* Los gráficos se actualizan diariamente con los últimos datos sobre la pandemia
VALÈNCIA. Diez meses después de que se detectara el primer caso de coronavirus en la Comunitat, la pandemia deja decenas de miles de contagios y varios miles de decesos en territorio valenciano. Muchos de ellos se produjeron en los meses de marzo y abril, cuando llegaron a contabilizarse más de sesenta fallecimientos en un solo día, aunque desde finales de octubre las cifras han vuelto a elevarse considerablemente. Aun así, aquellas semanas de primavera todavía son las más intensas de la expansión del virus, que logró contenerse, fundamentalmente, debido a las drásticas medidas de confinamiento de la población. De este modo, y tras concluir en junio el proceso de desescalada, el número de nuevos casos diarios se redujo con creces, a la vez que se consiguieron detener por completo las cifras de mortalidad.
No obstante, la llegada de la ‘nueva normalidad’ y la desaparición de las restricciones aceleraron de nuevo el ritmo de los contagios y defunciones, tal y como habían anticipado los expertos. Así, los meses de octubre y noviembre trajeron de nuevo datos superiores a los cuarenta fallecidos diarios, a la vez que el número de nuevos positivos se elevaba por encima de los 2.000. Todo ello contribuyó a que la media semanal de los contagios, que ayuda a suavizar los vaivenes de las cifras diarias y representa la evolución del virus con mayor claridad, se situara cerca de los 1.500 en la segunda quincena de noviembre.
Por su parte, y tras reducirse a 51 casos a comienzos de julio, el número de ingresos en hospitales volvió a crecer hasta superar, a mediados de noviembre, los 1.400. Los centros hospitalarios de la Comunitat, de este modo, se encuentran todavía por debajo de los niveles máximos de ocupación de la primera ola, que se produjeron el último día de marzo y el primero de abril con 2.189 pacientes ingresados. De igual forma, el número de personas que requiere de cuidados intensivos se ubicó a mediados de noviembre por encima de los 250, cuando dos meses atrás, en torno al 8 de julio, solo se contabilizaban cuatro ingresos en las UCI valencianas.
También la mortalidad se disparó tras varios meses de tránsito por una ‘nueva normalidad’ en la que incluso se llegó a registrar una semana sin defunciones por covid-19. Fue a mediados de julio, y desde entonces el número de muertes en territorio valenciano creció hasta alcanzar, el 17 de noviembre, las 42 muertes diarias. A su vez, la media semanal de decesos se situaba por encima de las cien diarias.
Por su parte, y según los informes sobre la pandemia publicados periódicamente por el Ministerio de Sanidad, el número de contagios detectados parece estabilizarse en España. Por ahora se superan los 65.000 positivos semanales, a la vez que se registran alrededor de 3.600 ingresos hospitalarios en siete días y más de 1.000 defunciones. En junio, en cambio, la cifra semanal de nuevos contagios apenas alcanzaba los 2.000 casos.
A su vez, y si se analiza la evolución de los positivos desde el inicio de la pandemia, se observa cómo a nivel nacional la cifra de contagios de marzo y abril es ya mucho menor a la de finales de agosto y principios de septiembre. Detrás de este escenario, no obstante, se esconde una mayor capacidad de realización de pruebas de detección del virus y una mejor detección, aunque otros indicadores, como la cifra de defunciones y los ingresos en hospitales, demuestran que la situación de la pandemia se acentuó también en esta segunda ola.
Por último, y en relación a la evolución de la pandemia por comunidades autónomas, son Castilla y León, Asturias o País Vasco las que presentan la mayor incidencia del virus por cada 100.000 habitantes en la última semana. La Comunitat Valenciana, por su parte, posee de momento una incidencia inferior a la media estatal, y se ubica, siempre según los datos del Ministerio de Sanidad, como una de las regiones con menos casos de coronavirus por cada 100.000 habitantes. Aunque también es cierto que la autonomía valenciana es una de las comunidades que presenta peor tasa de pruebas realizadas por cada mil habitantes.