José Lladó, presidente de Técnicas ReunidasMADRID (EP). Técnicas Reunidas registró un beneficio neto de 64 millones de euros en 2017, lo que supone un descenso del 54,3% respecto al año anterior, según ha informado este martes el grupo de ingeniería a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). La compañía ha achacado este descenso, principalmente, a unas pérdidas en las transacciones en moneda extranjera de seis millones de euros, al haber sufrido el dólar una depreciación del 14% frente al euro desde inicios de 2017.
Asimismo, los ingresos crecieron un 5,7% hasta los 5.067,9 millones de euros, al encontrarse los principales proyectos en ejecución en fase de aprovisionamiento y construcción, mientras que el resultado bruto de explotación (Ebitda) se situó en 121,9 millones de euros, un 42,2% inferior al de 2016.
"2017 ha sido un año complicado para Técnicas Reunidas. Comenzamos el año con unas altas expectativas, por las adjudicaciones de grandes proyectos y el éxito en varias licitaciones en Oriente Medio. En la segunda mitad del año, sufrimos la cancelación de proyectos en Latinoamérica y el retraso en la firma y el lanzamiento de los proyectos de Oriente Medio", ha destacado el consejero delegado de Técnicas Reunidas, Juan Lladó.
Como resultado, Técnicas Reunidas, según ha explicado su primer directivo, tomó la decisión estratégica de mantener intactas sus capacidades fundamentales de ingeniería y gestión de proyectos, a pesar del impacto que pudiera tener en los márgenes de la compañía la menor utilización de estos recursos.
"Creo que esta decisión fue acertada", ha afirmado Llado, quien ha resaltado que la compañía ha comenzado el año con una cartera superior a los 10.000 millones de euros y con la capacidad para lanzar, durante el primer y segundo trimestre del año, los nuevos proyectos adjudicados, cuyo valor conjunto asciende unos 6.000 millones de dólares (4.865 millones de euros).
Para este año, la compañía prevé unas ventas de entre 4.300 y 4.600 millones de euros, con el impacto del retraso en el comienzo de proyectos ya adjudicados, así como un margen sobre el resultado neto de explotación (Ebit) de entre un 1,5% y un 2,5%, con una recuperación progresiva a lo largo del año, y un compromiso con la política de remuneración al accionista.
