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entrevista al presidente de La Asociación Valenciana de Empresas del Sector de la Energía 

Lacruz (Avaesen): "Los proyectos de renovables no se pueden hacer de espaldas a la ciudadanía"

5/05/2021 - 

VALÈNCIA. La inversión en energía fotovoltaica ha despertado en la Comunitat Valenciana, lo que ha provocado un gran interés por parte de compañías e inversores. Un despliegue con varios proyectos en marcha que, sin embargo, también ha generado el rechazo de algunos municipios, que ven en desarrollos de gran tamaño un peligro para su paisaje. Así, ayuntamientos como el Chiva, Moixent o la Font de la Figuera batallan por defender la singularidad de sus tierras ante la posibilidad de que se instalen 'megaplantas' en sus territorios. 

Un conflicto que llevó a la Asociación Valenciana de Empresas del Sector de la Energía (Avaesen) a lanzar un 'Manifiesto en defensa de las renovables', en el que incidía en que los proyectos debían llevarse a cabo con "consenso y racionalización". Un texto arropado por más de 70 ayuntamientos, la Generalitat y las tres diputaciones, con el que la patronal quería dejar claro que, pese al 'boom' de iniciativas que se tramitan en estos momentos, el modelo de grandes instalaciones no será el que imperará en tierras valencianas.

"La Comunidad Valenciana no es una comunidad que por su tipo de terrenos arraiguen las 'megaplantas", asegura el presidente de Avaesen, Marcos J. Lacruz, quien dedfende que los proyectos de renovables "no se pueden hacer de espaldas a la ciudadanía".

-¿Cuál es la postura de Avaesen en la polémica por las megaplantas?

-Entiendo que es una una polémica un poco forzada, porque en realidad la Comunidad Valenciana no es una comunidad que por lo natural vaya a tener muchas megaplantas por el tipo de terreno que tenemos, que son minifundios. Entonces es difícil que este tipo de plantas arraigue en esta tierra. Sí que es cierto que, como estas plantas de más de 50MW las tramita el Ministerio, salen antes a información pública y eso es lo que ve la ciudadanía. Pero, tanto por la ley valenciana como por el sentido común, muchas de ellas no van a salir adelante.

-¿Se vieron obligados a lanzar el 'Manifiesto por el desarrollo racional de las energías renovables' ante el rechazo generado?

-Las renovables han sido un sector bastante castigado en este país y mucho más en esta comunidad. Ahora que tenemos la oportunidad de transformar, no sólo la ecología y el cambio climático, sino también la economía, que pasen este tipo de cosas no nos parecen bien, porque ya hemos pasado bastante. Esta comunidad lleva un infradesarrollo muy importante con respecto a otras y no es momento de que salgan polémicas que entiendo justificadas en algún caso, pero que en absoluto son una normalidad.

"Entiendo que determinados desarrollos fotovoltaicos generen rechazo"

-¿Pero entiende que haya ciertos municipios que muestren su rechazo a este tipo de instalaciones?

-Por supuesto. Entiendo que determinados desarrollos fotovoltaicos generen rechazo y hay que hablarlo y tratarlo, no sólo con la ley, sino también con el sentido común. Pero si estamos tramitando ahora mismo 500 proyectos en la Comunidad Valenciana es imposible que todos sean perfectos. Muchos no se harán y ahora estamos en el momento de exposición pública para que todo el mundo alegue con total normalidad, como se hace en otros sectores. Aquí no viene nadie a imponer nada.

-¿Este tipo de proyectos hacen peligrar el paisaje?

-Según como se hagan, sí. No existen las actuaciones inocuas. Cuando haces una actuación sobre el territorio, lo modificas, pero tanto esta como otras de otros sectores, como el agrario. Las actuaciones que se hagan tienen que ser lo más armoniosas posible con el entorno. Pero en esto y en todo. Las placas fotovoltaicas no son invisibles y también hay que adaptarlas al territorio. No todos los territorios están preparados para albergar este tipo de instalaciones y es algo que se va a ver también. Pero lo que no tiene que hacerse es juzgar todo el desarrollo fotovoltaico de esta comunidad por determinadas actuaciones particulares. A eso es a lo que nos negamos en la asociación.

Foto: EDUARDO MANZANA

-Asegura que las megaplantas no imperarán en la Comunitat Valenciana. ¿Cuál va a ser el modelo que se implantará en estas tierras?

-Hay otras comunidades que quizás no tengan  el valor patrimonial y paisajístico que pueden tener enclaves determinados de la Comunidad Valenciana. También la calidad de nuestras tierras de cultivo y el hecho de que no hayan grandes extensiones de tierra hace que sea complicado que este tipo de grandes plantas arraiguen. No estoy diciendo que no tiene que haber megaplantas de más de 50 MW en la comunidad valenciana, que seguramente las habrá, pero ese no es el modelo que va a imperar. La mayoría de proyectos aquí estarán por debajo de 50 MW y sobre todo de 25 MW para abajo, porque es el tipo de proyectos que estamos viendo. Y no sólo estamos hablando de fotovoltaica sobre suelos, sino que el autoconsumo y las comunidades energéticas locales son imprescindibles para el desarrollo de la Comunidad Valenciana.

-En el manifiesto defienden la racionalización en el desarrollo de nuevos proyectos y de consenso con la ciudadanía… ¿Cree que se están proyectando iniciativas que no cumplen con estos parámetros?

-Creo firmemente que la mayoría cumple con esas premisas, aunque algunas no lo cumplirán. Y esos proyectos se detendrán porque los organismos públicos impedirán que se haga, o bien porque la sociedad en proceso de participación pública dirá que no pueden seguir adelante. Hay un proceso natural de descarte que se va a aplicar en estos casos también. Yo estoy convencido de que va a imperar el sentido común. De hecho, en Avaesen vamos a establecer un decálogo de buenas prácticas para que los proyectos que presenten nuestros asociados estén consensuados con la Administración. No queremos, en absoluto, hacer esto de espaldas a la ciudadanía, porque esto es para la gente.

"NO SON NECESARIAS LAS MEGAPLANTAS, PERO SÍ QUE ES ADECUADO QUE EXISTAN ALGUNAS EN LA COMUNIDAD VALENCIANA"

-¿Cree entonces que el proyecto en la zona conocida como la 'Toscana valenciana' no saldrá adelante?

-No voy a pronunciarme sobre un proyecto concreto. Pero lo cierto es que si hay un territorio en el cual la población, con cierta mayoría y entidad, se manifiesta en contra de que se haga una actuación, lo lógico es que esa actuación se repiense, se corrija o directamente no se haga. O sea, no se tienen que hacer cosas de espaldas a la sociedad. Y mucho menos la energía fotovoltaica.

-Entonces, ¿son necesarias las megaplantas?

-No son necesarias, pero sí que es adecuado que existan algunas de este tipo en la Comunidad Valenciana para cumplir los objetivos que nos hemos marcado. Y se nos acaba el tiempo. Pero no será el modelo más extendido en absoluto. Habrá pocas plantas de este tipo y, desde luego, tienen que estar perfectamente integradas, muy consensuadas y aplicando las medidas paliativas máximas.

-¿Cómo se consigue ese equilibrio entre transición energética y biodiversidad?

-Aplicando medidas de sentido común, procesos de participación pública y siendo respetuosos con el entorno. Lo malo de todo esto es que tampoco hay alternativa: es que el cambio climático no espera a nadie y la biodiversidad se preservara sí o sí con este tipo de instalaciones o no habrá biodiversidad. Nos estamos enfrentando a eso. Si no hacemos nada contra el cambio climático, puede que suba dos grados la temperatura en los próximos diez años. Y eso, según todos los consensos científicos, es una absoluta barbaridad. Ni cultivos, ni playas, ni nada. Hay que hacer sí o sí una apuesta por las energías renovables y esta sí o sí tiene que ser armoniosa con el entorno. Entonces estamos todos condenados a entendernos.

Foto: EDUARDO MANZANA

-¿A qué achaca este 'boom' inversor por las renovables en la Comunitat Valenciana?

 -Esta comunidad iba muy retrasada con respecto a lo que le correspondía. En la Comunidad Valenciana hemos hecho muy poco o prácticamente nada en los últimos años y ahora estamos empezando. Y, además, en un momento en el que tenemos una lucha muy importante contra el cambio climático. Estamos viendo sus efectos, y eso hace que haya un esfuerzo importante europeo y nacional por combatir este tipo de efectos. Y además es una nueva economía que permite repartir riqueza y crear empleo. Se dan las tres circunstancias para que esto despegue: sociedad, economía y ecología. Estamos viendo una revolución energética y esto siempre genera tensiones. 

-A raíz de la polémica, ¿teme que haya un rechazo o una percepción negativa hacia las renovables?

-Me daría mucha pena. Y por eso vamos a poner todo nuestro esfuerzo en que esto no sea así. Ha sido muy larga la lucha para llegar a este momento en el que estamos. Una lucha contra las grandes compañías eléctricas y determinados estamentos para conseguir que tengamos una energía libre, limpia y barata. Y la sociedad tiene que percibir esto como un bien social, no como algo que viene a depredar del territorio, porque en absoluto es nuestra intención, ni el modelo, ni va a pasar.

-¿Esta situación puede provocar una fuga de inversores hacia otros territorios?

-De momento no lo estamos notando, porque entendemos que al final el sentido común acabará imperando. Pero lo cierto es que las noticias que han salido de la Comunidad Valenciana respecto a las renovables los últimos años no han sido buenas. Aun así, es una tierra que consume mucha energía y que tiene todo lo necesario para la energía fotovoltaica. Por eso sigue habiendo interés, pero la paciencia de los promotores tampoco es infinita. Esta nueva cuestión tampoco es superimportante, pero se suma a las demás. Si una comunidad con una serie de normativas no del todo buenas, ahora que la tiene, pone problemas para avanzar en la tramitación, no es una buena noticia.

Foto: EDUARDO MANZANA

-Desde Avaesen siempre han incidido en agilizar los plazos por parte de la Administración. ¿Se está resolviendo el problema?

-No estamos contentos con el grado de avance de los permisos en la Comunidad Valenciana. De hecho, hemos creado una línea de trabajo con la Conselleria de Economía que está funcionando bien, pero es que hay muchísimo trabajo que hacer y necesitan más funcionarios para tramitar todos estos permisos.

-Se negociaba la conveniencia de la vía público-privada para resolver este problema enquistado desde hace años. ¿Se ha avanzado en este sentido?

-Hemos puesto todas las herramientas en nuestra mano encima de la mesa. Colaboración directa de los promotores, grupos de trabajo para que nuestros proyectos estén mucho más claros y conseguir que se transmiten de una forma más fácil, colaborar con el Colegio de Ingenieros para que aporten y desde luego instar a la Conselleria de Hacienda para que destinen muchos más medios a todo esto. Creemos que no es un gasto, es una inversión, porque sólo en ingresos recibirían muchísimo dinero en los próximos cinco años.

-Avisan de que la Comunitat Valenciana es uno de los territorios que más puede sufrir los efectos del cambio climático. 

-Somos una zona muy expuesta a los efectos adversos del cambio climático, tanto por la subida del mar como por el calentamiento en las zonas de interior, lo que pueda afectar a los cultivos y a la fauna y la flora silvestre. Si nosotros que somos los principales perjudicados no vamos hacia la transición energética ¿Por qué lo van a hacer otros por nosotros? Según un estudio de Avaesen, hacen falta 6.000 MW de renovables en la Comunidad Valenciana en los próximos cinco años. Eso obedece también a un plan de reducción de emisiones. Y no sólo eso, sino también está el vehículo eléctrico y los cambios en el uso de la energía. Es ahí también dónde tenemos que incidir.

-¿En qué punto se encuentra la Comunitat Valenciana para cumplir ese objetivo?

-¿De cero a 10? Estamos en el -2. Estamos muy atrasados con respecto a lo que deberíamos. Estamos trabajando con la Administración y yo soy optimista en que al final encontraremos la clave. Pero ahora mismo andamos muy por detrás de los objetivos. Por tanto, la avalancha que está habiendo es totalmente razonable por la necesidad de empezar a rodar todo esto. Somos un país y una comunidad que también podríamos especializarnos en sol. La Comunidad Valenciana tienen las mejores empresas del mundo en energía solar fotovoltaica, tenemos el clima, la economía, las empresas y quiero pensar que tenemos la sociedad también de nuestro lado. No hacerlo es una absoluta negligencia por parte de todos. 

-¿Son los fondos europeos una oportunidad en este sentido?

-Hablamos de un sector capaz de generar 3.000 puestos de trabajo en la Comunidad Valenciana en los próximos tres años, que no hay muchos sectores que puedan hacerlo. Toda esta revolución energética necesita se apuntale y todos estos fondos europeos van muy bien para esto. Esto que estamos viendo es una nueva economía. Dentro de diez años no entenderemos que los techos no tengan placas fotovoltaicas.

Foto: EDUARDO MANZANA 

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