Las acciones promocionales
VALÈNCIA. El convenio entre la Generalitat y Air Nostrum para la promoción turística de la Comunitat sigue sin firmarse cuatro meses después. El acuerdo, anunciado con toda la solemnidad por el presidente Ximo Puig en el Palau de la Generalitat junto al regreso de los vuelos directos entre Valencia y Barcelona, ni siquiera está redactado. El motivo es la complejidad que los técnicos de la Conselleria de Hacienda se han encontrado para darle forma sin que pueda ser considerado una ayuda de estado contraria al derecho comunitario.
En virtud del pacto, la empresa pública Sociedad Proyectos Temáticos (SPTCV) y la empresa se comprometen a aportar 6 millones de euros para promocionar la Comunitat en el mercado nacional. La selección de la aerolínea para ese cometido se realizó sin concurrencia ni concurso previo público.
En la presentación, Puig justificó la necesidad de este convenio por el descenso de los últimos meses en la llegada de turistas nacionales a la Comunitat. Pese a ello, el retraso en la firma impedirá aprovechar el impacto de esas medidas en plena Semana Santa. Las acciones previstas incluyen inserciones publicitarias en el fuselaje de veinte aviones, reparto de folletos a bordo o pruebas gastronómicas de productos valencianos, entre otras.
Preguntadas por el motivo del retraso, la Conselleria de Vicent Soler se limita a responder que los técnicos continúan trabajando en el texto.
Junto al jefe del Consell, en el acto del pasado 12 de diciembre en el Palau de la Generalitat comparecieron también el presidente de Air Nostrum, Carlos Bertomeu, y el conseller de Hacienda, Vicent Soler, ya que la SPTCV está adscrita a su conselleria.
Aunque la Generalitat eligió el mismo acto para presentar el convenio de comarketing con Air Nostrum y los planes de la aerolínea para retomar la ruta entre Valencia y Barcelona desde marzo, Puig insistió en desvincular ambos hechos: "No es una subvención".
Pese a ello, el anuncio de este controvertido acuerdo fue seguido de críticas por parte de la oposición y algunos sectores empresariales por considerar que se trata de una subvención directa a una empresa privada concedida sin concurso. Podemos, socio parlamentario del Consell, tardó apenas unos días en pedir la comparecencia de Puig en Les Corts y reclamar al Consell la memoria económica del acuerdo y el proceso de selección.
Por su parte, la líder del PPCV, Isabel Bonig, exigió saber "cuál va a ser la fórmula jurídica por la que se van a dar seis millones de euros a esta empresa".
Las críticas también han venido del ámbito empresarial. Algunos competidores de la compañía valenciana también han alzado la voz para criticar el acuerdo. Ryanair, que en el pasado ha disfrutado también de ingresos públicos de la Generalitat mediante convenios de promoción, ha amenazado con iniciar acciones legales si se concreta el acuerdo en los términos en los que fue anunciado.
En una reciente visita a València, el director comercial de la low cost irlandesa, David O'Brian, recomendó al Consell en tono de chanza que no malgastase el dinero público con ese convenio, que a su juicio "podría ser ilegal" por la manera "poco transparente" con la que se está negociando.
Mientras la empresa y la Conselleria de Hacienda continúan intercambiando documentación, los aviones de Air Nostrum ya despegan diariamente rumbo a Barcelona desde el 26 de marzo. La aerolínea comenzó a operar esa ruta en colaboración con Vueling, que se encarga de los vuelos vespertinos, y el objetivo de arrebatar pasajeros de negocios al tren.
No obstante, Carlos Bertomeu reconoció que se trata de una "apuesta de riesgo” para su compañía, que descarta que la línea pueda resultar rentable al inicio. "Ya lo intentamos en esta ruta en un contexto de prosperidad superior", recordó.
Antes de la entrada en servicio de la línea regular, Air Nostrum ofreció varios enlaces entre las dos ciudades durante la semana de Fallas, tal y como había pedido Puig.
Cuando se concrete este nuevo convenio, la aerolínea valenciana volverá a recibir ingresos de la Generalitat tras más de seis años sin hacerlo. A finales de 2010, la firma se quedó sin el contrato para la promoción turística de la Generalitat que había estado desarrollando los cuatro años anteriores con la famosa palmera de la marca turística en el fuselaje de sus aviones. La low cost Ryanair le arrebató ese contrato tras presentar una oferta con un agresivo descuento sobre el presupuesto de licitación.