VALÈNCIA. El Gobierno valenciano tendrá que seguir peleando por la reforma del sistema de financiación caducado desde 2014 y que perjudica claramente a la Comunitat como han demostrado diversos informes e incluso el propio Ministerio de Hacienda. Si Mariano Rajoy se comprometió en enero de 2017 a un cambio en el reparto que no cumplió, el socialista Pedro Sánchez ha negado ya hasta en tres ocasiones que vaya a acometer la remodelación en esta legislatura.
Es decir, el nuevo presidente del Gobierno piensa agotar su estancia en La Moncloa -a la accedió vía moción de censura- hasta final del plazo en 2020, lo que con mucha suerte conllevaría que la reforma del sistema se activara ya en el siguiente ejercicio. Así pues, si con Rajoy el Consell desataba sus críticas con los continuos retrasos sobre esta reivindicación, el líder del PSOE ha retrasado de golpe entre dos y tres años la revisión del nuevo modelo.
Una postura que perjudica gravemente a la Comunitat Valenciana y a su compañero de partido, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, quien ha hecho de esta exigencia su bandera con un constante tono reivindicativo dirigido al Ejecutivo que hasta ahora venía liderando el PP.
En cambio, el portazo dado por Sánchez deja en una mejor posición a Compromís, que recibe un balón de oxígeno después de la irrupción del líder del PSOE a La Moncloa, que ha disparado a los socialistas en las encuestas mejorando la posición de la marca del puño y la rosa. Un hecho importante, sin duda, para que Puig pueda repetir al frente de la Generalitat y ante el que la coalición que capitanea Mónica Oltra tiene -o tenía- difícil respuesta.
No obstante, la negativa de Sánchez reiterada este miércoles en el Congreso precisamente a una pregunta del portavoz de Compromís, Joan Baldoví, sobre el modelo de financiación, deja abierta la puerta para la coalición a elevar el tono reivindicativo e iniciar una precampaña en clave valenciana ante la que el PSPV puede atravesar mayores dificultades.
Así, Sánchez fue tajante sobre la posibilidad de la reforma en esta legislatura. "Hay que ser realistas, señor Baldoví. Y por tanto, no mentir a los ciudadanos. Este Gobierno no lo va a hacer. Nosotros mejoraremos la financiación autonómica, pero la revisión a fondo solo se va a poder realizar la próxima legislatura", respondió Sánchez, quien sí abrió la puerta a una mejora de la financiación de cada comunidad en este periodo, especialmente de las que están en peor situación.
"No haga un 'Montoro' a los valencianos", le pidió Baldoví durante su intervención en el Parlamento, un mensaje lleno de intención que después recogió su compañera de coalición, Mónica Oltra, quien preguntada por la posición de Sánchez aplicó un juego de palabras: "Lo que valía para Montoro, vale para Montero", en referencia a la nueva ministra de Hacienda.
En cuanto a Puig, preguntado por las palabras de Sánchez, reiteró que para el Consell es "absolutamente irrenunciable" un "cambio del modelo" y consideró que existe "tiempo" en esta legislatura y se debe "abrir ese debate". Ahora bien, el presidente de la Generalitat opinó que existen "medidas" que se pueden adoptar "en el corto plazo" para mejorar la situación valenciana entre las que mencionó la "mutualización de la deuda" y nuevas "consideraciones" para el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA). "La Comunitat Valenciana es la peor financiada y necesita un auxilio especial en esto momento para cumplir con equidad con los ciudadanos", subrayó.
No obstante, desde el entorno del jefe del Consell se percibía este miércoles contrariedad por la posición de rechazo directo hecha pública por Sánchez y que complica la posición de los socialistas valencianos. Algo que aprovecharon de inmediato desde el PPCV y desde Ciudadanos, que coincidieron en calificar de "traición" el portazo de Sánchez a la reforma.
Podemos exige la reforma en seis meses
Por su parte, el grupo que dirige Antonio Estañ y socio del Pacto del Botánico registró este mismo miércoles una Proposición No de Ley para fijar un plazo máximo de seis meses para que el Ejecutivo central aborde esta reforma.
Una propuesta que pondrá en un brete al PSPV cuando pase a debatirse en el hemiciclo valenciano. Más allá de que llegue a cumplirse o no, la exigencia de poner una fecha sobre la mesa que pudiera servir para señalar un incumplimiento del nuevo presidente, podría hacer que los socialistas llegaran a abstenerse.
La iniciativa, en concreto, insta al Gobierno central para que haga una “revisión del sistema de financiación que establezca un nuevo modelo con recursos suficientes y repartidos equitativamente entre todas las autonomías que posibilite a los valencianos tener unos servicios públicos fundamentales y dignos”.
También pide al Ejecutivo de Sánchez a hacer un “reparto de las inversiones y una ejecución que se ajuste a una programación racional que acabe con el déficit inversor en la Comunitat Valenciana, compensando en todo caso la insuficiencia inversora de los últimos años y dedicando una cantidad de recursos ajustada a nuestro peso poblacional”.