VALÈNCIA. Demium Startups, la incubadora de empresas tecnológicas impulsada desde València por Jorge Dobón, ha pisado el acelerador con su plan de internacionalización y espera estar presente en 50 ciudades en 2023. Empezará a finales de este año con su llegada a Londres, para después poner en marcha incubadoras en Milán (Italia) y Lisboa (Portugal). También dará el salto a Europa del este con Kiev (Ucrania) y Minsk (Bielorrusia) además de tener en mente Latinoamérica, el sudeste asiático y África.
"No tenemos intención de crecer más en España en los próximos doce meses. Ya hemos cubierto todas las regiones donde están los mejores hubs de emprendimiento: València; Madrid, Barcelona; Bilbao, que no tiene un hub tecnológico tan fuerte pero tiene muchas empresas industriales, y Málaga, una ciudad con el mismo potencial que tenía València hace cuatro o cinco años", explica Dobón.
Reconoce que su intención no es entrar inicialmente en las capitales principales donde ya hay mucha competencia y aceleradoras muy posicionadas. "No sería eficiente o inteligente competir ahí", asegura. "Nos queremos meter en ciudades que tienen mucho talento pero poco acceso al capital. Ecosistemas startup poco desarrollados", destaca Dobón.
"En Italia hay un ecosistema startup muy pobre, no hay casos de éxito, no hay compañías de cientos de millones de euros pero la economía es enorme. Un mercado muy grande, con talento, pero donde no haya un player que canalice ese talento", reconoce. Tampoco descartan entrar en incubadora ya existentes, comprarlas o invertir en ellas.
La intención de Demium Startups es crecer tanto en hubs de talento como de inversión. "Por cada diez hubs de talento que montemos pondremos uno de inversión. Por ejemplo, Londres, es una ciudad que mueve mucho capital. El objetivo es ir a estos hubs de inversión para hacer un poco de puente con los de talento y generar un efecto red para que nuestro posicionamiento sea más difícil de borrar del mapa".
Desde Demium piensan que los siguientes líderes globales dentro del sector startup pueden surgir en cualquier ciudad del mundo. "Puedes tener el siguiente Spotify, el siguiente AirBnB en cualquier ciudad", asegura. "El talento está en todas las partes del mundo". ¿Pero por qué abrir tantas sedes?
"Si eres una aceleradora y accedes una empresa que ya está más o menos consolidada y les pides que se muden a otra ciudad tres meses bien, pero si eres un emprendedor en solitario es más difícil. Queremos capilarizar y llegar a tantas ciudades que nos permita liderar el talento en la ciudad. Nos seguiremos metiendo en países como Rumanía o Polonia donde hay perfiles técnicos buenísimos", apunta Dobón.
Al margen de crecer fuera de España con su modelo de incubación, basado en el talento de las personas, están incorporando otras líneas de negocio para generar ingresos aprovechando sus peculiaridades. Para ello han montado Demium Academy, con la que buscan lanzarse a la formación online además de montar una pata de recursos humanos. "Al final nosotros canalizamos a mucha gente que llega a nuestros eventos, de los que haremos 30 en los próximos 12 meses", explica.
En cada evento, dependiendo de la ciudad, reciben entre 350 y 400 solicitudes. "Este año recibiremos unas 7.000 personas en todos nuestros eventos. De entre todas estas ellas hay un pequeño porcentaje que suele ser de 400 personas que son las que metemos en los programas de incubación pero del resto hay gente de mucho talento que demandan las empresas", reconoce.
"El sector de las startups se ha ido construyendo sobre el show business durante un montón de años. Nosotros siempre hemos intentado desmarcarnos de ese modelo. Nunca hemos hecho Demo Day’s Públicos. Demasiado ruido alrededor de las startups", asegura.
"Hacemos nuestros eventos de talento de manera cerrada aunque invitamos a la comunidad y de vez en cuando hacemos presentaciones cerradas con inversores. Pensé que, a largo plazo, iba a hacer daño al ecosistema dar más importancia al pitch de las startups que a crear un nuevo negocio", insiste. "Hay startups nuestras que no conoce mucha gente y que están facturando más de un millón de euros".
Dobón cree que las aceleradoras se han equivocado en ese sentido. "Si coges la cantidad de aceleradoras que empezaron a surgir hace seis o siete años y las que hay a día de hoy el 80% han desaparecido o se han transformado en un modelo de consultoría o aceleración corporativa", reconoce. "Nosotros nos dimos cuenta que estos modelos eran muy pobres".
Para Dobón la nueva categoría -que ellos llevan cinco años desarrollando- es la de explotar es que antes de que haya un equipo haya una idea y a partir de ahí buscar emprendedores para ejecutarla. "Nosotros les ayudamos a montar un equipo desde cero, les damos ideas que pueden elegir ellos pero que suelen ser tendencias que ya están funcionando en otro países, les damos una formación intensiva que al final es parecida a la que da cualquier otra aceleradora pero a personas individuales", apunta.
"Una persona que entra entra sin equipo, sin idea, sin formación y sale seis meses después con una ronda de financiación mientras que nosotros nos quedamos con un 15% de la compañía. Este aporte es muy diferencial", asegura.
En 2020 su idea es replicar el mismo modelo en otros países de Europa y en paralelo empezar la expansión por Latinoamérica. ¿Y por qué esta velocidad de expansión internacional? "Hemos analizado qué pasa en el resto del mundo y en todos los sitios surge la misma situación. El ir tan acelerados es porque, cuando una categoría está surgiendo, te tienes que posicionar muy rápido para ser el líder de una categoría y que sea muy difícil borrarte", apunta.
"Por eso, pienso que en este caso es tener un efecto red muy potente. Que los mejores emprendedores vengan a ti porque tienes los mejores inversores, que los inversores vengan porque tienes los mejores emprendedores. Y si eso pasa no te borran", insiste Dobón.
Para hacer todo esto nosotros llevan un lustro sembrando. Han creado 44 compañías, de las que 35 están vivas con lo cual, rompiendo las estadísticas, su tasa de supervivencia es del 78%. 40 proyectos están en los programas de incubación. Este año han empezado a desinvertir en tres de las compañías principales de su porfolio. "Gracias a eso y con los ingresos generados de Academy en València, Madrid y Barcelona somos sostenibles", señala Dobón.
Para afrontar todo este proyecto están cerrando una ronda de financiación de 2,5 millones con inversores que inviertan entre 50.000 y 200.000 euros. Además, su intención de salir a bolsa en un mercado alternativo dentro de dos años y medio. Dobón recuerda que sus inversores también pueden invertir de forma preferente en las compañías del porfolio aunque participan de forma indirecta a través de su entrada en Demium. .