VALÈNCIA. Nadie puede negar, después de tanto tiempo y de tanta música, el compromiso artístico que tiene Kiko Veneno. Un recorrido que lleva conjugando notas sonoras y juegos de palabras desde hace más de 40 años. Un trabajo premiado en numerosas ocasiones, que cuenta entre otros con una Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes.
Kiko Veneno, en su continúa aportación a la música, tiene entre manos un nuevo álbum que está preparando para producir él solo. Pero antes llega a tierras valencianas, al Palau de la Música, un 4 de noviembre a las 21 horas. Allí ofrecerá un concierto de la mano de su banda Los Notas del Retumbe y acompañado por un cuarteto de cuerda conducido por Michael Thomas.
-En tu último disco has trabajado con el productor Raúl Refree ¿es una de las figuras más interesantes en España musicalmente?
-Sí, sobretodo es interesante al trabajar con mujeres como Rosalia o Christina Rosenvinge. Raúl Refree tiene una trayectoria de música de vanguardia, independiente que mezcla con música tradicional, maneja los ordenadores a la vez que instrumentos de folclore antiguos. Como músico es muy valioso.
-¿Qué otros nombres de músicos te vienen a la cabeza y te gustan ahora?
-De la música española que escucho en la radio hay muchos que me gustan; el grupo barcelonés Manel, Joan Miquel Oliver, de Andalucía Los Planetas, Pony Bravo o Nacho Vegas.
-Ahora que el disco ha madurado, ¿te gusta todo lo que ha aportado Raúl a Sensación Térmica?
-Si, me parece que es un disco muy interesante. Le dejé la gran responsabilidad de manejar el disco, con arte y con cariño.
-Dicen que es muy invasivo, ¿lo fue contigo?
-No, yo fui el que le di esa responsabilidad. Y en el nuevo disco que estoy preparando, Raúl me va a ayudar con nuevos arreglos, pero lo voy a producir yo. Quiero encontrar un sonido interesante, que tenga personalidad, y esa calidad y definición sonora que te produce algo especial cuando escuchas un disco.
-¿Cómo ha cambiado el público de Kiko Veneno con sus discos?
-Veo que ha cambiado mucho lo que es la forma de seguir la música. La gente joven no es muy amante de los LP, escuchan mas las música fragmentadas por canciones. Y la gente mayor también deja de comprar discos, porque no saben nada más de lo que he hecho hasta ahora. El público ha cambiado por las condiciones del mercado y de la difusión de la música que hay ahora.
-Si entramos en Spotify están tus discos. ¿Cómo te sientes con esa idea? ¿Te gusta esa accesibilidad?
-Me gusta mucho la accesibilidad hasta cuando veo las cantidades irrisorias que cobro porque estén ahí mis discos. Me siento estafado. Spotify firma un contrato con las compañías de discos y distribuidoras, y son totalmente opacos al cantante, se hacen a nuestra espalda.
-Este sistema streaming ya está totalmente asentado, ¿es entonces un problema para la distribución de las canciones?
-Sí. Por una parte me parece bien que la gente tenga acceso a las obras, pero yo trabajo por nada, mientras ellos están ganando dinero y lucrándose a costa de mi trabajo.
-Hace 5 años dijiste en una entrevista que el 15-M derivaría en una respuesta cultural o musical, que tendría un movimiento asociado. ¿Eso ha llegado?
-Dos años después del 15M hubo una efervescencia cultural, pero ese movimiento ha quedado tapado y aplastado, ha desaparecido ya. El sistema comercial y de consumo en el que vivimos se lo ha tragado. El capitalismo actual es un sistema muy cerrado y opresivo que tolera mal la efervescencia cultural.
En cambio, políticamente sí ha habido más efectos. Desde que hay representantes de Podemos en las instituciones, el choriceo y robo masivo que hay en España no se puede hacer de la misma manera.
-¿Tiene la sensación de vivir una decadencia cultural sin freno?
-Sí, la cultura no deja de ser un reflejo de la política. Y vivimos en una decadencia política sin freno en la que no hay discurso ni negociación política. Los gobiernos nos la han robado.
-¿Llegará esa decadencia a un momento de colapso?
-Tal como se ve el mundo ahora, vamos en caída libre. ¿Hasta dónde vamos a caer? ¿A la esclavitud de los nuevos tiempos? Está por verse. De mientras seguimos perdiendo libertades, derechos, riqueza. Caeremos hasta que no se pueda más y en ese momento puede que se colapse. El sistema de ahora no es comprensible para la gente.
-Mientras tanto, la música sigue produciéndose. ¿Han de acostumbrarse los creadores a esa situación de precariedad e inestabilidad?
-Totalmente, son los tiempos que nos toca vivir. La música adquiere ahora una función más política, porque les toca ocupar el discurso que las autoridades se niegan a hacer.
-Actúa en el Palau y lleva haciéndolo un tiempo en este tipo de recintos. ¿Se siente cómodo en este tipo de espacios?
-Si, con la edad que tengo me siento cómodo en todas partes. Lo que más me gusta de las actuaciones que hacemos es que hay mucha variedad de formatos y puedo actuar en festivales con mi grupo o solo con una guitarra en un auditorio o teatro. Me gustan todos los recintos, intento adaptarme a cada uno y darle al publico lo mejor.
-Ha dicho antes que está preparando nuevo material ¿Qué nos puede contar?
-Sí, así es, estoy terminando una maqueta de unas 20 canciones que llevará por nombre Sombrero roto. En la primera quincena de noviembre haré una ronda con mis amigos, músicos, familia y juntos seleccionaremos las canciones que vamos a empezar a trabajar. Y ya en la segunda quincena de noviembre empezaré a grabar.