VALÈNCIA. Con esto de la pandemia, en el ámbito de la movilidad urbana hay que decir aquello de ‘donde dije digo, digo Diego’ porque algunas soluciones que hasta hace unas semanas eran tendencia, hoy permanecen aparcadas en espera de tiempos mejores.
A corto plazo, la movilidad urbana parece estar condicionada por las medidas de distanciamiento social, el miedo al contagio, las precauciones higiénicas extremas, el teletrabajo y la sostenibilidad, que se mantiene como una constante. Desde esta perspectiva, soluciones como el carsharing o el coche compartido parecen quedar orilladas a favor de otras que apuestan por el transporte individual. “Los proveedores de servicios de movilidad compartida como Uber, Lyft, Ola, Grab o Didi Chuxing están sufriendo pérdidas económicas por la fuerte caída de la demanda, lo que conlleva a una mayor presión financiera y un riesgo, en particular, para la continuidad de los conductores”, se afirma en un artículo reciente de Movilidad Conectada.
Sin embargo, no todos lo ven así. Juan Galiardo, director de Uber en España, declara: “Desde que salimos del confinamiento, venimos observando una tendencia por la cual mucha gente está eligiendo servicios como Uber (ya sean VTC o taxis) para sus desplazamientos diarios al trabajo, muchas veces en sustitución del transporte público. También se observa un repunte del uso del vehículo privado, un fenómeno comprensible por la necesidad del distanciamiento social, pero que puede jugar en contra del gran reto que tenemos por delante: el de reducir drásticamente el uso del vehículo privado en nuestras ciudades”.
En opinión de Galiardo, “la solución pasa por impulsar un modelo de transporte multimodal, fomentando el uso de distintas alternativas de movilidad como taxis, VTCs, patinetes, motos, bicicletas y transporte público, ofreciendo las máximas garantías de seguridad. La combinación inteligente de estas alternativas será la clave para una vuelta a la normalidad segura y sostenible”.
En esta dirección apuntan soluciones como las de Meep, una plataforma que, además que proporcionar la ruta más eficiente combinando distintos medios de desplazamiento, permite a los usuarios conocer a tiempo real datos como los tiempos de espera o el aforo en el transporte público. “Lo que está claro es que hacer uso de los datos del histórico para hacer predicciones, a día de hoy, no tiene sentido, después de unos meses de confinamiento y teletrabajo masivo excepcionales”, declara Guillermo Campoamor, CEO de la startup. Así que ellos se valen de sus propios algoritmos para recomendar a los usuarios el medio de transporte adecuado en los distintos tramos de un trayecto procurando que todos los transbordos resulten amables y con un único pago desde el móvil. Una solución bastante compleja si se tiene un cuenta la integración en, un solo sitio, de los distintos stakeholders como son las compañías del transporte público, los servicios de movilidad urbana particulares o las entidades financieras para las transacciones.
Campoamor es consciente de que los usuarios son tardíos en cambiar las costumbres, por eso no cree que de la noche a la mañana se vaya a producir un consumo masivo del transporte intermodal, pero sí confía en que entre un 30 y un 35% de la población urbana la acabe contemplando esta como una opción eficiente, sostenible y sencilla.
En este nuevo escenario, la que no parece tener ninguna barrera de entrada es la bicicleta que, tanto la eléctrica como la convencional, se alza como una de las grandes ganadoras postpandemia en la movilidad urbana. Así, no solo las tiendas de bicicletas han disparado sus ventas, sino también las administraciones locales se han apresurado a adoptar medidas que propicien su uso. Es, por ejemplo, el caso de Valencia donde Giuseppe Grezzi, edil de Movilidad, anunció la inminente ampliación de carriles bici en las principales arterias de la ciudad.
En el caso del negocio de los patinetes eléctricos la cosa parece más complicada. Uno de los principales problemas con el que chocan los operadores es el ‘vandalismo’. Nos referimos a esa propensión a dejarlos tirados después de su uso en mitad de la vía pública y al escaso cuidado e higienización para el usuario siguiente. Soluciones como Reby patinetes, empresa fundada por el ex Fever Pep Gómez, intentaron atajar este problema de raíz obligando a sus usuarios al anclaje del vehículo. Ignoramos cómo le va a Reby en este momento, pero otros de la competencia, como Bird, propietaria de los patinetes Koko, han anunciado ya despidos en sus plantillas.
Otra alternativa también dentro de la movilidad verde, pero más rápida y útil para cubrir distancias más largas es el uso de la motocicleta eléctrica. En este nicho busca su oportunidad VelcaMotor, una marca española de motos scooter 100% eléctricas que, en lugar de apostar por el sharing, se orienta al consumidor final. La intención de la compañía es lanzar varios modelos de motos antes de que finalice 2020. Entre sus planes más originales se encuentra la creación de un modelo fabricado con materiales 100% reciclados.Emilio Froján Fernández, CEO de Velca, cree que el proyecto puede llegar a buen puerto. “La velocidad con la que siguen creciendo en población las ciudades hace que cobren más sentido las soluciones para contribuir a la creación de ciudades sostenibles. Velca contribuye activamente a la reducción de la contaminación por CO2 en las ciudades. Además favorecemos un aire más limpio, ya que los scooters eléctricos están exentos de micropartículas y otras sustancias nocivas para la salud…Las restricciones de tráfico al centro de las ciudades para todos los vehículos de combustión y cuatro ruedas, la necesidad de soluciones de movilidad ágiles, además de las conciencia medioambiental de los ciudadanos, van a hacer que empresas como Velca salgan fortalecidas…Veo a Velca y a otras empresas de mi sector reduciendo los viajes en coche en las ciudades…Más tiempo para la vida y más espacio para las personas. Eso es a lo que quiero que Velca contribuya de forma significativa el próximo año”.
También la alicantina NEXT Electric Motors acelera la electrificación de la movilidad urbana creando motos eléctricas accesibles, con baterías ligeras, extraíbles y recargables en cualquier enchufe convencional.
Por último, Julián Sastre, experto en movilidad sostenible, nos remite a las conclusiones del último congreso COMUS 2020, (I Congreso Online de Movilidad Urbana Sostenible) donde él intervino como ponente, en el que se pusieron de relieve algunas de las principales tendencias en movilidad urbana. En uno de los apartados se plantean ¿cómo será la movilidad después de la pandemia? y entre las respuestas que se anticipan se encuentran: la promoción del transporte individual; una ampliación del espacio público de calidad destinado a los peatones o un aumento de la flota y una reconsideración del modelo de gestión y financiación del transporte colectivo, entre otras.