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la nave de los locos / OPINIÓN

La izquierda del Ibex 35

La gran empresa, de Ana Patricia a Pallete, está a muerte con el Gobierno calamidad. Los muy ricos son los aliados de la izquierda colibrí. No debería extrañar porque Psoe y Pudimos les hacen el trabajo sucio mientras institucionalizan la pobreza subsidiada y dejan morir a miles de pequeñas empresas cada día 

14/09/2020 - 

En septiembre de 2007 Emilio Botín recibía en mangas de camisa a Zapatero en su despacho de la Ciudad Financiera del Banco Santander, en Madrid. Botín eligió el rojo, color corporativo de la entidad, para su corbata y tirantes. Zapatero, que había descubierto las chaquetas con hombreras, iba más discreto. Cada uno había llegado al cargo de diferente manera: Botín por herencia paterna, y el socialista en un tren de cercanías. 

Botín felicitó a Zapatero por “el gran trabajo” de su Gobierno en la economía y se mostró optimista, “a corto y largo plazo”, sobre el futuro de la economía española. 

Psoe y Pudimos son los criados agradecidos de los ricos de toda la vida. ¿Han tocado la reforma laboral? ¿Han aprobado el impuesto a la banca?

Don Emilio fue todo un visionario. No hace falta explicar por qué. 

La excelente relación entre los Botín y el Psoe va de largo. En 1994 el Santander compró Banesto con el visto bueno de Felipe González. Años después, don Emilio colocó a su hija Ana Patricia al frente del banco para que se foguease en las trincheras de lo financiero, y ahí estuvo haciendo méritos. 

La banquera feminista y ecologista

Ana Patricia heredó la presidencia del Santander en 2014, a la muerte de su padre, con el que la parca tampoco tuvo miramientos. En este tiempo ha intentado marcar un perfil propio de gestión. Nos hemos enterado de que ahora es ecologista y feminista (hasta se le ha visto fotografiarse con la ministra adolescente). Los diarios han publicado comentarios elogiosos de Ana hacia el presidente maniquí. Fue muy clara respaldándolo en la cumbre convocada por el Gobierno con el Ibex 35 a la vuelta de vacaciones. 

Ana tiene también voluntad de arrimar el hombro, como la bella doña Inés. Unidad, mucha unidad, es lo que pide la banquera del norte en sintonía con el discurso del Gobierno calamidad. 

La presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botin y la ministra de Igualdad, Irene Montero. FOTO: EFE

Fue delicioso verla a ella y otros grandes del Ibex —los patronos Pallete, Torres, Brufau, Florentino y el feo de Iberdrola— rendir pleitesía al máximo responsable del desastre económico de España. Tampoco faltó a la cita Garamendi, el jefe de la CEOE, que da una de cal y otra de arena pero sin sacar los pies del tiesto, no sea que su patronal se quede sin el postre. Aquí ocurre lo mismo con su homólogo valenciano, Salvador Navarro, encantado de bailarle el agua al triste y sensato don Ximo. 

El Gobierno de la izquierda colibrí está a partir un piñón con la gran empresa. Ese amor es dulcemente correspondido. Banca, telecomunicaciones, obra pública y energía son sectores sensibles al cariño gubernamental. Necesitan un BOE afín para seguir haciendo negocio en unas condiciones reñidas con la libre competencia. 

Perros que ladran pero no muerden

Psoe y Pudimos son como esos caniches que ladran mucho para hacerse notar ante los vecinos, pero no muerden nunca. Les serraron sus colmillitos. Nunca tomarán una medida gravosa para los intereses de Ana y del macrodigital Pallete. Son los criados agradecidos de los ricos de toda la vida. ¿Han tocado la reforma laboral? ¿Han aprobado el impuesto a la banca? Saben que con las cosas del comer no se juega. Siempre hay una puerta giratoria que te espera si te portas bien. 

FOTO: EFE

Dejo Ortega escrito que ser de derechas o de izquierdas son dos de “las infinitas formas que el hombre puede elegir para ser un imbécil”. Creo que acertó. Si todavía alguien piensa que socialistas y comunistas han llegado al poder para defender a los trabajadores, debe hacérselo mirar. Que se preparen funcionarios y futuros pensionistas. Como mucho, el Gobierno pinocho institucionalizará la pobreza subsidiada para que los señores del Ibex 35 tengan garantizada la paz social, y sus hijas puedan regresar tranquilas a casa los fines de semana. 

Si fuera el ser superior de Florentino —que sabe como yo que no hay alternativa real al Psoe a diez años vista— invertiría en acciones del Gobierno actual. Florentino, como Pallete y Brufau, son de derechas pero no tontos. Van a lo seguro, y yo los comprendo. 

La izquierda les hace el trabajo sucio   

La izquierda anémica está para hacerles el trabajo sucio. Se ha visto con la futura fusión de CaixaBank con Bankia, que restringirá la competencia en la banca, con enorme perjuicio para los clientes. El izquierdismo de esta muchachada es retórico, hecho de palabrería vana para zoquetes, que no pasará a mayores.  

Entretanto, cada día miles de pequeños empresarios y autónomos cierran como consecuencia de la pandemia. El Gobierno, que solo tiene arrestos para ganarle la guerra a Franco, se desentiende de esta tragedia nacional. La pequeña empresa no cuenta para ellos. Ni la pequeña empresa, ni los autónomos, ni la clase media, ni nada de lo que ha sostenido este país en los últimos sesenta años. Y sin embargo parece que volverían a ganar si hubiese elecciones. España está de psiquiatra.

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