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opinión

Comprar compañías con elevada generación de valor tiene sentido

La solidez del balance y la caja neta van a ser variables clave a la hora de decidir el futuro inmediato de las compañías como explica el gestor

15/04/2020 - 

MADRID. Llevamos más de una década con un peor comportamiento relativo de la gestión en valor. Pero si analizamos los tres cambios de ciclo que se han sucedido durante los últimos 25 años, podríamos pensar que nos encontramos muy cerca del punto de inflexión a favor de esta.

Siempre que se produce una corrección en los mercados aparece la 'pregunta del millón de dólares': ¿Ha llegado ya el momento de invertir? Es curioso cómo en las caídas siempre nos da pánico comprar, no teniendo esa sensación de miedo en las subidas cuando nos desprendemos de una excelente compañía (y corremos el riesgo de perdernos la mayor parte de su creación de valor) o, lo que es todavía peor, cuando compramos una compañía en máximos históricos sencillamente porque está de moda. El comportamiento humano es así, la percepción del riesgo es completamente asimétrica con una tendencia clara a sobreactuar tanto en los momentos de pánico como en los de euforia.

Contestada la primera pregunta, la segunda sería aún más concreta la siguiente: ¿Ha llegado el momento de invertir en valor? Dentro de los mercados nos podemos encontrar con distintos tipos de compañías, pero nosotros pensamos que la clave está en aquellas capaces de crecer y generar retornos a lo largo del ciclo superiores a su coste de capital. Son estas las que creemos que realmente pueden ofrecernos oportunidades claras de inversión a largo plazo. 

Capacidad de adaptación

Lo realmente sorprendente es que muchas de estas compañías se han adaptado rápidamente a nuevas tendencias tan relevantes como la digitalización, mejorando su capacidad para generar valor y reforzando su posicionamiento competitivo. Es decir, son mejores compañías hoy que hace una década, sin que su cotización haya recogido esta circunstancia. Comprar barato nunca dejará de tener sentido, y por eso siempre apoyaremos la idea de que tiene sentido comprar compañías con una elevada generación de valor.

¿Podría ser el Covid-19 un catalizador de un cambio de ciclo que acabara con la supremacía de las compañías de crecimiento frente a las de valor? Nos encontramos en un contexto totalmente diferente al de crisis anteriores. En este escenario de máxima incertidumbre, los inversores de corto plazo (traders) confiarán en sus modelos de análisis técnico de cotizaciones y/o de indicadores macroeconómicos para intentar anticiparse al cambio de tendencia. 


Los equipos de análisis de los bancos de inversión tienen por delante la difícil tarea, y muchas veces no justamente reconocida, de intentar estimar el efecto de la ralentización económica en los beneficios de las compañías. Los economistas se enfrentan a un escenario totalmente desconocido en la historia reciente.

En el caso de los inversores de largo plazo, tener un método de inversión y respetarlo será fundamental para evitar que los árboles nos impidan ver el bosque. Por ello, es fundamental no perderse en ese exceso de información y enfocarse en entender qué va a cambiar de forma estructural a peor y también, como siempre que hay una crisis, a mejor.

Nosotros hemos identificado dos grandes tendencias estructurales fruto de la pandemia:

  1. Una economía más básica y próxima, a la par que más digital.
  2. Las compañías con un balance sólido y caja neta no solo preservarán mejor el capital, sino que entenderán la crisis como una oportunidad.

Solidez del balance y caja neta

Pensamos firmemente que la solidez del balance y la caja neta van a ser variables clave a la hora de decidir tanto el futuro inmediato de las compañías como sus prioridades a medio plazo. Si la desaceleración se prolonga, las compañías más endeudadas pueden tener problemas de capital que les obliguen a cancelar los retornos a sus accionistas (dividendos y recompra de acciones), realizar ampliaciones de capital y, ya en una fase muy negativa, pueden ver peligrar su continuidad.

Sin embargo, la fortaleza de su balance, especialmente en las compañías con caja, permitirá a sus equipos directivos aprovechar la crisis para invertir en crecimiento, tanto orgánico como inorgánico, y a precios más reducidos. En definitiva, mientras unas lucharán por sobrevivir, las otras verán la crisis como una oportunidad.

Carlos Val-Carreres es asesor del fondo Value Strategy 

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