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DISEÑO PARA EL PENSAMIENTO

Los otros museos valencianos del diseño

Una reivindicación de los museos valencianos desde la perspectiva de un museo específicamente del diseño que aún no existe

18/03/2019 - 

En los museos se aprende. En los museos se comunica, se conserva, preservan el conocimiento y nos explican cómo hemos llegado hasta aquí. Y por eso imagino que a los diseñadores nos gusta reclamar más museos del diseño, por lo de reivindicar más comunicación de lo que hacemos.

Precisamente la semana pasada el diseñador Nacho Lavernia me hacía la observación de que el diseño está en más sitios de los que creemos, y coincido con él en que siempre estamos lamentándonos por algo, por ser más valorados. Cojamos distancia. El diseño ya está prácticamente en cualquier parte, le demos valor o no. Así que, a falta de que el proyecto del Arxiu Valencià del Disseny evolucione, que lo hará, a un Museu Valencià del Disseny, miremos por un momento con ojos de museo del diseño a una serie de museos valencianos que en otros países, con otra cultura e historia del diseño podrían tener cabida como design museums.

Es muy particular hacer una buena muestra de diseño (no se puede exponer diseño sin un contexto histórico o social). Al fin y al cabo, diseño es más historia que arte, y probablemente tenga más de etnología que de pintura, aunque comparta lenguajes del arte moderno por convivencia, tendencia e inspiración. Por eso en una ciudad como Copenhague se le pone la etiqueta “de diseño” no a lo frívolo o contemporáneo sino a lo vintage, a su patrimonio histórico.

Recurriendo a otro valenciano Premio Nacional de Diseño, Dani Nebot, el testimonio gráfico de los fenicios, los íberos o los celtas es lo que nos debería hacer entender de dónde viene realmente el diseño de hoy. Por cierto, Nebot ha comisariado la reciente muestra ‘Testimonio gráfico de un territorio, símbolo de un pueblo’a partir de piezas arqueológicas hasta aproximarlas a lo que hoy en día llamamos diseño.

Aunque hoy lunes es día de cierre de museos, planifiquemos la semana y ya que lo hemos mencionado empecemos por el Museu Valencià d’Etnologia, testimonios gráficos y objetos para conocer cómo la sociedad valenciana ha llegado hasta nuestros días. ¿Y que es eso si no es diseño?

Nos puede sonar poco cool eso de la etnología, pero eso es el diseño, y dos de sus exposiciones temporales en cartel (‘La república de las fallas’ hasta el 12 de mayo y ‘Prietas las filas. Vida cotidiana y franquismo’ hasta el 23 de junio) nos dejan un gran legado gráfico que será muy apreciado por diseñadores.

Por cierto, un “museo” a visitar a golpe de click a propósito de la temática de estas dos exposiciones es el Archivo Ibán Ramón que el diseñador valenciano va volcando en su Instagram repleto de documentos gráficos del período de la guerra civil española y el gran trabajo desarrollado por los artistas gráficos republicanos.

En València tenemos el MuseoNacional de Cerámica, uno de los mejor valorados en Tripadvisor por visitantes y turistas que no dudan en destacar el edificio, el Palacio del Marqués deDos Aguas, y esa espectacular y característica entrada que da paso a una vastísima colección de obras cerámicas que demuestran el arraigo y tradición de esta tierra por ese legado artístico e histórico expuesta rodeada de lujos donde encontramos elementos gráficos en lo que era el diseño siglos atrás, antes de llamarse diseño sino artes decorativas. Por su parte, también como un museo de historia valenciana ligada a una industria del diseño encontramos el Museo y Colegio del Arte Mayor de la Seda que se presenta como el archivo gremial más antiguo y amplio de Europa, también situado en uno de los edificios más destacados de la arquitectura y la cultura valenciana. Reabierto en 2016 tras su última rehabilitación y convertido en museo, museo de historia, además de su archivo encontramos exposiciones temporales de indumentaria y hasta una sala taller con telares tradicionales y otra maquinaria para confección de tejidos de seda. Estos dos son museos de corte muy histórico y tradicional, no nos vengamos arriba con lo que podría ser un centro actualizado de la cerámica(parece que la nueva revolución de profesionales que retoman con fuerza desde talleres privados el sector lo pide a gritos) o un museo de la moda.

El primer libro que se imprimió en España fue impreso en València. Por tanto tiene todo el sentido que a tan solo quince minutos, en el Monasterio de Santa María delPuig, se encuentre el museo de la imprenta más importante de España y el segundo de Europa por detrás del de Maguncia (ciudad natal de Gutenberg). El Museo de la Imprenta y de las Artes Gráficas es de visita obligada para quien quiera recorrer cómo se imprimía antes para entender de dónde viene la mecanización en el proceso de producción de libros o los carteles de siglos pasados que consolidaron fiestas como la Feria de Julio o las Fallas. Encontramos prensas réplicas de las usadas en el siglo XV por el mismo Gutenberg o Lambert Palmart y hasta la minerva la linotipia y así hasta la imprenta offset moderna.

Si pasamos por Godella de vuelta a València debemos parar en el Museo Fundación Alfaro Hofmann y su colección dedicada a la cultura del objeto cotidiano, un auténtico museo del electrodoméstico con clásicos y rarezas del diseño industrial del siglo XX, considerada en ese ámbito como la colección s importante de carácter privado de Europa con más de 5.000 piezas y una biblioteca de 20.000 volúmenes de arte, arquitectura y diseño. Una delicia, una joya no muy conocida que tenemos en València.

Volviendo a la ciudad, al pleno centro, tenemos al MuVIM, el Museu Valenciá de la Il·lustració i la Modernitat que tantas satisfacciones nos ha dado con su programación habitual al diseño y a la ilustración valenciana con muestras ya míticas de cartelismo, diseño y hasta de animación, representando la historia del diseño valenciano con, por ejemplo, ‘Suma y Sigue’ o ‘La Modernitat Republicana a València’ que hicieron al museo merecedor del Premio ADCVEntidades 2017 concedido por la Asociación de Diseñadores de la Comunitat Valenciana. Ahora mismo pueden visitarse ‘Les dones en els tebeos del franquisme’ o el enorme ciclo ‘Mare dels Desemparats’ que indaga la figura de la virgen como icono más allá de la religión.

Y justo frente al MuVIM se encuentra el Centro de Artesanía de la Comunitat Valenciana, un pilar imprescindible para difundir y potenciar la artesanía que se realiza en la Comunitat.

Entre sus actividades anuales hacen desde el centro una labor especial de reconocimiento empresarial incentivando la creación artesanal y la innovación premiando el saber hacer de artesanos y artesanas de la Comunitat Valenciana con sus Premios ArtesaníaCV.

Y no podemos terminar sin mencionar al infravalorado Museo Fallero, el museo de la fiesta que podría ser máximo exponente del diseño valenciano. Las fallas son creatividad en estado puro, desde la conceptualización de un proyecto, el llibret que lo comunica, el monumento que lo materializa o la cartelería que se ha convertido en icono del diseño valenciano para presentar las Fallas al mundo y precisamente este 2019 se cumplen 90 años del primer cartel oficial de las Fallas, que diseño el mestre Josep Segrelles. El Museo Fallero recoge los originales de los ganadores y finalistas de estos carteles desde el de 1929 y también los ninots indultats desde 1934. ¡Incluso el IVAM, Institut Valencià d’Art Modern, ha expuesto material gráfico fallero!

El Museo de Historia de València, al igual que el caso del Museu d’Etnologia, es el lugar en el que recuperar el sentido de la historia de la ciudad a través de objetos u otras narrativas que nos ayudan a construir nuestro pasado desde dentro, por lo que tiene cabida desde una muestra histórica de los carteles de la Feria de Julio hasta su exposición permanente que hace un recorrido desde la época romana hasta hoy en día a través de material documental, visual, gráfico, arqueológico, didáctico y fotográfico.

El centro cultural La Nau, en su histórico edificio de la Universitat de València, es otro de los habituales en el circuito expositivo valenciano sobre diseño dando también cabida a actividades, presentaciones o conferencias, al igual que el Centre del Carme (sede del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana) o el centro de innovación Las Naves de Ajuntament de València. Por no hablar de la aportación colectiva en sus programaciones de espacios más recientes como Convent CarmenLa Rambleta o galerías como Pepita Lumier Estudio 64.

Como decía antes, mantengamos también las expectativas en su sitio, que falta para un Museu Valencià del Disseny y por desgracia no todos los centros aquí citados cuidan con el mimo que deberían sus fondos, actividades y exposiciones, pero por lo general es cierto que en València pensamos que tenemos menos de lo que realmente albergamos en cuanto a historia y fondos de diseño. El problema es que no lo referenciamos, no lo mantenemos y, por tanto, no existe a la hora de crear un imaginario colectivo. Y esta será de hecho la función principal por la que nace el Arxiu Valencià del Disseny.

Ya escribió Banks y en algún sitio que para el arte es más útil una parada de autobús que un museo, y extrapolándolo al diseño, el mejor museo de lo cotidiano seguirá siendo nuestro día a día.

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