VALÈNCIA (EFE). El presidente ejecutivo de la Fundación Premios Rei Jaume I, Javier Quesada, destaca el papel que durante la pandemia han tenido la ciencia y la tecnología, que han permitido desarrollar vacunas en menos de un año, y sentencia: "Se dice que sin ciencia no hay futuro, pero es que sin ciencia no hay presente".
Así lo señala Quesada en una entrevista con EFE con motivo de la celebración de la trigésima tercera edición de los Premios Rei Jaume I 2021, que el 7 y 8 de junio reunirá de forma telemática en Valencia a los miembros del jurado, 80 personalidades científicas y empresariales entre los que se encuentran 21 premios Nobel.
La declaración institucional que se leerá antes de las deliberaciones estará relacionado con la pandemia y la importancia de que la ciencia y la industria vayan en paralelo porque, se pregunta Quesada, "¿de qué sirve el conocimiento si no se puede vender a un precio razonable para que todo el mundo tenga acceso?".
Aunque confiesa que tienen la certeza de que "todo saldrá bien" durante esta edición telemática, sienten "la tristeza y la sensación de que no es completa" porque muchos miembros del jurado no podrán estar presentes.
"Habíamos apostado por junio porque pensábamos que daría tiempo, pero nos ha faltado muy poquito. Ya es seguro viajar y el pasaporte covid está a la puerta de la esquina, pero nos ha faltado uno o dos meses", señala.
Según Quesada, la decisión de los premiados "será impecable, como siempre" pero "nos faltará que los jurados visiten las ciudades, vayan a centros de investigación o empresas. La cercanía es muy importante".
También indica que las candidaturas de la presente edición están más rejuvenecidas y hay candidatos que tienen alrededor de 45 años, "personas que están en el centro de su vida activa".
Los Premios Rei Jaume I tienen una dotación de 100.000 euros en cada una de seis categorías, los mejor dotados del país, y a pesar de la crisis generada por la pandemia ha mantenido el apoyo financiero de todos sus colaboradores.
Quesada destaca el papel que ha tenido la ciencia durante la pandemia. "La última vacuna costó diez años" y las que se han desarrollado contra la covid-19 "no han costado ni un año", ha indicado para recordar que el pasado año el Nobel Jules Hoffman ya dijo estar impresionado por la velocidad en la que se le iba a dar solución a un problema tan grave.
"Siempre decimos que sin ciencia no hay futuro, pero es que sin ciencia no hay presente", subraya el presidente ejecutivo de los Premios, que afirma que durante la pandemia se han descubierto nuevos procedimientos, que son "auténticas revoluciones", y todo el mundo "se ha puesto a trabajar en una dirección".
Quesada subraya que desde hace años los Nobel que participan en los jurados del Premio afirman, a tenor de la candidaturas que se presentan a los premios, que la ciencia en España "responde ya a estándares internacionales", no solo la hecha por españoles sino también por extranjeros afincados en nuestro país.
"Los Nobel dicen que cada vez les gustan más los candidatos y son más parecidos a los que ven en sus países de origen", señala para añadir que muchos de ellos conocen a algunos de los candidatos porque han estado en sus laboratorios o han leído sus publicaciones.
Según Quesada, "estamos aproximándonos, aunque lejos de la primera división, pero estamos cerca", y añade que España se encuentra entre los diez países que más publican en el mundo.
A su juicio, en España no hemos tenido la tradición científico-técnica que hay en otros países y pone como ejemplo que solo en el área de Boston (EE.UU.) hay cerca de 300 empresas de biotecnología.
"Tienen mucha tradición y nos llevan muchos cuerpos de ventaja. Hay que moverse en esa dirección", indica para añadir que entre las candidaturas es cada vez más frecuente encontrar empresas de base tecnológica en las que el 90 % de los empleados son ingenieros o doctores: "Esas sí que están en primera división".
Respecto a los proyectos de vacuna contra la covid en España, recuerda que las dirigen tres personas de un gran prestigio que están jubiladas, pero en otros países "en lugar de tres son 3.000".
"Por muy brillantes que sean nuestras individualidades, una vacuna debe ser un proyecto que implique a cientos de investigadores coordinados y que pongan en común sus adelantos", indica.
A su juicio "ahí es donde la escala española está baja. Hemos de aprender del fútbol, e igual que traemos a los mejores jugadores del mundo sin preguntar dónde han nacido, debemos hacer lo mismo con los investigadores y encontrar una forma de que eso termine reportando bienestar en España".
También subraya que en un país la investigación debe ser potente pero también la transferencia tecnológica, y los laboratorios farmacéuticos en España "no tienen" la escala de las grandes multinacionales en otros países.
Ante la falta de recursos públicos, señala, deben buscarse medidas que no cuesten dinero pero que sean beneficiosas, y una de ellas es que haya mayor comunicación entre las empresas y la oferta de I+D que hacen las universidades y los centros de investigación y tecnologías.
"Deben aprovecharse las sinergias" entre ambas, señala para añadir que si la burocracia y el papeleo ralentizan el trabajo del investigador por el criterio de legalidad, "hay que cambiar esa legalidad" con reformas administrativas.
A corto y medio plazo la economía española "va a rebotar, eso está más claro que el agua", señala el también catedrático de Análisis Económico de la Universitat de València, que se muestra "optimista" e indica que en todos los indicadores "hay un potencial tremendo".
"Aunque ha habido mucho daño en el empleo por la recesión, la gente ha ahorrado porque no ha podido gastar durante la pandemia, hay acumulados y eso va a explotar, y en el momento en que las condiciones lo permitan, el consumo se va a recuperar -señala-. Cuando las empresas vean que la actividad empieza a moverse, eso ya va solo".
Respecto a lo que puede pasar en los próximos tres o cuatro años, afirma que la deuda española a consecuencia de la pandemia "va a estar treinta años con nosotros porque es muy difícil de quitar. La teníamos al 35 % y ahora está en el 130 % del PIB".