sanidad asegura que la medida busca "evitar aglomeraciones"

La prohibición de las rebajas enfurece al comercio de la Comunitat: "Es una sentencia de muerte"

15/05/2020 - 

VALÈNCIA. Indignación en el comercio valenciano. El sector, fuertemente golpeado por la crisis provocada por el coronavirus, no concibe la decisión del Gobierno de prohibir las rebajas en las tiendas físicas, un periodo que esperaban que ayudara a remontar las ventas de los más pequeños tras dos meses de 'sequía'. No todos cuentan con canales de venta online para mantener la actividad y el excedente de stock se agolpa en los almacenes. "Estamos indignados y no entendemos la necesidad de esta medida que no responde al sentido común", aseguran para advertir de que esta restricción pone en jaque la supervivencia de muchos negocios.

Era esta sábado cuando el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicaba una orden que incluía una disposición que impide a las tiendas "anunciar o llevar a cabo acciones comerciales que puedan dar lugar a aglomeraciones de público, tanto dentro del establecimiento comercial como en sus inmediaciones". Quedaban vetadas las rebajas, pero únicamente en los establecimientos físicos y sin que afectará al comercio online.

Una decisión que provocaba esta misma semana un lío y varias contradicciones en el seno del propio Gobierno. El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo puntualizaba que lo que se prohibía eran las aglomeraciones y no la posibilidad de hacer rebajas y promociones. El comercio respiraba aliviado. Pero poco le duró. Horas más tarde, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, corregía al departamento competente en la materia insistiendo en la prohibición. "Hay que evitar las aglomeraciones. Puesto que las rebajas son un reclamo que pueden facilitar aglomeraciones, no están permitidas", subrayaba el ministro. De nuevo, jarro de agua fría.

"Nos ha sentado como una patada en el estómago. Estamos indignados y no entendemos la necesidad de esta medida porque no responde al sentido común. Si el espíritu es eliminar las aglomeraciones para eso está limitación de foro y el distanciamiento social, dos medidas que ya estamos cumpliendo", recalca Rafael Torres, presidente de la patronal del comercio en la Comunitat Valenciana, Confecomerç. "En una empresa pueden trabajar 1.000 empleados y nadie lo pone en duda ni se piensa en cerrar la instalación porque son muchas personas. Aquí pasa lo mismo. Es una medida absurda", subraya.

Rafael Torres. Foto: EDUARDO MANZANA

Tras casi dos meses de cierre, asegura que los pequeños comercios han recibido esta noticia como un "mazazo", que necesita urgentemente de una aclaración por parte del Gobierno porque si no rectifica la prohibición supondrá "una sentencia de muerte para los pequeños comerciantes". "El comercio está temblando. Llevamos meses sin facturarNo solo es una bofetada, sino que esta prohibición genera competencia desleal respecto a competidores más grandes como son las plataformas online, la mayoría radicadas en paraísos fiscales, que sí podrán hacer promociones y rebajas", advierte Torres, quien incide en los perjuicios económicos, la destrucción del empleo y el empobrecimiento de un sector que resiste como puede la virulencia de la pandemia.

En pie de guerra

Además, el malestar se acrecienta con las contradicciones del propio Gobierno con dos Ministerios rectificándose mutuamente. "La imagen que están dando con bofetadas públicamente genera un mayor desconcierto e inseguridad jurídica", asegura y recuerda que las rebajas son una acción que se rige por la Ley de Ordenación del Comercio Minorista, por lo que para realizar una modificación de este calibre sería necesario cambiar la ley. 

"Si no rectifican, el ministro Illa se encontrará a todo el sector en pie de guerra porque se va a cargar millones de empleos y muchos negocios. Para muchos comercios podría suponer la muerte", advierte. "Esto no es una cuestión de gustos o de ideología, sino de supervivencia y esa medida no la ha meditado ni ha escuchado al sector. Tiene que recular y no vamos a parar hasta que no rectifique porque si paramos, cerramos".

Foto: EDUARDO MANZANA

No son los únicos que han alzado la voz. También desde la Asociación Nacional de Grandes Superficies (Anged), que engloba a empresas como El Corte Inglés, Carrefour o Ikea, advierten de la "gravísima" situación económica que van a sufrir las empresas si Sanidad no recula. Explican que la clave de las aglomeraciones no está en las rebajas o promociones, sino en las limitaciones de aforo (30%) y la distancia de seguridad de dos metros. "Con estas medidas es imposible en la práctica que se puedan producir aglomeraciones", subrayan.

"Resulta impensable pensar que en el comercio de no alimentación se va a producir la avalancha de clientes que han sufrido los establecimientos de alimentación. En estos se ha podido organizar bien de manera generalizada. En el caso de la alimentación, hablamos de productos de consumo diario, mientras que para el resto del comercio la frecuencia de compra es muchísimo menor", inciden. 

También desde la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV)  exigen que se anule esta disposición incluida en el BOE, puesto que el aforo dentro de los establecimientos comerciales ya está limitado a un 30% para garantizar la seguridad de comerciantes y consumidores, y, por tanto, consideran que "carece de sentido fundamentar esta medida en el hecho de evitar aglomeraciones".

Preparados para la Fase 1

El comercio valenciano ya está preparado para la Fase 1. Tras el duro golpe sufrido el pasado viernes ante la decisión del Gobierno de dejar a la mayor parte de la Comunitat en la fase 0 dejo a muchos con la persiana a medio levantar. Ahora están deseando abrir para poder recuperar la alegría y la vida en las calles. Y es que, de acuerdo con el plan de desescalada del Gobierno, en este siguiente escalón el comercio minorista podrá atender sin necesidad de cita previa.

Lo que no está claro es en qu horario podrá hacerlo. Y eso es precisamente lo que desde Confecomerç exigen a la administración, claridad. "Tenemos dudas sobre los horarios. Esperamos que nos permitan recibir clientes a cualquier hora del día como en los supermercados y que no estén sujetos a una franja horaria porque no tendría sentido. Con sentido común y respetando unas normas, se puede conseguir", incide Torres. En caso contrario, considera que "no tiene sentido pasar de fase porque muchos no abrirán".

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