foro ap - debate con el conseller, alcaldes y los empresarios

'Glocalización' o 'clúster', el dilema de la industria que mejor sorteó el virus

7/06/2020 - 

ALCOY. La industria de la Foia de Castalla, L'Alcoià-Comtat y La Vall d'Albaida ha logrado salvar los muebles durante la crisis del coronavirus. Ha demostrado resiliencia y capacidad para cambiar producciones y atender a la demanda de productos sanitarios. Pero, ¿cómo debe ser su salida en el nuevo contexto socioeconómico que se abre? ¿buscar proveedores locales, que se han convertido en esenciales en tiempos de pandemia? ¿crear clústers o conglomerados públicos para competir dentro de la nueva globalización? ¿ relocalizar producciones? ¿cómo ser competitivos en el nuevo orden económico? Esta y otras muchas incógnitas se abordaron en el Foro La industria resiliente de la Foia y L'Alcoià-Comtat: fortalezas y debilidades durante la crisis del Covid-19, organizado por Alicante Plaza en las instalaciones del Espai Àgora de Alcoy -el primero que realiza el grupo Plaza de manera presencial en la Fase 2-  y en el que participaron el conseller de Economia, Rafael Climent, los alcaldes de Alcoy, Castalla, Ibi y la alcaldesa de Onil, así como los representantes de las asociaciones IBIAE y Ateval, también de la Cámara de Comercio de Alcoy, y la directora general del IVACE.

La crisis, como entendían en la Antigua Grecia, vista como ‘cambio’. Un punto de inflexión que llega para ser aprovechado, y del que no se sale sin cooperación, sin sinergias entre los distintos agentes sociales, empresas e instituciones. “Hemos actuado con diligencia y rapidez y nos hemos dado cuenta de que tenemos una economía basada en la resiliencia; tenemos que insistir en lo local, en el modelo circular, con un consumo responsable y consciente”. Así, el primer argumento, planteado en la mesa de debate del 2 de junio en el municipio de Alcoy por el conseller de Economía, Rafa Climent, comienza con un clásico que cabe remarcar, y más, en tiempos de pandemia: el regreso a lo ‘pequeño’, a lo nuestro, como antídoto anticrisis. “Hay cuatro lecciones en este sentido: soberanía alimentaria, fabricar nuestros propios alimentos, con iniciativas como los huertos urbanos, de proximidad; la energética, descarbonizar la economía con un modelo sano; la financiera, descongestionando el sector bancario; y la sanitaria, favoreciendo la medicina desde lo local”, ha subrayado. La quinta piedra angular es la soberanía industrial, una gobernanza de las pymes, apoyadas en aspectos como la innovación y la tecnología, el conocimiento y la vertebración al territorio. En este sentido, surgen varias cuestiones: ¿cómo debe articularse ese cooperativismo? ¿Es viable, y ‘aconsejable’, una colaboración público-privada? Lejos de abordar la idea de “nacionalización”, el conseller plantea dar una vida a los “fondos perdidos, finalistas, de la administración, para que no lo sean”, señala.

Y en este “clúster de clústers”, donde la colaboración entre empresas, así como de capital público-privado, es esencial para democratizar la industria, llegamos al concepto de la glocalización en la tercera revolución industrial. Esto es, que lo local ya no se entiende como un ente aislado, sino como parte de un contexto global, del que, en muchas ocasiones, se nutre. Dos maneras de entender, por tanto, el que sería, al fin y al cabo, un mismo fenómeno: el de la lucha por la supervivencia. 

Sobre el terreno, en los casos de proximidad que son ejemplo de éxito –bien por el repunte en ventas, bien porque se han mantenido en la tormenta y no han echado la persiana- el municipio de Alcoy. “De esta esta crisis, provocada para intentar frenar otra, la sanitaria, tendremos que salir entre todos, pero hay que reformular el concepto de glocalización, no podemos seguir dependiendo de otros países”. El alcalde del municipio, Toni Francés, ha destacado el carácter “potencialmente fuerte” de la industria de las comarcas de l’Alcoià, El Comtat i la Foia. “Se ha demostrado que el valor industrial está aquí, y hemos sido la segunda zona del Estado más fuerte en este sentido”, insiste. 


Al argumento de Francés, caminar conscientes de lo que somos pero no dejar de trabajar en ser competitivos, con nuevos materiales y productos, con apoyo de la administración, se añade el de la alcaldesa de Onil, Humildad Guill. “Hemos de colaborar y reflexionar juntos”, ha matizado, en la línea del resto de contertulios. “Yo destacaría la capacidad de redirigirse que han tenido muchas de las empresas, ya que los procesos de homologación eran difíciles, así como la valentía de los empresarios a la hora de minimizar el impacto social”. 

Sin embargo, Guill quiere poner los pies en el suelo. “La crisis ha sido muy diferente según sectores, muy grave para algunos por no disponer, siquiera, de materia prima. Yo diría que la resiliencia en nuestra industria ha sido menos impactante que en otras”, relativiza. Del total de empresas asociadas a IBIAE, más del 60% ha abierto. Así lo ha explicado el director de la Asociación de Empresarios de Ibi, Héctor Torrente.


“La Foia tiene una valiosa capacidad de diversificación industrial, con un tejido formado por empresas industriales y pymes. Gracias a eso se ha mantenido, y al hecho de que todas hayan formado parte de la cadena de producción”, ha señalado. Aunque no esconde, como apuntaba Guill, que sectores como el mueble, el juguete y la automoción han salido “fastidiados”, y que las supervivientes no han llegado, en muchos, casos, a estar a pleno rendimiento, por la bajada en los niveles de consumo. Torrente lo tiene claro. “Aquí no hablamos de multinacionales, además, la figura del proveedor de proximidad volverá”, asegura. 

Defensor del plástico por la utilidad que está teniendo en estos tiempos donde el menaje de ‘usar y tirar’ es imprescindible, por ejemplo, Torrente aprovecha para pedir a la administración que les inspire “confianza”. “Las empresas han invertido y tienen que saber qué va a pasar. Además, el objetivo del 20% del PIB en la industria todavía no ha llegado, y no podemos seguir siendo algo residual”, denuncia. Un plan real para la industria por parte de la administración es el grito a voces que lanzan los representantes de las comarcas, a lo que se ha comprometido el conseller durante el foro. “Sacaré dinero, aún no sé de dónde, pero así será, para reactivarla”, ha insistido.


Un ‘ecosistema resiliente’… ¿de pequeñas o grandes empresas?

La cuestión indispensable en este sentido, arrojada en el encuentro del martes 2 de junio en el Àgora de Alcoy, es la siguiente: ¿estaban las empresas preparadas o han tenido que ponerse –aún más- las pilas para combatir los estragos de la Covid-19? Argumentos diversos. Para el presidente de la Cámara de Comercio de Alcoy, Pablo de Gracia, ya existía un “ecosistema” en la industria de la zona que ha demostrado actuar de manera ágil. “Con flexibilidad y adaptabilidad. Es importante que las pymes tengan este ‘apego’ al territorio, acompañado del entorno, la formación y el apoyo de la administración pública”, ha recordado. Añadiendo a la mencionada figura del proveedor de proximidad el concepto de digitalización, que también se ha visto ‘apresurado’, De Gracia muestra el primer punto discordante con respecto a la relación en este mundo interconectado. “Junto al plan de choque para incrementar la demanda y la vertebración del territorio, no hemos de olvidar que la globalización tiene que estar, mejorando principalmente el proyecto Europa, donde van muchas de nuestras exportaciones”, ha remarcado.

Contrariamente, para el secretario general de la Asociación de Empresarios del textil de la Comunidad Valenciana, Ateval, Pepe Serna, no estábamos preparados. “Hemos actuado como en una economía de guerra haciendo, de la necesidad, virtud, aunque algunas empresas no han podido”, ha recalcado durante su intervención en el foro. “Yo creo en el municipalismo, pero la Unión Europea tiene que facilitarnos fondos y herramientas, la industria necesita presupuesto”, ha insistido, en la línea de De Gracia. “Somos los primeros aportadores financieros de España pero estamos infrafinanciados desde el gobierno central”. Serna ha recordado que desde Ateval se ha puesto en marcha hace unas semanas una plataforma pionera, productosemergencias.com. “Ya tenemos 300 referencias, no solo del textil, con 170 empresas de la zona dadas de alta que ofrecen sus productos de primera necesidad”, ha informado.

Prosiguen los testimonios allí citados. Sobre la mesa, el alcalde de Ibi, Rafael Serralta, pone otro asunto en la misma línea, pero con interesantes añadidos. “Estamos hablando en el Ayuntamiento de crear comités locales que sirvan para reactivar”, señala. El foco está puesto en el impulso de los polígonos, insiste. “Y asuntos como el Corredor Mediterráneo, para acercar a nuestras empresas de automoción a sus clientes”. Serralta se dirige al representante autonómico para recordarle lo que, a su parecer, y al del resto de ponentes, es una tarea pendiente. “Hay que trabajar en la agilidad de los trámites”, apunta. “El 45% de los trámites de la Conselleria son telemáticos, y, en 2019, 900.000 fueron por esta vía”, ha respondido el conseller Climent. A su contestación se añade la de la directora del Institut Valencià de Competitivitat Empresarial, el IVACE, Júlia Company, también presente en el encuentro. “Tenemos que seguir apostando por una I+D+i arraigada en el territorio; preparamos nuevas medidas para el proyecto de los polígonos, sí”, avanza. “Creo que ha destacado la novedad y la creatividad empresarial, desde la fabricación de termómetros hasta cubiertos de plástico, y hemos resistido. Se han aprobado procesos de homologación en tiempo récord, agradecemos la respuesta de los institutos tecnológicos”, prosigue. “Creo que, en nuestro objetivo, que cierre el menor número de empresas posible, se ha visto que es posible la colaboración entre diferentes partidos políticos”, ha concluido.


En el turno de intervenciones, es Antonio Bernabeu, alcalde de Castalla, quien abre el último debate sobre si el tamaño es decisivo en el éxito empresarial. “No por ser un negocio grande significa que hayas sobrevivido al coronavirus”, subraya. “Si es cierto que las pymes pequeñas tienen en el tamaño un talón de Aquiles, y lo del coronavirus ha sido la guinda; pronto sabremos qué va a ocurrir con las empresas auxiliares, por ejemplo”, concreta. ¿Cómo aprovechar la oportunidad del cambio, la ‘crisis’, volviendo al concepto clásico con el que arranca este artículo? Con financiación, insiste el representante de Alcoy en el foro de Alicante Plaza de este 2 de junio. “Falta eso, pero creo que los empresarios están en el camino de aprovecharla”, añade la alcaldesa de Onil. “El proyecto que ha coordinado IBIAE, con diecisiete empresas que han trabajado conjuntamente y sin problemas, demuestra que no importa el tamaño”, puntualiza el director de IBIAE. 


Al respecto difiere el secretario general de Ateval. “Hay que apostar por un clúster grande, a la vez de por un gran clúster. Hay que marcarse el objetivo de tener tamaño para poder hacer frente a los oligopolios”, sentencia. “Está claro que el coronavirus ha sido una oportunidad. Las pymes tienen una misión global, y han de ver que el vecino no es su competidor, precisamente”, apunta el presidente de la Cámara de Alcoy. “Ha sido una clara oportunidad a la vez que ha permitido innovar e incrementar su mercado con nuevas líneas de producto”, concluye el alcalde de Ibi. La conclusión vertida por el representante de la Generalitat llega, sin embargo, como un bálsamo esperanzador para calmar cualquier ‘mal’ ánimo. “Hay que descartar el tema de los tamaños. Hay empresas pequeñas que facturan mucho y, sobre todo, generan red. La idea es, en definitiva, perder el individualismo que nos impregna e interactuar, capilarizando en el territorio”, finaliza. ¿El futuro? Tan incierto y todavía por escribir.

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