"Lo peor que le puede suceder al Hércules es ascender"

Foto: Rafa Molina
10/04/2017 - 

ALICANTE. En el Hércules respiran tranquilos, la derrota de este domingo ante el Atlético Levante ha vuelto a torpedear las opciones del equipo de Carlos Luque de disputar la promoción.

Sí, no han leído mal: hay gente dentro del club a la que no le importa que, a día de hoy, el equipo esté protagonizando una temporada tan calamitosa (y vergonzante). Al contrario, aun siendo conscientes del daño que supone a la imagen de la entidad y el dolor que supone para los aficionados, alguno está convencido de que no es del todo malo el deambular del equipo por la competición.

"Lo peor que le puede suceder al Hércules en estos momentos es ascender". Me van a permitir que no revele quién dijo esa frase pero les aseguro que salió de la boca de alguien del club (y no miren al vestuario). Al fin y al cabo, cuanto menos apetecible sea hacerse con las riendas de la entidad, menos pretendientes tendrá. Un pensamiento que sólo cabe en la mente privilegiada de quien ve más allá de lo que lo hacen todos los demás sin pensar en que la suya no es la verdad absoluta. Una idea que anida en la cabeza de una persona que, al mismo tiempo, es consciente de que salir del pozo de la Segunda B lo antes posible es el único plan de viabilidad realmente válido para el Hércules.

Hay gente en el Hércules que está convencida de que, si el Hércules ascendiera ya a Segunda División, el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) tendría colocado el club sin problemas. [Lo reconozco, me sorprendió esa afirmación con todo el lastre en forma de deudas que arrastra la entidad]. De ahí que, a la espera de que vuelvan a controlar accionarialmente el club (algo para lo que se ha anunciado un acuerdo), no vean con tan malos ojos la trayectoria de un equipo que ellos mismos construyeron a base de un importantísimo desembolso económico con el único objetivo de subir de categoría.

Pero eso sucedió en verano, todavía con el corazón tocado por la triste eliminación a manos del Cádiz y tras comprobar que aún hay algo de esperanza para despertar a la afición blanquiazul dormida (o desconsolada).

Con el paso de los meses, hay decisiones que quizás se puedan entender mejor bajo el mismo prisma de los que piensan que lo peor para el Hércules es ascender. ¿Por qué no llegó un goleador en el mercado de invierno? ¿Por qué se ofrecen más de tres millones de euros por el Rico Pérez días después de que se dijera que no había dinero para ese delantero? ¿Por qué se alargó la presencia de Luis García Tevenet como técnico? (quiero matizar que yo no hubiera prescindido del sevillano) ¿Por qué el relevo en el banquillo fue Carlos Luque? (al que deseo de corazón que todo le vaya muy bien pero debe ser el primer consciente de que tenía fecha de caducidad desde su primer entrenamiento). Si se duda de que lo mejor para el Hércules es ascender, se puede dudar de todo.

Hoy tenía que haber sido un día para volver a ilusionar de nuevo a todo el mundo con las opciones de ascenso, para hablar de que el equipo volvía a depender de sí mismo pese a su irregular curso, de una nueva final ante el Villarreal B (esa final sigue ahí porque el grupo III de la presente temporada posiblemente es el peor de la historia).

Pero, después de la derrota ante el Atlético Levante, sinceramente no me apetece escribir de lo malo que es el Hércules a balón parado o de la indolencia de la que hace gala el equipo en los momentos en los que debe sacar el carácter. Y menos tras aquellas palabras: "Lo peor que le puede suceder al Hércules en estos momentos es ascender". Lo que hay que oír.

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