MADRID (EP). El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), vinculado a la ONU, ha responsabilizado a los seres humanos de que el cambio climático esté afectando a todas las regiones habitadas del mundo y provocando que los fenómenos meteorológicos extremos, como olas de calor, fuertes precipitaciones, sequías y ciclones tropicales, se vuelvan más frecuentes.
Así lo pone de manifiesto el sexto Informe de Evaluación sobre Cambio Climático, que se compone de tres partes y de un informe de síntesis, publicado este lunes 9 de agosto por el IPCC, con sede en Ginebra (Suiza).
La investigación revela que el calor extremo, incluidas las olas de calor, se ha vuelto "más frecuente e intenso" en la mayoría de las regiones de la Tierra desde la década de 1950, mientras que el frío extremo, incluidas las olas de frío, se ha vuelto "menos frecuente y severo".
Los expertos en clima que han realizado el informe, que se entregará en cuatro partes hasta 2022, relatan que los episodios de precipitaciones extremas han ocurrido con más frecuencia e intensidad en la mayor parte del área terrestre desde 1950.
Además, la investigación destaca que los ciclones tropicales importantes han aumentado durante las últimas cuatro décadas y la latitud donde los ciclones tropicales en el Pacífico Norte occidental alcanzan su máxima intensidad se haya desplazado hacia el norte.
En el informe, los científicos alertan de que, a menos que se produzcan grandes reducciones de dióxido de carbono y otras emisiones de gases de efecto invernadero en las próximas décadas, el aumento de la temperaturas mundial superará el umbral establecido en el Acuerdo de París.
En el Acuerdo Climático de París del año 2015, los países establecieron el objetivo de mantenerse por debajo de los 2 grados, y preferiblemente a 1,5 grados, por encima de los niveles preindustriales.
Si estos niveles no se mantienen, los expertos concluyen que el clima extremo, así como las sequías y las inundaciones, se volverá aún más habitual y el nivel del mar aumentará, el hielo del Ártico disminuirá y muchas plantas y animales "no podrán adaptarse" a estos cambios.
En este sentido, el informe del IPCC subraya que limitar el aumento de la temperatura a esos niveles requiere "una acción urgente y drástica", ya que si no la temperaturas global de la superficie "seguirá aumentando hasta al menos mediados de siglo en todos los escenarios de emisiones considerados".
El IPCC hace referencia a las simulaciones de los nuevos modelos climáticos que evalúan el impacto de diversas tasas de emisiones anuales futuras, desde muy altas a muy bajas. Así, en el escenario de emisiones más altas se estableció la temperatura global para que aumentara hasta 5,7 grados a finales de siglo; y en el escenario de emisiones más bajas, el número podría mantenerse entre 1 y 1,8 grados para 2100 en comparación con los niveles preindustriales.
Para los científicos climáticos, el calentamiento global de 1,5 grados y 2 grados se superará durante el siglo XXI "a menos que se produzcan grandes reducciones de CO2 y otras emisiones de gases de efecto invernadero en las próximas décadas".
Ante esta "alarmante situación", el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha exigido a los políticos que tomen medidas "rápidas y drásticas". "Las campanas de alarma son ensordecedoras y la evidencia es irrefutable", ha sentenciado.
En sus palabras, este informe debe ser una "sentencia de muerte" para el carbón y los combustibles fósiles, antes de que "destruyan" el planeta. "Si combinamos fuerzas ahora, podemos evitar una catástrofe climática", ha asegurado.
De este modo, Guterres ha hecho un llamamiento a los países ricos y los bancos de desarrollo para que proporcionen más dinero para la adaptación al cambio climático en las partes más pobres del mundo. "Se debe cumplir la promesa de recaudar 100.000 millones de dólares al año", ha dicho.
En cuanto al derretimiento de los polos, el IPCC advierte de que los glaciares continuarán derritiéndose durante décadas o siglos, mientras que durante el siglo XXI la capa de hielo de Groenlandia es "prácticamente seguro" que continúe derritiéndose y es "probable" que ocurra lo mismo con la capa de hielo de la Antártida.
Sobre el aumento del nivel del mar, los científicos prevén que el aumento continúe durante todo el siglo XXI y que los fenómenos extremos del nivel del mar que ocurrieron una vez por siglo en el pasado podrían ocurrir anualmente en varias localizaciones en 2100.
Por otro lado, el informe incide en que, con "alta probabilidad", un calentamiento de 1,5 grados "intensificará" las fuertes precipitaciones e inundaciones en África y Asia. Este incremento de las precipitaciones e inundaciones tiene una probabilidad de "media a alta" en América del Norte y "media" en Europa. En este sentido, los científicos prevén que la magnitud del cambio en las próximas décadas aumentará a medida que aumenten las temperaturas.
Asimismo, el documento resalta la "alta probabilidad" de que las precipitaciones del monzón aumenten a medio y largo plazo, especialmente en el sur y sudeste de Asia, el este de Asia y África occidental, excepto en el extremo occidental del Sahel.
En referencia a las sequías, el IPCC prevé que, a 2 grados de calentamiento global o más, varias regiones de África, América del Sur y Europa sufrirán un aumento en la frecuencia y/o severidad de las sequías agrícolas y ecológicas con una probabilidad "media a alta". También se prevén aumentos de las sequías en Australasia, Centroamérica, Norteamérica y el Caribe con una probabilidad "media".
En cuanto al aumento de las temperaturas de las ciudades, los científicos advierten de que una mayor urbanización unida a fenómenos de calor extremo más frecuentes "aumentará la severidad de las olas de calor". Los expertos destacan que las ciudades costeras también pueden sufrir más inundaciones debido al aumento del nivel del mar y precipitaciones más torrenciales.