VALÈNCIA. Pese a las tiranteces que aún hay, la relación de Podemos con el Consell es otra. La aceptación por parte del ejecutivo valenciano de las enmiendas que los morados han presentado en áreas como Medio Ambiente, Vivienda o Educación ha rebajado la tensión de semanas anteriores.
La demostración de ello fue la votación de la enmienda para replantear las ayudas a la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) y los sindicatos mayoritarios. Aunque Podemos había amagado con hacer piña de forma eventual para tumbar las subvenciones presupuestadas en las cuentas de la Generalitat Valenciana para el 2018 -dijeron que si estaban de acuerdo con el destino, estudiarían la propuesta-, finalmente los morados se posicionaron del lado del Consell. Y con ello, frustraron la maniobra del PP que encabeza a Isabel Bonig de quitar dinero a la patronal y que había generado malestar en la propia formación popular.
Así, la comisión de Economía, Presupuestos y Hacienda rechazó este jueves las dos enmiendas del PPCV que buscaban rebajar las subvenciones que el Gobierno valenciano destina a la organización empresarial que preside Salvador Navarro, así como a los dos sindicatos mayoritarios CCOO y UGT. Los votos en contra de PSPV (3), Compromís (3) y Podemos (2) salvaron, por los pelos, las ayudas a la CEV, ya que el PP consiguió que tanto Ciudadanos como el diputado no adscrito David de Miguel apoyaran sus enmiendas. Los 8 votos que ostentan las fuerzas del Botánic se impusieron a los 7 que votaron a favor de esta enmienda.
Los populares registraron, con mucha polémica, estas dos enmiendas a los Presupuestos de 2018 para que las subvenciones a la patronal y sindicatos fueran repartidas mediante concurrencia competitiva y no como ayudas directas. Una iniciativa que presentaron días después que se celebrara la manifestación del 18 de noviembre en favor de una financiación justa para la Comunitat Valenciana. La presencia en la marcha de la patronal, que no confirmó su asistencia hasta pocos días antes, fue un duro revés para el argumentario del PP: sus críticas de supuesta "radicalidad" y "asociación al independentismo" de la manifestación se desvanecían ante la transverasabilidad que aportaba la presencia de la CEV y de Ciudadanos en dicha marcha.
Fruto de este desencuentro con la patronal, que se había puesto de manifiesto en otros momentos desde que Bonig se hizo con las riendas del PPCV, el partido de la gaviota pedía que se retirasen los 600.000 euros que reciben CCOO, UGT y la CEV -200.000 cada uno- y que en su lugar se realizara un proceso de concurrencia competitiva entre las "entidades sindicales y empresariales de la Comunitat Valenciana para desarrollar acciones en materia de prevención de riesgos laborales con enfoque de género a base de proyectos anuales". Una modificación que supondría que más sindicatos como CSIF o Intersindical, afín a Compromís, u organizaciones empresariales como la nueva Coepa pudieran optar a estas ayudas.
De la misma manera, los populares registraron otra enmienda para quitar parte de las líneas de "compensación económica participación institucional". Es decir, las subvenciones que el Consell otorga a los sindicatos y patronales con mayor representación en la autonomía para cumplir con la Ley 7/2015 de Participación y Colaboración Institucional de las Organizaciones Sindicales y Empresariales Representativas en la Comunitat Valenciana. Una norma que, precisamente, fue impulsada y aprobada por el PP.
De los 800.000 euros que recibirían CCOO, UGT y la CEV inicialmente por esta partida, el texto del PP rebajaba estos beneficios a 700.000 euros cada uno. En total, otros 300.000 euros que irán destinados al programa de "condiciones de trabajo y administración de las relaciones laborales".
Sin embargo, las pretensiones del PP no hallaron el respaldo necesario. Con esto, Podemos vuelve con sus aliados naturales y abandonan la tentación de una oposición combativa que les producía extrañas alianzas en algunas cuestiones con el partido que encabeza Bonig. Y aunque la formación que lidera Estañ generó dudas sobre el sistema establecido en la ley de Participación Institucional, finalmente se ha erigido como el apoyo parlamentario clave del Gobierno valenciano.
El visto bueno de los socialistas a recortar dinero del proyecto estrella del president de la Generalitat Ximo Puig -la Agencia de Innovación- para destinarlo a partidas que se iban a financiar con el dinero de una hipotética tasa turística fue el síntoma más claro de que las tensiones pasadas entre PSPV y Compromís con Podemos se van desvaneciendo y atrás queda el recuerdo del malestar que generó la abstención de los morados en la votación de la enmienda de la totalidad presentada por el PP a la ley de Acompañamiento del próximo ejercicio.
Con la renuncia a la tasa turística y al SDDR a cambio de aceptar otras cuestiones como la puesta en marcha de una Agencia del Cambio Climático adscrita a presidencia, Podemos devuelve el favor al Consell con su apoyo a las subvenciones a la patronal valenciana. Los fantasmas de las alianzas en temas como los barracones, Air Nostrum o la posibilidad de que el PP se abstuviera en la votación de la tasa turística para dividir aún más al Botánic se alejan con esta decisión de los morados, por la trascendencia que tenía en la política de oposición practicada por Bonig. Podemos echa una mano a sus socios y, con ello, allana el camino para dar un 'sí' a los presupuestos del Consell para 2018.