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'Caso Azud': la caída del 'cuñadísimo'

Foto: EFE/ Juan Carlos Cárdenas
7/04/2019 - 

VALÈNCIA. Durante 24 años, la Alcaldía de la ciudad de València estuvo en manos de la conocida como 'alcaldesa de España', Rita Barberá. La mujer que tenía el carné número 3 del Partido Popular. La política que puso de moda el término 'rojo alcaldesa', en referencia a su afición por vestir de ese color. Junto a ella siempre estuvo una persona, su querida hermana Asunción, más conocida como Totón.

Totón se casó allá por 1981 con un joven abogado llamado José María Corbín, Pepe para los amigos. Pepe siempre sobrevoló el ayuntamiento que su cuñada, junto a su fiel escudero y mano derecha Alfonso Grau, gobernaba con mano de hierro. De hecho, cuando el pasado martes José María Corbín era detenido por la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO) pocos se extrañaron. Los presuntos chanchullos del cuñadísimo estaban en boca de muchos desde que estalló el caso Taula, pero nadie se había atrevido a ponerle el cascabel al gato.

Hasta el martes, el apellido Corbín se relacionaba con la persona que llevaba la defensa de la principal imputada en la pieza del pitufeo en el caso Taula, la exsecretaria municipal del PP de València Mari Carmen García-Fuster. También había salido en los papeles como asesor de la compañía Laterne, la que está considerada como empresa pantalla en 2007 dentro de la trama de financiación irregular del PP de Barberá.

De esa empresa, Corbín cobró 3.000 euros al mes por sus labores de asesoramiento en la época en la que diversos empresarios contratistas del consistorio presuntamente pagaron importantes cantidades de dinero para financiar en B la campaña de Barberá en el año 2007.

La Guardia Civil, en uno de los registros. Foto: EFE/ Juan Carlos Cárdenas

Su nombre, y el de su hija Rita Corbín Barberá también sonaban mucho desde hace unos meses por su relación con el partido ultraconservador Vox, en el que militan ambos. De hecho, Rita sonaba como una de las personas que irían, aunque no como número uno, en la lista de este partido al Ayuntamiento de València. De sobra conocidas eran las reuniones que mantenía José María Corbín en un céntrico restaurante de València con personas de dicha formación. Pero todo se fue por el aire el 2 de abril.

Operación Azud

Ese martes se destapaba otra trama, una más dentro del seno del Ayuntamiento, y la enésima relacionada con los populares valencianos, que no daban crédito a que a menos de un mes de las elecciones la UCO volviera a detener e imputar a personas relacionadas con su formación.

La UCO, siempre ingeniosa en los nombres que les pone a sus operaciones policiales, bautizó el caso contra Corbín como operación Azud, palabra de origen árabe que significa "presa pequeña en un río", que se usa para facilitar el desvío de parte del caudal para riego y otros usos. Los agentes prefirieron la sutilidad para aludir a las presuntas mordidas que el cuñado de Rita y un amigo, el también abogado Diego Elum, presuntamente habrían cobrado de media docena de empresas contratistas del ayuntamiento.

La caída del 'cuñadísimo' fue especialmente sonada al saberse que como imputadas estaban sus tres hijas y su mujer. De un plumazo se derribaba lo que pudiera quedar del legado de la 'alcaldesa de España'. Ese legado reivindicado por la nueva candidata del partido de la gaviota al ayuntamiento, María José Català, y que llevó a los Corbín Barberá a emitir un comunicado diciéndole más o menos, al PP, que no se les ocurriera mencionar a la maltrecha exalcaldesa.

Los datos

Sobre la operación, tres datos interesantes. El primero que, según fuentes de la investigación, la presunta trama comenzó a operar en el año 2006 cuando Barberá llevaba desde 1991 al frente del ayuntamiento. El motivo sería que Corbín casi se arruinó ese año y necesitaba dinero como fuera. El cargo de su mujer y su mando en plaza dentro del consistorio como 'cuñadísimo' le abrieron las puertas a crear una red de mordidas por la que ahora mismo está en prisión preventiva.

José María Corbín, en el funeral de Rita Barberá en noviembre de 2016. Foto: EVA MÁÑEZ

La segunda, el método utilizado. Corbín creó presuntamente una trama como la de Gürtel para lucro personal. Se le acusa de confeccionar facturas falsas para justificar servicios que nunca habría prestado a las empresas bajo sospecha de pagar hasta 4 millones de euros en mordidas. Para ello, habría utilizado tanto su despacho como el de su amigo Elum para emitir esas facturas falsas o infladas. Entre las empresas que pasaron por caja estarían Cleop, Acciona o Secopsa, todas ellas contratistas del Ayuntamiento.

Un indicio de estos hecho es que cuando Rita Barberá perdió la Alcaldía en junio de 2015 y Joan Ribó pasó a gobernar, el despacho de Corbín pasó de facturar una media de 600.000 euros al año a 40.000. Esa caída también implicaba la pérdida como clientes de las empresas contratistas. Sorpresa, sorpresa.

Y el tercer y último dato, que las mordidas no solo habrían sido en dinero, sino que también se habrían cobrado en 'especie'. Al parecer, Corbín se hizo con varios pisos en València, regalados o adquiridos muy por debajo de su valor de mercado. Estos inmuebles los habría conseguido después de mediar en diversas recalificaciones y reclasificaciones de suelo municipal.

La causa sigue bajo secreto de sumario, y así se prevé que continúe durante varios meses más, ya que la UCO encontró mucha más documentación de la que esperaban durante los registros. Mientras tanto, Corbín sigue en prisión y toda su familia directa, imputada.

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