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El qué, el cómo, el quién... y el cuánto: lo primero en las tres capitales es la revisión de sueldos

3/07/2019 - 

VALÈNCIA. En el primer pacto del Botànic llevado a cabo por PSPV-PSOE, Compromís y Podem, el relato se construyó en torno a una serie de preguntas cuya autoría intelectual se atribuye a Mónica Oltra para definir la manera de llevar las conversaciones que terminaran en un acuerdo de gobierno: primero el qué, después el cómo y, finalmente, el quién.

Una manera de separar los tres pasos a la hora de llevar a buen puerto la negociación. Empezar por consensuar los objetivos políticos, continuar por la manera de diseñar las estructuras para alcanzar los fines pactados y, posteriormente, elegir a las personas adecuadas para pilotar el proceso de llevarlos a cabo. Lo que se conoce vulgarmente como el reparto de sillones.

Sin embargo, en las negociaciones de las tres capitales de provincia ha aparecido simultáneamente otro elemento a tener en cuenta a la hora de rubricar los acuerdos: el cuánto. Es decir, el aumento de los sueldos de alcaldes, concejales, asesores, así como las cuestiones relacionadas con la estructura de cada grupo sobre el personal eventual.

Es innegable que tiene cierta lógica que se aborden estos asuntos al inicio del mandato dado que la tradición marca que el primer pleno esté reservado a las cuestiones organizativas y un apartado de las mismas se dedica a las retribuciones. Es más, puede considerarse normal que si hay que afrontar una subida salarial para los miembros del consistorio y establecer la distribución de asesores, todo ello se aborde al inicio de la legislatura cuando los distintos cargos toman posesión y empiezan a trabajar. Aunque es necesario subrayar que no es obligatorio abordar o al menos resolver esto de forma definitiva en el primer pleno del mandato.

Tampoco puede soslayarse la comodidad que implica tomar este tipo de decisiones a mediados de julio, una etapa en la que la opinión pública tiene la guardia más baja y con el mes de agosto en el horizonte, un periodo que conlleva cierto reseteo generalizado. A la vuelta de las vacaciones, pocos recuerdan aquella subida de salario o aquel incremento de asesores que ya permanecerá incólume durante cuatro años.

Ahora bien, no deja de ser llamativo que, ya sea por que muchos dan la crisis económica por zanjada y ven sus sueldos bajos, o por que otros consideran que alcaldes, concejales y asesores deben disfrutar de la misma subida salarial del 2,5% que este año han experimentado los funcionarios, en las tres capitales de provincia el asunto que más resuena estos días en los acuerdos es el incremento de emolumentos, personal o ambos a la vez. 

En Castelló, el gobierno municipal estudia un ascenso de hasta el 50% de las retribuciones de los ediles. Bien es cierto que en el anterior mandato la alcaldesa, Amparo Marco (PSPV), impulsó una disminución del 30% de los sueldos. Es por ello que la primera edil ha venido cobrando 52.867 euros brutos al año cuando su predecesor, Alfonso Bataller (PP), ganaba 73.992 euros anuales. En su momento, la decisión se justificó en la crisis económica que, ahora, se da por superada.

En València, la posible subida salarial ha sido motivo de quiebra de las ya de por sí dañadas negociaciones entre Compromís y PSPV para alcanzar un acuerdo de gobierno. Las conversaciones -al parecer- informales entre la coalición valencianista y el PP de María José Català sobre un posible ascenso de sueldos y otras cuestiones organizativas ha enfadado a los socialistas, que aseguran que el alcalde, Joan Ribó, y su equipo no ha abordado este asunto en las conversaciones que vienen manteniendo. Mientras, los populares reprochan que los todavía integrantes del Govern de la Nau alcanzaron un pacto pocos días atrás para aumentar el sueldo de los asesores. 

Lo curioso de todo es que a día de hoy ni siquiera existe todavía un principio de acuerdo entre Compromís y PSPV -el tiempo se está agotando- y todo ha terminado estallando por el 'cuánto'. Tal vez no en concreto por los euros de más o de menos, pero sí por la importancia que tienen estas cuestiones organizativas de cara al primer pleno municipal que debe evidenciar el juego de mayorías que debe sostener al Ejecutivo local.

Mientras, en Alicante, aunque las preguntas se formulan de otra manera puesto que PP y Ciudadanos son los que están al mando, sigue sin cerrarse una propuesta definitiva sobre la cantidad de retribuciones que corresponderán a cada uno de los seis grupos políticos representados en el pleno, ni de qué importe se trataría en cada caso. De la misma manera, tampoco se ha concretado aún el número de cargos de confianza de los que dispondrá cada formación. Cuestiones todas ellas de vital importancia tanto para los grupos de gobierno como los que se encuentran en la oposición.

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