, "por el cambio de hábitos y la búsqueda de destinos poco masificados".
El vicepresidente de Ineca resumió las conclusiones del informe en tres grandes peticiones: en primer lugar, "todo el apoyo de la Administración al turismo, que es nuestro principal sector"; en segundo lugar, "una flexibilización de la fiscalidad"; y por último, "que los Presupuestos del Estado y de la Generalitat traten a la provincia como se merece".