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LaGuardia: Cómic afrofuturista sobre inmigración alienígena

El año pasado HBO compró los derechos de 'Who fears death' de Nnedi Okorafor para rodar una serie sobre la novela, una historia en un África post-apocalíptica donde hay violencia racial entre tribus. Ahora, Okorafor reaparece con, LaGuardia, un cómic situado también en África en el que, al contrario que la novela, el continente es escenario de la mayor diversidad y desarrollo del planeta, solo que los nuevos extranjeros son ahora alienígenas llegados de otros planetas a Nigeria

17/12/2018 - 

VALÈNCIA. El planteamiento es el siguiente, han llegado extraterrestres a la Tierra y hay gente que está en contra, que les quiere fuera. La autora, Nnedi Okorafor, llevaba seis años dándole vueltas a la hipótesis, aunque considera que si bien es un futuro en el que hay situaciones problemáticas, no ha querido calificar esta historia de anticipación como una distopía.

Se inspiró en su primera llegada a Nueva York. Le deslumbró de esta ciudad la diversidad que podía ver en sus calles. Escuchaba idiomas diferentes, la gente iba vestida cada una a su estilo tradicional o no, pero todos estaban juntos en los mismos barrios. Ella prefería lugares más tranquilos, pero ese aspecto de Manhattan la cautivó y se le quedó grabado.

Sin embargo, a la vuelta, cuando pasó los controles del aeropuerto, le hicieron desatarse su peinado de rastas y se las examinaron una a una. Le tocaron el cuero cabelludo concienzudamente y, al final, la dejaron pasar. No se sintió cómoda con el registro, sobre todo cuando se dio cuenta de que los agentes habían prestado tanta atención al pelo, a lo diferente, que se habían olvidado de lo más importante, su spray antiviolación de gas pimienta, que lo llevaba consigo. De ahí el subtítulo de esta obra: "Una historia muy moderna de inmigración".

La acción del cómic se sitúa en Nigeria. La protagonista, Future Nwafor Chukwuebuka, llega a Nueva York y deja atrás a su pareja, no sabemos por qué motivo. Son historias que iremos descubriendo en las siguientes entregas de la serie. Lo que sí queda claro es que está embarazada y eso cobra cierto sentido cuando vemos que el hombre que se queda en Lagos tiene un pequeño problema ante el espejo.

Se está acicalando y nota que de la barba le sale un pequeñito apéndice. Es un tentáculo. Lo cual indica, ya veremos en el segundo número, que es un alienígena mestizo. En la última ilustración del número vemos a la protagonista en una manifestación análoga a las que se producen ahora en Estados Unidos en defensa de los inmigrantes, pero a favor de los extraterrestres.

Es interesante cómo se muestra una Nigeria del futuro que gracias a la emigración ha conseguido ser uno de los países más avanzados del mundo. Es en África donde aterrizan los extraterrestres, se convive en el puerto de entrada para todo el planeta de la emigración alienígena.

Un contraste con el viaje que emprende la protagonista a Estados Unidos, al Bronx, donde de nuevo se encuentra con que para los demás es extranjera o diferente. Una situación que quiere mostrar recurriendo a la historia de su peinado, aunque en la ficción pone a una niña y a su rubia de ojos azules madre a opinar sobre él. Hay una reflexión sobre el fenómeno migratorio en general y sobre los sentimientos de identidad de los estadounidenses.

LaGuardia, publicado este año en el sello Berger Books de la editorial Dark Horse Comics, podría encuadrarse en la línea de Jook Joint en el que se hablaba del maltrato de género a través del punto de vista de las mujeres negras que lo sufrían y, a la vez, estaba escrito por una autora negra. Okorafor también lo es y el valor de su punto de vista es que habla de los problemas migratorios y de minorías que reciben el odio y el rechazo de movimientos supremacistas desde la óptica de quien los sufre, aunque en este caso se canalice a través de un relato futurista de ciencia ficción y no de terror y fantasía.

De todos modos, en entrevistas la autora se ha quejado de que se le pregunte por qué las protagonistas de sus historias suelen ser mujeres negras: "Es gracioso porque a los autores masculinos blancos que siempre escriben sobre personajes masculinos blancos, nunca se les hace la pregunta: ¿Por qué escribes personajes masculinos blancos?"

No obstante, Okorafor no es una debutante. Ha recibido premios por sus obras de narrativa juvenil y ciencia ficción, con Binti, por ejemplo, premios Hugo y Nebula. En cómic, ha realizado numerosos guiones de Black Panther y HBO adquirió los derechos de su novela Who fears death para una serie que tendrá a George RR Martin como productor ejecutivo. De nuevo, esta historia se situaba en África, en un escenario post-apocalíptico, en el que diferentes tribus cometían actos de genocidio para erradicarse unas a otras.

El New York Times destacó en un artículo que para la autora no era muy habitual que alguien que crece en una familia de emigrantes, en su caso nigerianos, llegue a ser escritor. Lo normal, explicó, es que la siguiente generación, la que puede estudiar, ponga la proa hacia títulos de médico, abogado o ingeniero o que, sentenció, acabe fracasando.

La pulsión por escribir le llegó por una convalecencia. Le operaron de escoliosis y se despertó de la anestesia paralizada de cintura para abajo. En aquel tiempo, era niña, estaba obsesionada con los insectos, de modo que se lanzó a escribir historias sobre que estaba atrapada en el caparazón de uno. Su primera novela, publicada hace trece años, ya introducía un universo de ficción en el que el punto de vista predominante era genuinamente "nigeriano". No fue algo forzado por las circunstancias, sino que su iniciativa personal encontró acomodo progresivamente en la mentalidad de la época actual.

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Escribe todos sus reportajes con viñetas, Jess Ruliffson cree en el cómic como medio para hacer periodismo. Su gran obra, Invisible Wounds, es lo que pretende. Tratar de acercar la figura de los veteranos de guerra no para juzgarlos, sino para comprenderlos. Es una colección de testimonios en primera persona de ex marines que aborda temas tan dispares como la homofobia, el suicidio y el estrés postraumático con un enfoque aséptico, pero con una fuerte carga emocional inevitable