CASTELLÓ. Que Castellón haya conseguido traer hasta sus escenarios a cantantes como Red Hot Chili Peppers, Arctic Monkeys, Ziggy Marley o Karol G y Don Diablo no es algo que suela darse fuera del marco de los grandes festivales. Es a través del FIB, el Rototom, el SanSan o el Arenal Sound -entre otras citas- cuando la provincia se llena de los rostros más conocidos del panorama nacional e internacional, pero raramente los artistas hacen parada fuera de estas fechas en la capital de la plana. Así, mientras ciudades como Madrid podrán llevar grandes nombres hasta sus recintos con la excusa del Mad Cool, o sin, en una de las provincias más festivaleras de España la cosa cambia. "Castellón no está en el mapa de la mayoría de artistas y esto supone un esfuerzo añadido. Pero además, no tenemos espacios que nos permitan amortizar económicamente a un artista, es decir, a un cantante se le considera 'rentable' cuando vende los tickets necesarios para hacer sostenible el evento. Aquí no tenemos instalaciones tan grandes como para rentabilizar a artistas de cierto caché y cuando podemos hacerlo es guerreando mucho con ellos para que entiendan la idiosincrasia de la ciudad", explica Juan Carlos Vidal, director ejecutivo de Music Is The Answer, una promotora musical que emergió, con todo ello, a principios de 2019.
Music Is The Answer se caracteriza además por ser una promotora de gente joven que para nada peca de inexperta. En efecto, Juan Carlos Vidal, la mente y las manos detrás de la marca, lleva en el circuito musical desde hace 11 años y se ha encargado de la organización de grandes festivales de la provincia como el Arenal Sound, para el que trabajó en su fundación. "Mi primera irrupción como promotor fue el año en el que los Zombie Kids fallaron en el Arenal. Tras ello me junté con el dj Pizzicato y decidimos traer de vuelta a la banda, sin saber la repercusión que eso iba a tener. Nos vimos sobrepasados por las circunstancias, fue un éxito total y poco a poco me vinculé al mundo de la música a nivel particular", cuenta el profesional, que ahora se encuentra inmerso en un nuevo proyecto con el que espera crecer y ganar "más pulmón". Pero regresemos a los inicios.
"Después de esto nuestro siguiente gran bolo fue traer a Supersubmarina al Palau de la festa de Castelló, poco antes de su accidente en 2016. De ahí seguimos haciendo pequeñas cosas para salas y con el concierto de Miguel Poveda ya fue como decir, 'vale somos mayores', porque no es fácil introducirse en la agenda de artistas de esta índole. Con el tiempo, hemos podido llegar a cantantes como Pablo López, cuando todavía no estaba en boga, Miss Caffeina, Los Manolos, Niña Pastori o C. Tangana", explica vidal, que confiesa: "Llegamos a decirle incluso que no a Rosalía porque pensábamos que no tendría tirón y claro nos equivocamos. En su lugar trajimos a Bad Gyal". No obstante, fueron grandes pasos para el circuito local. Tanto que de estos logros nace Music Is The Answer, una promotora que surge de la fusión de dos empresas dedicadas al sector y con las que pretenden abrir nuevos horizontes.
De hecho, el reto de esta empresa no es únicamente consolidarse en Castellón. En su caso, intentando atraer generalmente propuestas destinadas a un público universitario (su principal nicho de mercado). También es poder montar conciertos fuera de la provincia -ya lo ha empezado a hacer en València- o incluso poder coger las riendas de la gira completa de algún artista. "La juventud de nuestro equipo nos permite abarcar un mapa de público muy amplio, principalmente de entre 16 y 30 años, y tener una visión clara de qué es lo que quiere la ciudad y qué se escucha fuera de esta. Se ha visto en el Copea y esperemos que se pueda ver en els Concerts de Benvinguda que celebraremos en octubre".
Ahora bien, las sensaciones que pudiera tener cualquier proyecto y empresa cultural antes de la actual crisis sanitaria son totalmente distintas a las que se pueden tener a día de hoy. Si no saben todavía cómo se enfrentarán a esta coyuntura las grandes promotoras de nuestro país, cómo puede saberlo una marca que ha nacido apenas hace un año desde Castellón. Pues bien, a pesar de la incertidumbre, en Music Is The Answer quieren tirar de "fe" y continuar remando. "El festival Ochenteros es muy probable que tengamos que suspenderlo, pero la resta de eventos los hemos pasado a octubre. Tendremos todos los fines de semana llenos con Camela, Guitarricadelafuente, els Concerts de Benvinguda, el Arde Castelló o un brunch que prepararemos de música techno". Todo esto gestado, lógicamente, desde la "incertidumbre" que invade al sector.
"Mientras no haya una vacuna la mentalidad de la gente no va a cambiar. Por más que queramos correr, esto ha supuesto un cambio. Yo, por ejemplo, no me veo el 14 de julio en el FIB, con tanto público inglés que va a otro ritmo de contagio. Solo podremos volver a la normalidad cuando se doblegue la curva, es decir en el momento en que haya tratamiento y ya no tengamos miedo de contagiarnos. Por eso, aunque se empiece a rebajar el confinamiento, al día siguiente no te meterás en un concierto con cinco mil personas. Lo que hemos hecho de momento nosotros es sentarnos con los socios, tener claro el punto en el que estábamos antes de esto y dónde queríamos llegar, porque a partir de ahí sopesas todas las opciones y ajustas toda la estructura. En mi caso, mi siguiente ingreso no será hasta octubre, pero tengo que aguantar todos estos meses un sistema donde trabajan al menos cuatro personas fijas. Sabemos que la vuelta no será fácil, pero de momento tenemos fe", asegura Vidal.
Eso sí, el profesional apunta por último que, a pesar de las terribles consecuencias que esto está teniendo para la cultura en general, a la industria musical le hacía falta "bajar unas pulsaciones". "Los festivales nos estaban haciendo daño a los pequeños promotores con los cachés que pedían a los artistas. Es decir, si yo soy un artista pequeño y además sacrifico mi caché para que me pueda contratar un macrofestival, después lo que hago es subir un video mostrando que a mi concierto han ido a verme 50.000 personas cuando realmente muchos estaban ahí por el festival y no por mi. Pero da igual, coges y muestras eso a las promotoras y ese sacrificio del festival se lo cobras a los demás. Creo que la crisis servirá para que todo esto vuelva a su sitio".