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Reclaman fórmulas más imaginativas, como el ‘sandbox’ 

Emprender e innovar, ¿hasta donde te permita la ley?

11/02/2019 - 

VALÈNCIA. Plantearse si es buen momento para innovar en España resulta casi gratuito después de semanas de conflicto entre taxistas y VTC. Sin ahondar en cuestiones relacionadas con los precios y la proporción de las licencias, sí llaman la atención reivindicaciones como prohibir la geolocalización de los VTC o la solicitud del servicio con un límite temporal. Ello, obviamente, implicaría la pérdida del valor añadido que marca la diferencia competitiva y la renuncia a la optimización de los recursos, fines, en sí mismos, que persiguen las empresas que apuestan por la innovación.

“No entiendo que el debate se centre en cómo conciliar la presencia en las calles de los taxis con las VTC cuando lo que deberíamos estar planteándonos ya es cómo vamos a regular la llegada de los coches autónomos”, sostiene Javier Latasa, presidente del Grupo VASS.

Como Latasa, piensan la mayoría de los emprendedores e inversores. Alberto Martínez es el CEO de Streamloots, una startup de streamers de eSports cuyo equipo se reparte entre Valencia y Silicon Valley. Cuando se le requiere la opinión sobre si España es buen o mal país para proyectos e inversiones tecnológicas, la respuesta inmediata en un “rotundo no”. Luego ya matiza: “En España hay un talento emprendedor impresionante y también inversores muy buenos, de hecho algunos de los mejores de Europa. Sin embargo, montar una startup en España es mucho más difícil que montarla en otros países. Para recibir inversión extranjera (como en nuestro caso), los inversores necesitan una cantidad absurda de papeleo y diplomacia, lo cual crea una fama malísima fuera de nuestras fronteras”. Asegura, así mismo, haber escuchado en diversas ocasiones en boca de algún inversor la frase: “en España no invertimos porque es muy complicado”.

Qué es lo que complica las inversiones

El punto  principal que dificulta esa inversión es, en opinión de los consultados, la falta de certidumbre y seguridad legal. “No es que yo defienda que no se deban regular las cosas, pero crear una empresa que se adapte a 17 legislaciones autonómicas dentro de un mercado tan pequeño como es España, resulta complicado. Tampoco me parece normal que se cambien las reglas del luego en mitad de la partida, según de dónde vengan los vientos”, declara Latasa.

Ya por parte de los inversores, Ignacio Fonts, consejero delegado de Inveready, comparte que el mensaje que se está transmitiendo desde las Administraciones no es el más alentador. “Yo diría que no es un buen momento para innovar en España. No entiendo cómo teniendo solo dos unicornios -empresas que han alcanzado una valoración de más de mil millones de dólares- en España, como son Másmóvil (invertida por Inveready) y Cabify, una de ellas se vea ahora tan amenazada. En ese sentido lo vemos con preocupación. Yo no sé cómo hay que solucionarlo pero, de cara a los emprendedores, igual no se está mandando el mensaje adecuado. La innovación necesita regulación, pero más imaginativa. En países como Estados Unidos o Reino Unido utilizan fórmulas como el Sandbox”.

Ignacio Fonts, de Inveready, junto a Fernando Marzal, de Mobincube (Foto: EVA MÁÑEZ)

El término ‘sandbox’-literalmente caja de arena- empieza a ser uno de los más utilizados en ámbitos innovadores.  Con él se alude a la creación de entornos controlados de pruebas para anticipar la regulación a la extensión masiva de una determinada tecnología y nuevos modelos de negocio. Según el BBVA, en el universo fintech obedece a un mecanismo para responder a la necesidad de impulsar la regulación al acelerado ritmo de la innovación. El objetivo final sería, pues, acompasar las leyes al ritmo de las empresas más innovadoras.

Sin embargo, lo habitual es que se siga el proceso inverso. Primero surge una empresa con un nuevo modelo, se instaura en un mercado determinado y luego, en función de las consecuencias, se regula o prohíbe. Un ejemplo podemos encontrarlo en el caso de los patinetes eléctricos en Madrid, retirados de la vía pública en cuestión de horas por cambios en las ordenanzas municipales de movilidad.

El papel de la Administración

“Creo que hace falta que la Administración se siente con emprendedores españoles y escuche sus problemas y posibles soluciones. Realmente ponerle solución es fácil, tan sólo hace falta dedicarle algo de tiempo”, opina Martínez Guerrero. 

Más benévolo, Ignacio Fonts considera que en el espíritu del desarrollo de la ley de startups del Ejecutivo actual está acabar con las indecisiones legales. “Sí, el secretario de Estado para esta iniciativa, Francisco Polo, está siendo muy activo en consultar a todos los agentes del ecosistema, también al venture capital. Nos sentimos involucrados en este proceso y pensamos que va a ser una ley muy buena, pero todo dependerá de la prioridad que el Gobierno y la sociedad le den a ley”, decía en la presentación de MasVentures.

El secretario de Estado para el Avance Digital, Francisco Polo. Foto: EFE

También José Bayón López, nuevo consejero delegado de Enisa , insiste en el compromiso del Gobierno y la institución a la que representa con la innovación, pero resalta que, más que una cuestión de indolencia legislativa por parte del Ejecutivo, obedece a una responsabilidad de atender a todas las partes. “Claro que las regulaciones son importantes, pero tenemos que entender que las tensiones surgen como consecuencia de una transformación digital de las empresas y de la sociedad y a esa transformación le tienes que poner velocidad. Ni la puedes parar ni puedes permitir que arrase con todo y dejar, de la noche a la mañana, a cientos de familias en la calle. Esa tampoco es la solución. ¿O es que alguien piensa que si aceptamos que eso suceda el país va a funcionar mejor y no se va a resentir la economía?

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