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La crisis de À Punt

La tele que no se ve, la radio que no se escucha

Unas audiencias que dejan mucho que desear, una directora general cuestionada y una oposición que discute el modelo. La radiotelevisión valenciana no cuaja

29/05/2019 - 

VALÈNCIA.-La suerte está echada. El Consell Rector de la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació (CVMC) recordó tras su última reunión, el pasado 3 de mayo, que los trabajos para evaluar la gestión de la directora general Empar Marco siguen adelante. Los resultados se conocerán en junio y son muchas las voces que apuntan a que el desenlace puede ser el cese de la responsable de la nueva radiotelevisión autonómica mucho antes de los seis años que debía durar su mandato (con una ‘revisión’ a los tres). 

Esta evaluación es mucho más importante para su futuro, en contra de lo que se ha dicho, que la de la Comisión Mixta de Seguimiento y Control del Contrato Programa, una entidad mixta en la que participa el Consell  Rector y la Generalitat. La Comisión podría no dejar en buen lugar a Marco, pero en este caso su responsabilidad sería compartida, ya que tiene como objetivo evaluar el Contrato Programa y al Consell Rector, entidad que preside Enrique Soriano, quien ha aprobado todas las medidas que Marco ha presentado. El Gobierno valenciano no puede actuar directamente contra ella —la ley blinda de ingerencias externas al Consell Rector— pero si tiene ocasión, pondrá su granito de arena. En realidad, lo ha puesto ya.

No obstante, se pongan como se pongan los partidos políticos o Presidencia, lo único que le puede costar el sillón a Marco es, según el artículo 24 de la ley 6/2016, un «acuerdo motivado», apoyado por una mayoría de dos tercios del Consell Rector —cuenta con diez miembros  y actualmente hay dos vacantes—, tras «la incoación de un expediente con procedimiento contradictorio» y todo a propuesta del presidente. A los consejeros pueden intentar influirles los partidos que los nombraron —algunos se dejarán, otros no— pero no necesariamente tienen que hacer lo que les digan.

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Que la gestión de Empar Marco tiene más sombras que luces —bastantes más—, es algo en lo que coinciden prácticamente todas las fuentes entrevistadas para este artículo. Cierto es que no todos están de acuerdo a la hora de señalar a la excorresponsal de TV3 en la Comunitat Valenciana como culpable, o al menos, como la única culpable de lo que ocurre en los medios públicos valencianos. En lo que sí hay bastante unanimidad es en que su carácter —lo mínimo que se escucha decir es que es «difícil» o « fuerte»—pesará mucho en la decisión que tome el Consell Rector. Tiene a un sector claramente en contra y a otro que no parece dispuesto a salir en su defensa. Evidentemente, no quieren librarse de ella por su carácter, pero son varias las voces que aseguran que es muy difícil comunicarse con Marco y que cualquier sugerencia que se le hace es percibida como un intento de intromisión en su trabajo.

* Lea el artículo completo en el número de mayo de la revista Plaza

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