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Dean Wareham: “No sé cuánto durará, pero ahora mismo disfrutamos de la compañía”

Luna publican nuevo disco más de diez años después, y repiten una gira española que incluye un concierto el 12 de octubre en la Rambleta

21/09/2017 - 

VALÈNCIA. “Encantado de conocerte. ¿En qué ciudad estás?”, pregunta Dean Wareham al otro lado del teléfono. Nice, espeta cuando le respondo. No sucede siempre que llamas a Los Angeles a primera hora de la mañana y te responden con tanta atención. Hablar ccon el cantante de Luna es una delicia, tanto por la claridad que tiene para da respuestas como por la amabilidad que despliega en cada una. Incluso cuando ha de interrumpir la entrevista por eventualidades tecnológicas. “¿Puedes esperar un momento? Mi ordenador ha empezado a reproducir música de repente, no sé por qué”. Claro. “¿Te ha pasado alguna vez?”, vuelve a preguntar, como rebelándose ante la posición que siempre ha de tomar: la de no ser él el que haga las preguntas. Y no será la última que haga.

Responde con abundancia. Desde el principio. No necesita calentar, y no escatima argumentos. Valora cada pregunta en su justa medida. Tanto que, si no calculas bien, puedes llegar a atropellar alguna de sus respuestas perladas de las pausas del que lee el periódico mientras desayuna y no se levanta de la mesa hasta que lo ha terminado. “Intentar cantar como Bob Dylan es como intentar hablar como Woody Allen”, explica Wareham cuando se le pregunta por la versión de ‘Most Of The Time’ que canta en el nuevo disco de Luna. A Sentimental Education, un disco de versiones acompañado de un EP instrumental, es el regreso discográfico de la banda tras su ruptura en 2004. “Hay gente que me dice: “deberías hacer un disco de verdad”. Este es un disco de verdad, aunque sea de versiones”, defiende el cantante.

“No sé cuánto durará, pero ahora mismo disfrutamos de la compañía”, responde Wareham a la gran pregunta al respecto de la resurrección de Luna: “esa es la gran diferencia con respecto a 2004, cuando estábamos con Rendezvous y era todo tan tenso y difícil”. En medio de un inmenso homenaje a las segundas oportunidades, el cantante ríe cuando matiza que el dinero no es la razón de su regreso: “no somos los Pixies, que creo que todos se han hecho millonarios con el regreso”. Luna reviven la gira que en 2014 fue el germen de su reunión y que el 12 de octubre les llevará a la Rambleta, pero no para hacer lo mismo que tres años atrás. “Es bueno e incluso saludable tocar con otras personas y hacer otras cosas, no siempre hacer lo mismo una y otra vez”. De momento lo único que se puede intuir es que quizá toquen ‘Hey Sister’: es la canción que reproducía su ordenador espontáneamente.

-Luna vuelve de una forma un poco peculiar, con un discos de versiones y un EP instrumental. ¿Satisfecho? ¿Es tal y como queríais?
-Oh, sí. Estoy muy feliz. ¿Sabes qué? Sé que ya nadie en España compra CDs (risas), pero bueno, sí, estoy muy contento con los dos. Creo que es parte de los Luna buenos, muy buenos… No sé, puede que hayamos hecho algún disco que no me guste demasiado, pero estos creo que han salido muy bien. Jason, que los produjo, hizo un muy buen trabajo -Jason Quever, de Papercuts-. Hicimos las cosas bastante rápido, lo que creo que ayuda. Suena a Luna, suena a Luna. Además, no ha tenido demasiada producción extra y eso hace que me suene bien, creo.

-En una de las últimas entrevistas que te leí, creo que el año pasado, decías que estabais grabando versiones, pero que no te apetecía sacar un disco
-(risas) Quizá lo que quise decir es que estábamos grabando versiones, pero no me apetecía hacer un disco de canciones nuevas. Estábamos disfrutando tocando esas canciones. La verdad es que es más fácil hacer versiones que canciones que has escrito tú: simplemente las eliges y pruebas a ver si funcionan. En cierto modo también es más divertido cantar canciones de otros porque si estoy cantando mi propia canción acabo delante del micrófono, mirándolo en plan “uhm, no sé si esto es bueno”; con una versión sólo tienes que meterte en la canción, ponerte en sintonía con ella, y cantar la canción de otro sin tener que cuestionarte a ti mismo sobre la letra. Puedes elegir buenas canciones… 
¿Sabes? Hay gente que me dice: “deberías hacer un disco de verdad”. Este es un disco de verdad, aunque sea de versiones. Si miras atrás, en los años anteriores a los Beatles, todo el mundo hacía versiones. Todos. Los compositores escribían las canciones y luego las bandas y los músicos las tocaban, supongo que hasta que llegaron los primeros ídolos del rock&roll: Chuck Berry, Buddy Holly… escribían sus propias canciones. Eso era muy poco habitual ¡Hasta Elvis Presley! Su primer disco eran todo versiones.

-Y vosotros, además, sois muy buenos haciendo versiones.
-Sí, también lo creo. Hacemos muy buenas versiones en Luna y a la gente les gustan. Insisto en que creo que es una idea mucho más interesante que la de “oh, mira, estos tíos han vuelto y ya están escribiendo canciones nuevas”.

-¿Por qué crees que se os dan tan bien? ¿Cómo las hacéis vuestras?
-No lo sé, la verdad, creo que hemos encontrado una forma de hacer que suenen a Luna. Quizá sepamos cómo hacerlas más tranquilas o más amables. No lo sé, sólo sé que queremos hacerlas bien. Intentamos hacerlas bien. Constantemente escuchamos versiones… Por ejemplo, en los anuncios de televisión: “esta es una canción hecha estilo punk, o estilo reggae”. Normalmente son muy aburridas. No lo sé, encontramos una forma de meter un bonito solo de guitarra… ¿Sabes? A veces creo que el placer de la canción se puede concentrar en sólo 10 segundos, eso es todo lo que necesitas; no es necesario que prolongues esa sensación durante toda la canción. Hay momentos, y yo creo que llegamos a ellos. Por ejemplo, Sean hace un muy buen solo de guitarra en ‘Fire In Cairo’. También hace un muy buen trabajo con los solos en ‘Sweetness’, de Yes -que es una banda de la que ninguno somos fans, pero nos gusta esa canción-.

-¿Cuál fue el proceso de selección de estas canciones?
-Bueno, por ejemplo la canción de Yes suena en ‘Buffalo 66’, de Vincent Gallo. Tengo esa banda sonora y ahí es donde la escuché. Yo elegí la mayoría de las canciones del disco; salvo ‘Most Of The Time’, que fue idea de Sean. Al final, el que las tiene que cantar soy yo, y hubo algunas sugerencias, pero yo no me veía cantándolas. “¡No puedo cantar eso! ¿Estáis locos o qué?” (risas). Y, de hecho, me sentí un poco así con la canción de Bob Dylan (‘Most Of The Time’). ¿Cómo voy a hacer esto? Intentar cantar como Bob Dylan es como intentar hablar como Woody Allen.

-Y te salió un poco Lou Reed esa versión…
-Eso está bien. Tiene sentido porque, como Dylan, es uno de esos cantantes que habla en sus canciones. Especialmente al final de su carrera -tal vez no al principio, pero sí a medida que fue haciéndose mayor-, fue hablando cada vez más en sus canciones. Es como si fuera un personaje. Alan Vega, por ejemplo, es de ese tipo de cantantes. Es como: “wow, gran voz, gran actitud”. 
No fue fácil hacer la canción de Dylan porque no estoy seguro de cuáles son las notas ni la melodía; ni siquiera estoy seguro de que el propio Dylan lo supiera cuando la compuso, esa es la conclusión a la que llegué. Si escuchas algunas de sus canciones, grabaciones alternativas, hace cosas muy diferentes de una versión a la otra, la banda está tocando diferentes melodías o en otro tempo. Lo de esa canción fue más actuar que cantar. Siempre hay un poco de actuación cuando cantas, pero en esta ocasión es como un monólogo.

-Hablemos del regreso de Luna como tal. ¿Cómo tomaste la decisión de volver con Luna? ¿Fue un proceso rápido?
-Yo tenía la idea en la cabeza. Ya sabes, la gente siempre preguntaba sobre eso. Sobre todo en el décimo aniversario. Y, de repente, un día recibí un email de Jaime, de Houston Party, en el que decía que circulaba el rumor de que Luna se iba a reunir otra vez y que si eso era cierto quería proponerme una gira. En ese momento era un rumor del que nunca habíamos hablado, pero yo estaba un poco: “¿sí? Bueno, vale, déjame que lo piense”. Así que hicimos la gira y fue divertido, y además ganamos un poco de dinero; lo que no nos cambió la vida, no somos los Pixies -creo que todos se han hecho millonarios con el regreso (risas)-. Fue divertido estar juntos en el escenario sin más idea que la de seguir haciéndolo por un tiempo; no sé cuánto durará, pero ahora mismo disfrutamos de la compañía, esa es la gran diferencia con respecto a 2004, cuando estábamos con Rendezvous y era todo tan tenso y difícil.

-¿No es, de alguna manera, como volver con tu ex
-Sí. Hay mucho en común con una relación. Cuando estás en una banda estás hablando de relaciones y de lo complicadas que son. Cuando empiezas con un grupo es como cuando empiezas a enamorarte: quieres que estéis juntos todo el tiempo y, a lo mejor, diez años más tarde llegas a ese punto de “oh, Dios mío, me vuelves loco y no te soporto más” (risas). Entonces cortas y os volvéis a ver 5 años más tarde y piensas “bueno, vale, tampoco está tan mal, está bien”; a lo mejor has madurado y te has dado cuenta de que, no sé… No es que ahora todo sea perfecto y nadie se ponga de mal humor mientras hacemos una gira, pero tal vez somos conscientes de que a veces viajar tanto es difícil y hay que dejar que la gente pueda tener su espacio y su tiempo. Pero no hay razones para odiarnos.

-A lo mejor necesitas tocar con otras personas…
-… para darte cuenta. ¡Exacto! Creo que es bueno e incluso saludable, lo de tocar con otras personas y hacer otras cosas, no siempre hacer lo mismo una y otra vez. La gente me pregunta qué es lo que más echaba de menos de Luna, y la respuesta es que lo que más echaba de menos es lo sencillo que es tocar y sonar bien. Si estás tocando en la misma banda durante mucho tiempo… 
¿Has visto tocar a The Clean, de Nueva Zelanda?

-La verdad es que no.
-Yo los vi hace cinco años por primera vez. Fue fantástico. Esa sensación de “vale, estos tíos llevan juntos durante 30 años”. No tocan siempre juntos, ya sabes, pero cuando se ponen a tocar otra vez es bastante fácil para ellos encontrar esa magia otra vez.

-Para encontrar esa magia en Luna, ¿qué es lo que se mantiene de antes de la ruptura?
-Qué es lo que se mantiene (se lo piensa). De alguna manera yo creo que es el sonido. Hicimos el disco con Jason Quever, que tiene un estudio aquí, en Los Angeles. Trabajé con él mucho -juntos grabamos mi EP Emancipated Hearts y otro disco que no ha salido aún-, y él decía: “esto no suena a Luna”. “A pesar de tú estás tocando, y Britta también, no suena a Luna”. Entonces metes a Lee en el estudio y coloca su batería de una forma particular, y entonces entra Sean… Entonces ya suena a Luna.

-No te voy a hacer elegir las mejores versiones de Luna, pero sí te preguntaría si alguna de las de A Sentimental Education está entre tus favoritas.
-Creo que sí. Ahora mismo estoy muy emocionado con muchas canciones del disco. Me gusta ‘Friends’. Me gustan mucho ‘Fire In Cairo’, ‘(Walking Thru’ The) Sleepy City’… Seguramente necesite un poco más de tiempo para pensar cuáles son mis favoritas. Y ‘Most Of The Time’ creo que al final ha resultado una gran elección.

-Esa es mi favorita.
-¿Ah, sí? Interesante.

-Puede que sea porque me gusta Bob Dylan, pero esa también sería la razón por la que me enfadaría mucho una versión que no estuviera a la altura
-(risas) Puedo asegurarte que trabajamos muy duro con esa canción. La canté muchas veces. Creo que hicimos un buen trabajo con las guitarras. Cuando Sean sugirió que la tocáramos, yo me preguntaba: ¿cómo vamos a tocar esto? Es todo atmósfera. Pero es bonita y la guitarra de Sean… Sean hizo un muy buen trabajo. Y Britta.

-Sueles hablar muy de frente sobre tus canciones. De hecho, te he escuchado decir, sobre un disco de Luna, “me gusta este disco, pero sólo tiene un par de canciones buenas”. Es extraño tanta autocrítica
-(risas) ¡Lo sé! Y no debería hacerlo. Un manager me dijo una vez: “ni se te ocurra volver a decir eso, no vuelvas a decir que no te gusta algo”. ¿Sabes? Si haces diez discos no pueden ser todos perfectos. No importa cómo de buena sea una banda, siempre vas a tener altibajos. Pero sí, si vuelvo a escuchar discos siempre hay alguna canción en la que digo “maldita sea, qué vago estaba escribiendo, debería haber trabajado mucho más en las letras” o “mira cómo suena mi voz aquí”. Pero me gusta el sonido de mi voz en todo este disco. Y hay unas cuantas canciones más que al final no entraron en el disco.

-¿Las tocaréis en directo? Imagino que repasaréis los clásicos de Luna.
-Oh, sí. Por supuesto. No puedes tocar sólo las canciones de tu último disco: la gente te tiraría cosas al escenario. 

-No sería la primera vez…
-Puedo entender que esté bien hacerlo como artista, porque conoces las canciones muy bien -las has grabado en un disco, has estado ensayándolas-, pero para la gente que quizá las está escuchando por primera vez quizá no sea tan bonito. Yo creo que puedes tocar 4 o 5 canciones del disco nuevo, pero la gente también quiere escuchar las antiguas. Vamos a intentar no hacer lo mismo ni tocar lo mismo que tocamos hace 3 años; es decir, hay canciones que tocamos siempre -‘Friendly Advice’, ’23 Minutes In Brussels’-, pero estamos intentando elegir canciones de todos nuestros discos.

-¿Por qué crees que Luna gusta tanto en España?
-(se lo piensa) Esa es una buena pregunta. Creo que España llegó un poco tarde al indie rock, ¿sabes lo que quiero decir? Cuando estaba de gira con Galaxie 500 en 1989 o 1990 nadie en España nos pidió que pasáramos por allí y no lo hicimos. Quizá España se abrió para nosotros más en los 90. Y eso que los españoles prestan más atención al indie rock americano, mientras que los franceses y los alemanes lo hacen más con el inglés… No lo sé. Vosotros lo sabréis mucho mejor que yo. Lo cierto es que no hemos estado demasiado en Alemania, por ejemplo, porque no nos lo pasamos muy bien allí. Sí nos gusta ir a España, y luego podemos ir a París o Londres, pero no voy a conducir mi furgoneta hasta Suiza.

-¿Por qué no?
-(risas) La comida no es buena. No, en serio, Suiza es muy bonita.

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