VALÈNCIA. Detrás de Kostrok está el artista Adrián Lurbe. O viceversa. Sea como sea, desde que lanzaran su disco debut The golden fruit train allá por 2016 se ha convertido en una de las firmas clave para entender la escena valenciana de música electrónica . Ahora llega con su nuevo EP Lírica, un homenaje al disco homónimo que la banda Golpes Bajos lanzaba en 1983, y especialmente a uno de sus temas -Malos tiempos para la lírica-, con el que el artista valenciano ha decido tejer una correspondencia, un trabajo que se podrá escuchar a partir de este 4 de junio.
Lurbe tiene una trayectoria muy amplia, plagada de momentos reseñables. Su single Right now (2012) sonó en los anuncios de los Playoffs de la NBA. Ha aparecido en varias de películas europeas y en distintos spots publicitarios alrededor del mundo. Y siempre partiendo de una premisa: hacer la música que le gusta. En este nuevo EP, el artista huye de las letras para crear un universo de loops que recuerdan al pop sintético y al post-punk de principios de los 80.
Con Lírica -EP producido por el sello theBasementDiscos- ha querido reivindicar el ideario sonoro español de los años 80, por lo que sus samples están fuertemente cargados de nostalgia, aunque siempre con un mismo objetivo que subraya en varias ocasiones: “Quiero transmitir paisajes alegres. Vivimos en un mundo muy oscuro, así que me gustaría celebrar simplemente que estamos vivos y que la música puede ser un gran catalizador de cosas bonitas”.
El impulsor de Kostrok llevaba años dándole vueltas a hacer un trabajo como Lírica. Explica que a lo largo de su vida ha escuchado la música de Golpes Bajos en varias etapas distintas. Alcanzada cierta madurez musical, consideró que podía hacer algo que homenajeara a la mítica banda desde la música house. “Me di cuenta de que Golpes Bajos, a parte de inspirarme, es una banda que pertenece a un momento y un contexto que quería reivindicar”, apunta.
Kostrok trae con Lírica un EP de electrónica, pero con raíces “muy españolas”. En dos de los temas del EP colabora con los dj's Kid Simius y Tilman. El primero es un artista granadino afincado en Berlín que goza de buena reputación por sus mezclas entre el folclore español y la electrónica. El segundo es alemán, y Adrián Lurbe lleva tiempo siguiendo su trayectoria musical.
Romper con el estigma
En theBasementDiscos, el sello con el que actualmente trabaja Kostrok, siempre han tenido como manifiesto que la música trascienda más allá del sonido, como una idea o una experiencia. En este sentido, Lírica busca romper con el estigma que arrecia sobre la música electrónica: esa idea influenciada por la Ruta del Bakalao de que este género es repetitivo, poco creativo o tan solo disfrutable en largas noches de fiesta.
Para empezar, Lurbe busca transmitir “energía y positivismo”. Explica que en nuestro país se estigmatiza la electrónica, pero que “el hecho de unirnos alrededor de la música para celebrar es algo ancestral” y, por lo tanto, el género no debería considerarse inferior a otros. Además, el artista explica de dónde viene, según él, ese menosprecio hacia la electrónica. Opina que cada día “se publica demasiada música nueva” y que en un mundo “ultrarrápido” como el actual, “se busca -sobre todo los jóvenes- un tipo de música que cale muy rápidamente y sea muy directa”. Se refiere a géneros como el pop, el rock, el reggaeton… Lamenta que actualmente “muchos productores vayan demasiado rápido y no presten atención a los bagajes musicales. Es un error, porque cuando entiendes de dónde vienes es más fácil saber hacer cosas nuevas”.
En esta tónica, indica que la electrónica es un género “adulto y reflexivo”. No quiere decir con esto que sea mejor que otros, sino que “no está tan centrado en producir estímulos de manera instantánea. Le vas cogiendo el gusto con los años, a base de acostumbrarte. Entiendo que si no le dedicas tiempo suficiente a la electrónica, puede generar esa sensación repetitiva”.
La “virtualización” de Kostrok
Adrián Lurbe ha querido que Kostrok evolucione. Cuenta que llevaba un tiempo sintiendo que el proyecto y él no estaban en el mismo punto, y que, a raíz de aquello, se le ocurrió la idea de la virtualidad, esto es, que a partir de ahora no haya una persona detrás de Kostrok, sino una animación, que en este caso ha sido diseñada por el artista gráfico Fausto Furioso. Explica que “hoy en día estamos demasiado expuestos a las fotos” y que “veía que ya no podía expresar todo su ideario de esa manera. Quería librarme de los límites personales y físicos”. Mediante sus nuevos personajes (Sudorman, por ejemplo, es una figura animada que se derrite cuando baila al igual que Lurbe suda cuando pincha) el artista se centra más en su música y su mensaje.
Por otro lado, Lurbe cuenta cómo ha llevado el proceso de composición de Lírica. Dice que no es una persona metódica, pero que al hacer house suele “crear un loop inicial que funcione, que puedas escuchar mucho rato, de carácter hipnótico. Tienes que poder estar a gusto en él durante un buen rato. Luego, a través de distintas ideas que me inspiran -como la de reivindicar a los grupos de los ochenta- voy añadiendo arreglos, momentos del viaje que quieres transmitir”.
El resurgimiento de la electrónica
Lurbe indica que la música electrónica ha vivido un resurgimiento muy interesante en los últimos años, no solo en España, sino en todo el mundo. Explica que ya no persiste “elemento transgresor” que había en la Ruta tras una situación de “libertad post represión”, pero que actualmente hay una escena “muy sana”. Habla de colectivos y lugares que, si bien no han conseguido todavía ser demasiado rentables, trabajan “con mucha pasión”. Cero en Conducta, Aloque, Oven, Club Gordo…, “colectivos y locales que tienen en su ADN la herencia de La Ruta”, resalta.
Ilustración de Fausto Furioso
