El Internet Freedom Festival cierra su quinta edición con los objetivos cumplidos y el reto de crecer de manera sostenible
VALÈNCIA.- “El desarrollo de nuevas tecnologías sin contemplar su impacto sobre los derechos humanos es negligente. Necesitamos más foros que pongan el foco en el impacto de internet en nuestras vidas en lugar de hablar solo de dispositivos. Menos Mobile World Congress y más encuentros para hablar de derechos humanos en la era digital”, aseguró durante la clausura Pepe Borrás, director del Internet Freedom Festival (IFF), que se celebró desde el pasado lunes en el Centro de Innovación Las Naves de València.
Profundizando sobre la negligencia de las grandes tecnológicas y los legisladores, Borrás se refirió a la carta remitida esta semana por un grupo de once personalidades que ha contribuido al nacimiento y desarrollo de la red de la talla de Tim Berners-Lee, Vint Cerf, Katherine Maher o Bruce Schneier. El escrito iba dirigido a los autores de la nueva directiva europea para prevenir la difusión de contenidos terroristas online, que los autores califican excesiva, lesiva para la libertad de expresión y que no contribuirá al fin para el que ha sido diseñadas.
Según Borrás, “no es casualidad que entre los firmantes de la carta estén los máximos representantes de instituciones vinculadas al Internet Freedom Festival como Wikimedia Foudation, The Mozilla Foundation, la Web Foundation, Global Voices, Electronic Frontier Frontier, el Berkman Klein Center for Internet o Open Rights Group. Este dato demuestra la relevancia del IFF como referencia en el debate mundial sobre la libertad de la red”.
Por otra parte, el director de la cita destacó que la comunidad a la que está destino el festival ha crecido “tanto en número como en madurez. La lucha por la defensa de los derechos humanos en la red está evolucionando. Los activistas ya no solo están pendientes de las últimas tecnologías para defenderse, sino que se están comenzando a formar redes locales, regionales e internacionales, muchas de las cuales han nacido durante el IFF en los últimos años”.
Por el camino correcto
Por último, Borrás destacó el éxito del IFF “primero, en lo que respecta a números, que hemos superado el millar de asistentes, lo que nos obliga a pensar en buscar más espacio la próxima edición y apostar por una programación más estable a lo largo del año”. Pero, en segundo lugar, “lo que ha quedado demostrado es que la atención ya no solo se debe poner sobre la mejora de la tecnología, sino sobre los valores éticos y morales que le estamos trasladando”.
Como ejemplo, destacó que Google disolvió esta semana su Comité de Ética para la Inteligencia Artificial ante las quejas de su propios trabajadores, que consideraban que sus miembros no se adecuaban a los objetivos que pretendían alcanzar. “El futuro pasa por incluir a más mujeres, colectivos desfavorecidos y miembros del sur global en las decisiones de las grandes compañías”.
A nivel global, cabe destacar que la cita se ha convertido en un punto de referencia para el llama sur global, ya que es el único foro en el que se dan cita países en vías en desarrollo o con déficits democráticos, y en el que participan en pie de igualdad con los países del norte. Además, ha dado lugar a entidades como el Next Billion Network, (creado en el marco del festival en 2018 y que agrupa a países del sudeste asiático), que en esta edición mantuvo un encuentro bilateral con Facebook para evitar el acoso a los activistas proderechos humanos en la citada red social.
Borrás destacó de esta quinta edición del IFF la presencia, por tercer año consecutivo en el Centro de Innovación Las Naves, del Vietnam Cyber Dialogue. El encuentro permite reunir a la oposición al régimen de Hanoi para debatir sobre la futura ley de ciberseguridad en Vietnam, el uso de ejércitos de trolls para acallar a la disidencia y el desarrollo de herramientas open source para garantizar la seguridad de periodistas y defensores de los derechos humanos.
Por último, del IFF cabe destacar que este año se han puesto en marcha experiencias piloto que permitirán crear varios protocolos de actuación. Uno, para la atención psicológica a los asistentes a este tipo de eventos, gracias a la experiencia piloto implementada por la psicóloga valenciana María Pérez (del Instituto Espill) y otro para poder integrar a la prensa en un encuentro en el que privacidad de los asistentes es fundamental, y que ha sido financiado por la Cátedra DevStat de la Universitat de València.