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China se prepara para enfrentarse a largo plazo a Estados Unidos

El mantenimiento de la mayoría de aranceles a importaciones chinas, una señal para el 'cinturón oxidado' industrial del noreste de EE UU advierte el economista

22/01/2020 - 

MADRID. La economía China ha crecido en 2019 un 6,1%, 0,5% menos que en 2018 y al ritmo más bajo de 29 años. Sin embargo los recientes datos de exportación China dibujan un panorama alentador a corto plazo, a lo que la posible mejora de la demanda externa puede añadir impulso a una recuperación que puede ampliarse al segundo trimestre. Hay que tener en cuenta que en 2019 China ha tenido superávit comercial de 421.500 millones de dólares, frente a 351.000 millones en 2018.

Ahora bien, su actual desaceleración, que comenzó a principios de 2018, es atribuible al desapalancamiento financiero interno y la 'guerra comercial' con EE UU, que, aunque en menor medida que en 2019, pueden seguir pesando en su crecimiento. Aunque el acuerdo de primera fase con EE UU es positivo, no creemos que marque el final de la 'guerra comercial', pues es sólo una dimensión del conflicto. 

El acuerdo comercial es frágil y puede desmoronarse tras las elecciones en EE UU este noviembre. De hecho el mantenimiento de la mayoría de aranceles a importaciones chinas es una señal para el 'cinturón oxidado' industrial del noreste estadounidense respecto a que Trump sigue fiel a su promesa de ser duro con China. En caso de que un demócrata gane las elecciones presidenciales, no creemos que haya un gran giro respecto a aranceles, pues parece haber consenso bipartidista respecto a tal política con China. 

Además, respecto al compromiso de China de comprar nuevas cantidades considerables de productos estadounidenses, empezando por los agrícolas, los agricultores estadounidenses temen no poder producir lo suficiente. Es probable que el daño directo a las exportaciones chinas disminuya en 2020, pues el tipo arancelario efectivo estimado de las importaciones chinas fue 12,1 % en octubre de 2019 y parte de los aranceles se revertirán por el acuerdo, sin embargo, el impacto indirecto en la inversión y ajustes en la cadena de suministro puede continuar pesando en el crecimiento chino. Así que en conjunto el aumento de su PIB puede moderarse en 2020 a 5,9%, siendo mayor el primer semestre y más suave el segundo.


Las exportaciones de China en diciembre han ascendido a 237.700 millones de dólares, un aumento del 7,6% anual, frente a una contracción del 1,3% en noviembre, 0,5% respecto a 2018, cuando crecieron casi 10%. El caso es que a pesar de las elevadas tensiones comerciales con EE UU y una notable desaceleración de la economía mundial, se ha evitado una contracción. Sus exportaciones a economías del sudeste asiático han aumentado 27,4% -suelen ser relativamente fuertes debido a estrechos lazos a través de las cadenas de suministros industriales- y probablemente reflejan aceleración de reubicación fuera de China hacia economías como Vietnam, así como un posible cambio de ruta de algunas exportaciones chinas a través de estos países para eludir aranceles adicionales de EEUU. 

Por su parte, en diciembre las exportaciones de China a la UE han aumentado 6,6% y, aunque se han mantenido en contracción respecto a Japón y EEUU, hay notable mejora en comparación con meses anteriores. Una de las razones de este fuerte repunte de las exportaciones chinas es el factor estacional del Año Nuevo Lunar el 25 de enero de 2020, casi dos semanas antes que en 2019. En previsión de unas largas vacaciones, fabricantes y comerciantes probablemente han cargado pedidos en diciembre para evitar retrasos. Además es probable un efecto base favorable. Sin embargo, estos factores no explican plenamente el fuerte aumento, pues las exportaciones de Corea del Sur y Taiwán, dos de los principales exportadores de Asia, también muestran una mejora similar, indicativo de recuperación de la demanda externa real.

Recuperación cíclica

Más han sorprendido las importaciones en diciembre, con aumento del 16,3% en comparación con 0,8% de noviembre y seis meses consecutivos de contracción anteriores. De hecho es probable que surja una recuperación cíclica moderada en China, impulsada por los estímulos monetarios y fiscales de su gobierno desde principios de 2019. Ya en Noviembre el índice manufacturero PMI de fabricación chino pasó de 50 por primera vez en siete meses, tras un movimiento similar del Markit PMI tres meses antes. En diciembre ambos han permanecido en expansión. 

A ello se añade que la importación por parte de China de hierro ha crecido 16,9% anual -frente a una contracción la mayor parte del segundo semestre de 2019- y la de cobre 22,6%. Ambos están estrechamente relacionados con la construcción y apuntan a impulso industrial -en diciembre la producción industrial china ha aumentado 6,9%, la mayor tasa desde marzo de 2019- con la inversión en activos fijos mostrando signos de recuperación.


Además, el Gobierno chino probablemente mantenga la política monetaria y fiscal para evitar una desaceleración más pronunciada y apoyar el crecimiento. Es probable que el banco central de China relaje más su política monetaria en 2020, reduciendo los coeficientes de reserva requeridos a bancos comerciales y tipos de interés, que con una nueva tasa de referencia mejoran la transmisión de política monetaria. Como la inflación actual debe a un shock de oferta de un solo artículo (el cerdo), esperamos que reanude tal política monetaria este primer trimestre de 2020.

Pero no esperamos un programa de estímulo masivo. Las políticas que frenan la compra de viviendas se mantienen en gran medida en la mayoría de ciudades principales y, aunque el apalancamiento de los hogares puede seguir aumentando, la rápida expansión de 2016-2017 puede no repetirse los próximos tres a cinco años. Tampoco esperamos más recortes de impuestos en 2020 tras los la renta de las personas e IVA en 2019. En cambio, el Gobierno chino puede ampliar su objetivo de déficit fiscal al 3% en 2020 desde 2,8% en 2019 y probablemente aumente la cuota de emisión de deuda de los gobiernos locales en 2020 para apoyar inversión en infraestructura. De hecho el Gobierno chino tiene margen.

'Municiones' de política

En el segundo trimestre de 2019 la relación deuda/PIB del gobierno central se situó en 24% y la de gobiernos locales en 22%. En conjunto la deuda pública china representa 46% del PIB, frente a un máximo de 53% el segundo trimestre de 2013, siendo de los más bajos entre las economías importantes. Además, su sistema político unipartidista permite desplegar recursos fiscales de manera mucho más oportuna que la mayoría de países con sistema político democrático. Pero la tasa de desempleo en 5,1%, sigue por debajo del objetivo de 5,5% y el crecimiento de la renta urbana disponible en 7,9% interanual el tercer trimestre de 2019, es superior al crecimiento nominal del PIB .

En segundo lugar, el Gobierno chino probablemente se está preparando para una confrontación a largo plazo con Estados Unidos y tiene fuerte incentivo para preservar 'municiones' de política. De hecho las tensiones con EE UU son resultado de una competencia estratégica en múltiples frentes, en particular por la supremacía tecnológica y dominio geopolítico, lo que por naturaleza pueden durar años, si no décadas. Además el enfoque prudente de China está justificado, ya que el largo ciclo expansionista mundial está probablemente en su etapa tardía y una recesión es inevitable en algún momento.

Dong Chen es economista de Pictet WM

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