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informe de la sindicatura sobre las cámaras de comercio

El Síndic pone en duda la capacidad de la Cámara oriolana para seguir funcionando

30/12/2017 - 

ALICANTE. El funcionamiento de las Cámaras de Comercio de la Comunitat se define por la incertidumbre sobre su marco normativo (resuelta este año), su incapacidad para cumplir los plazos de presentación de las cuentas, y las carencias de algunas de ellas en materia de transparencia. Así lo pone de manifiesto el informe de la Sindicatura de Comptes sobre las entidades camerales, que además refleja que, salvo la de Castellón, todas ellas siguen acumulando pérdidas (aunque estas se reducen considerablemente del año 2015 al 2016).

Así, el informe de fiscalización destaca que "la Cámara de Orihuela y en menor medida el Consejo de Cámaras y la Cámara de Castellón han incumplido las obligaciones formales sobre elaboración, aprobación y rendición de las cuentas anuales y presupuestos de 2016". Estos incumplimientos, sin ser graves, se refieren al vencimiento de los plazos en los cuales las entidades señaladas deberían haber remitido sus cuentas anuales y los presupuestos para el siguiente ejercicio. "Las cámaras de Alcoy, Alicante y Valencia, así como el Consejo de Cámaras, han presentado sus presupuestos fuera del plazo normativo, interpretando como positivo el silencio de la Administración respecto a las prórrogas solicitadas".

La Sindicatura detecta otro defecto formal en la mayoría de cuentas camerales, y es que "en los balances no se diferencian subcuentas de ingresos para registrar por separado los derivados de actividades públicas de los de las privadas", cuando esta distinción debería quedar mostrada de forma fehaciente. En cuanto a las carencias en materia de transparencia, el Síndic señala que "la Cámara de Castellón no ha publicado las cuentas anuales de 2016 en su portal de transparencia, y la de Orihuela ni siquiera cuenta en su sede electrónica con el citado portal".

Hay que tener en cuenta que la Cámara de Orihuela ha atravesado momentos de seria dificultad en los últimos tiempos, que llevaron a la dimisión en bloque de su ejecutiva en octubre de 2016 y el nombramiento de una gestora para evitar su desaparición. En este sentido, el informe de la Sindicatura "destaca la circunstancia, manifestada por sus auditores, en cuanto a la incertidumbre muy significativa sobre su capacidad para garantizar el funcionamiento continuado y el cumplimiento de obligaciones. La cámara presenta pérdidas recurrentes, disminución de ingresos y precariedad e inestabilidad de recursos humanos".

En este sentido, el total del balance de la entidad oriolana asciende a 1.361.270 euros, y el resultado del ejercicio 2016 a unas pérdidas de 498.530 euros, que representan un incremento del 144% sobre las pérdidas del ejercicio anterior. Y aún así, el Síndic destaca que podrían ser mayores, dado que una de las salvedades del informe de auditoría examinado "cuantifica un riesgo posible que incrementaría las pérdidas en 346.093 euros", es decir, hasta más de 800.000 euros. "Adicionalmente, el auditor llama la atención sobre unos hechos que son indicativos de una incertidumbre material que puede generar dudas significativas sobre la capacidad de la Cámara para continuar como entidad en funcionamiento".

Las pérdidas, con todo, no son exclusivas de la Cámara de Orihuela. El resultado del ejercicio 2016 presenta una pérdida agregada (la de todas las Cámaras más el Consejo) de 619.839 euros. Eso sí, los 'números rojos' suponen una disminución del 65% respecto al quebranto de 2015, cuando la pérdida agregada fue de 1.794.007 euros comparada en términos homogéneos. "Este dato muestra una cierta mejoría en los resultados", señala el informe, pero "cabe hacer constar que todas las entidades han obtenido resultados negativos en el ejercicio, a excepción de la Cámara de Castellón". El 73% de los ingresos de las Cámaras (en el dato agregado) provienen de actividades públicas, y solo el 27% de actividades privadas.

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