VALÈNCIA. Llácer, Ballester, Royo, Dolz y Soliveres: repóquer de empresarios valencianos en el sector inmobiliario. Son las cartas que destapaba este martes el Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme), una mano ganadora para desarrollar el denominado proyecto Atilius -liderado por el presidente de la promotora Ática, Vicente Llácer-.
Se trata, según explica el propio empresario, de una novedosa iniciativa para la construcción de edificios residenciales. Consiste en la alianza de cinco reconocidas familias empresariales valencianas para la construcción de cuatro edificios, un acuerdo mercantil que consiste en el desarrollo conjunto de los proyectos y el posterior el reparto de los beneficios en un periodo de cinco años.
Lo más curioso es la diversidad de los participantes, entre los que destacan dos socios industriales que han decidido invertir en el sector inmobiliario. Según detallaba el Borme, entre los consejeros de la nueva Atilius Invest SL se encuentran las mercantiles Actividades Zeus SL, del grupo Ática y representada por el propio Vicente Llácer; Royo Wood SL, enseña del fabricante de muebles de baño Royo Group representada por Santiago Royo; Cinca SL, mercantil del la industria castellonense de bombas de agua Corporación Dolz representada por Elena Arrufat; y Ágora Patrimonial SL, el holding inmobiliario de Andrés y Reyes Ballester representado por esta última.
A estas cuatro firmas se añadirá una cuarta del grupo VAPF, la constructora y promotora alicantina de la familia Soliveres -según agrega Llácer-. Se trata, según detalla, de una inversión conjunta de 21 millones de euros entre la compra de los suelos y la construcción de los inmuebles. Las primeras ampliaciones de capital recogidas por el registro ya sumaban un resultante suscrito de dos millones.
La gestión de los cuatro proyectos correrá a cargo de Ática. Consistirá en la construcción a corto plazo de tres edificios de viviendas, dos de ellos en València y otro en Godella. El más pequeño contará con 16 viviendas entre las calles Tárrega y Borrasca del barrio de Patraix; el segundo, con 28 residencias en la zona de Campolivar; y el tercero, con 33 en la calle Velázquez del barrio de l'Olivereta.
El cuarto será la joya de la corona, si bien precisará al menos de un año más de tramitación. Se trata de la construcción en tres solares del Cabanyal-Canyamelar de un complejo residencial de 120 viviendas junto a las Reales Atarazanas, en una superficie de 1.400 metros cuadrados, según revela Vicente Llácer.
El empresario subraya "el concepto" de este proyecto con nombre de general romano consiste en "poner la capacidad de gestión al servicio de empresarios que quieran invertir en el sector inmobiliario". Además, destaca que, tras un periodo de crisis en el que el sector inmobiliario ha sido señalado, "iniciativas como esta demuestran su gran atractivo como inversión".