Love of Lesbian ofrece dos conciertos consecutivos (14 y 15 de septiembre) en el Palau de les Arts de València como parte de su gira que celebra sus 20 años de vida
VALÈNCIA. La búsqueda -a lo bruto, sin comillas- devuelve un resultado con más de 21 millones de respuestas. Y, sin embargo, “con los años he aprendido” es una de las mentiras más grandes que se puede encontrar en Internet como construcción gramatical. Con los años no se aprende. Se aprende con los errores. Y si se aprende con los años es a abrir las puertas y a dejar pasar a un existencialismo que se disfraza -casi siempre sin éxito- de aprendizaje y, en el peor de los casos, de tolerancia. Uno no aprende con los años, simplemente se agota lo suficiente como para tener que dejar pasar situaciones ante las que no hace demasiado se veía obligado a plantarse desde lo más profundo de su condición.
Existe una corriente de pensamiento en la crítica que se encuentra íntimamente relacionada con esta tendencia a la supervivencia de la mente. Si no te gusta algo, no hables de ello. ¿Por qué pierdes el tiempo en escribir, articular un discurso o simplemente manifestar algo si te parece que no cumple con tus mínimos? ¿Por qué opinas a lo largo de 400 palabras sobre algo que te parece ajeno a las consideraciones básicas de un producto artístico de calidad? Porque eso forma parte de la crítica. Aunque el auge de la crítica incondicionalmente amable -que, ¿casualidad?, ha coincidido con la generalización de Internet y la superabundancia de los blogs- invite a creer lo contrario, organizar una crítica (constructiva) forma parte de la misma misión analítica. Pero es más difícil que calcar la hoja de promo.
La tendencia demonizadora del crítico musical que critica -independientemente- olvida de forma perversa que el profesional no escribe -únicamente- por placer; algo que sí sucede en muchos casos cuando se regenta una bitácora. “La tranquilidad es una bajeza moral”, que decía Lev Tolstoi, es hoy el “si no te gusta, ¿por qué pierdes el tiempo en escribir sobre ello?”. La guerra y la paz. Escribir sólo de lo que nos gusta acaba creando escenas complacientes con cero tolerancia a la crítica y una enorme propensión a la frustración; acaba creando, por encima de todo, una masa crítica con la consistencia de la mierda de pavo. Las críticas desprovistas de todo intento de análisis y, por el contrario, provistas de una extraña amabilidad -en forma de nota de prensa amasada-, tienen su parte de responsabilidad en el estado actual de ese indie mainstream de fórmula crónica que campa a sus anchas por festivales y agendas culturales.
La doble cita de Love of Lesbian en el Palau de les Arts Reina Sofía (14 y 15 de septiembre) que celebra la longevidad de la banda es sólo un botón.
Los dos conciertos de Love of Lesbian en València forman parte de la gira que celebra los 20 años de existencia del grupo. También doblaron esfuerzos en Madrid y en Barcelona. Mientras ellos cumplen dos décadas, la crisis económica cumple ya sus primeros diez años; de los 20 años de historia de Love of Lesbian, la mitad -su mejor época, además- los han vivido a caballo entre la recesión y el estallido de la burbuja inmobiliaria. No es un dato baladí si tenemos en cuenta la premisa que se autorreafirma en dos fases: la que ha convertido a Love of Lesbian en una golosina -gracias a su tirón comercial a prueba de discos cuestionables- para festivales que entienden que no están las castañas para ir haciendo malabares con ellas.
Love of Lesbian es uno de esos grupos que, como Dorian o Vetusta Morla, son capaces de doblar fechas en Madrid. Al parecer, es el diamante de los logros desbloqueados. Grupos que conectan con su público de tal forma que consiguen entrar en la espiral dorada para sólo salir cuando estalle la burbuja de festivales: lleno en salas porque lleno en festivales porque lleno en salas porque lleno en festivales. Y así hasta el infinito. Desde que los catalanes se pasaron al castellano en 2005 -con el inspirado Maniobras De Escapismo-, pero especialmente desde que en 2009 publicaron 1999 (O Cómo Generar Incendios De Nieve Con Una Lupa Enfocando A La Luna), han conseguido amplificar su mensaje de tal forma que hoy en día es imposible pensar que algo les pueda salir mal a nivel comercial.
Gran parte del éxito de la fórmula de Love of Lesbian ha sido ir puliendo el sarcasmo que manejaban en sus primeras composiciones en castellano para terminar convirtiendo sus letras en una extensión de la cultura de los blogs de bodas, las bodas en sí mismas, los poetas urbanos aliados con ilustradores que recuerdan a la misma artista y Mr. Wonderful. De hecho, cuando Mr. Wonderful llegó, Love Of Lesbian ya estaban ahí, insertando su imaginería en la cultura popular española. Su habilidad para confeccionar discos memorables de principio a fin es inversamente proporcional a la de ofrecer directos que epatan y, sobre todo, a la de conectar con un público que responde con la lealtad de quien cree que esa canción se escribió para hacer justicia en su vida y aliviar su desazón.
Sólo hay que darse una vuelta por Internet para encontrar el legado de la banda y su calado en la cultura popular española. Cientos de “niñas imantadas” y otros tantos “astrománticos” pueblan, por ejemplo, los apodos en redes sociales. El universo creado por Love of Lesbian y las réplicas en los de su propio público han dado tanto de sí que incluso Santi Balmes, cantante y compositor del grupo, ya cuenta con una bibliografía más densa que la de muchos escritores; entre todos sus libros publicados se encuentra Yo Mataré Monstruos Por Ti: best-seller traducido al inglés, al danés y al italiano. La transversalidad del producto de Love of Lesbian se extiende hábilmente como el gas que sabe ocupar cualquier espacio que lo contenga.
Estrictamente hablando del apartado musical, a lo largo de estos 20 años es innegable que el atractivo de sus canciones ha ido decreciendo al paso que la banda se consolidaba como una apuesta indiscutible para cualquier promotor. Tras tres discos en inglés que se quedaron en los márgenes de la independencia auténtica -pero que tenían muy buenos mimbres-, la banda catalana se pasó al castellano; lo que, al final, ha resultado fundamental, pues las letras son la miel de Love of Lesbian. Ellos y Vetusta Morla han conseguido poner el foco en las letras; aunque con motivaciones y desenlaces muy diferentes, el mérito no se les puede esconder.
Maniobras de Escapismo, Cuentos Chinos Para Niños del Japón y 1999 representan la cúspide del discurso de Love of Lesbian, el crédito. La gasolina que en los últimos dos discos de estudio empieza a ser insuficiente para poner a pleno rendimiento la maquinaria de Balmes y compañía. Tal y como le ha sucedido a los Zombie Simpsons -la fase en la que Los Simpsons empiezan a decaer a partir de la octava o novena temporada-, la propuesta de Love of Lesbian ha comenzado a flaquear cuando ha cambiado sarcasmo y acidez por surrealismo y caricatura excesivamente simplista. Musicalmente el grupo no se muestra tan agotado como a nivel conceptual -ahora, además, ha sumado a Ricky Falkner-, pero en su vigésimo aniversario empieza a mostrar síntomas de agotamiento.
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