VALÈNCIA. El Consejo Rector de la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació (CVMC) eligió este miércoles a Alfred Costa como nuevo director general de À Punt y en el que tendrá distintos retos. Un proceso en el que el finalista del concurso para este puesto obtuvo seis votos a favor y cuatro en contra de los consejeros, lo que le permitió sumar los tres quintos requeridos que fija la ley para ser el ganador del concurso.
Los consejeros se reunieron por la mañana para estudiar los proyectos planteados por los dos finalistas. Unos documentos en los que incluyeron su propuesta de organigrama; un cronograma para cumplir los objetivos que se planteaban; un análisis en profundidad de los medios valencianos públicos actuales; y un buen número de propuestas para mejorar À Punt.
En su proyecto, al que ha tenido acceso Valencia Plaza, Costa recoge una propuesta especialmente llamativa: la creación de una nueva marca para À Punt. Un apartado en el que el futuro director general -siempre que Les Corts Valencianes ratifiquen su nombramiento- no especifica si se trataría de una marca que, con el tiempo, sustituyese el nombre de À Punt; o si bien se trataría de una firma complementaria a la ya existente.
Ahora bien, en el documento Costa se pregunta "qué ha sido" de aquellos espectadores "que consumen más tele". "¿Han podido sintonizar los canales de radio y televisión? ¿Les hemos ayudado a sintonizar con los canales que tiene que ver más con el factor de identificación?" Dos preguntas que responde con la creación de una plataforma de medios lanzada sin promoción.
Para llegar a este punto, el todavía actual jefe de emisiones de À Punt propone "un atrevimiento". "¿Por qué no con la misma valentía con la que bautizamos a los nuevos medios públicos valencianos no estaríamos dispuestos a hacer un ejercicio de 'naming' que ayude a la campaña de lanzamiento que proponemos para acercarnos a los targets -públicos- de los que todavía somos huérfanos?", se cuestiona Costa. Desarrolla, en este sentido, que la cadena podría seguir una suerte de "decálogo teórico" para establecer ese nuevo nombre que fuera flexible, que trasladara credibilidad o que fuera fácilmente pronunciable, entre otras cuestiones.
Este apartado despertó especial curiosidad a la par que dudas en el Consejo Rector, que aprovechó la entrevista con el finalista y posterior ganador para requerirle un mayor desarrollo de esta idea. Las fuentes consultadas por este diario sostienen que no profundizó en exceso en el tema, y que tal vez sea una idea que pueda desarrollarse con el tiempo o no, pero que la intención primigenia sería crear una nueva marca porque À Punt no termina de seducir.
Otro de los apartados más llamativos del proyecto de Costa es la previsión de crecimiento de audiencias que realiza para los próximos tres años. Así, fija como objetivo alcanzar un 2,5% de audiencia en 2020, un ejercicio en el que À Punt roza una media de cuota de pantalla del 2%. Para el último trimestre de ese año, incluso, la meta que proyecta Costa es la de superar el 3% de audiencia mensual.
Para el siguiente año, la estimación sería situarse entre el 3%-3,4%; para 2022, Costa aumenta hasta el 3,7%-4,3%; y en 2023, año en el que finalizaría su mandato como director general, su propósito se situaría entre un 4,7% y un 5,5% de share. Lo que supondría casi triplicar la audiencia actual durante su mando.
Con este escenario, considera que la evolución de los ingresos por publicidad sería de 1,5 millones de euros en 2020; 2 millones de euros en 2021; 2,5 millones en 2022; y culminar su mandato con 3 millones de euros de ingresos publicitarios anuales. Esto supondría triplicar las cifras actuales a lo largo del próximo trienio, o lo que es lo mismo, que estos beneficios crecieran por valor de medio millón de euros cada año.
Para conseguir este objetivo, desarrolla un plan de actuación basado en la "mejora de las transiciones entre programas para evitar la migración del público", "dar estabilidad a la franja de acceso primetime" y "mejorar el rendimiento de las tardes de los fines de semana", ya que en estas franjas sintoniza mucha gente que no son espectadores y oyentes habituales que sí ven o escuchan À Punt de lunes a viernes.
Entre sus objetivos más ambiciosos también se encuentra el de duplicar la ratio de cobertura en Alicante para pasar del 1% al 2%, así como pasar del 1,3% al 2% en Castellón y multiplicar la media de espectadores diarios de 16.000 a un total de 23.000.
Ahora, serán Les Corts Valencianes las que deberán ratificar el nombramiento de Costa después de que éste comparezca para demostrar su idoneidad en la comisión de RTVV y del Espacio Audiovisual. Una sesión que está prevista para el próximo día 11 de febrero, tal y como fijó este jueves la Junta de Síndics posterior al pleno del Parlamento.
En este sentido, bastaría con que los representantes del Botànic -PSPV, Compromís y Unides Podem- dieran su visto bueno, ya que cuentan con seis de los 11 parlamentarios que la integran. La coalición valencianista ha estado mostrando sus reticencias en los últimos días a apoyar a cualquiera de los dos finalistas por la vinculación de ambos guardan con el PSPV. De hecho, este mismo jueves el síndic de Compromís, Fran Ferri, deslizó que primero debían consultar el proyecto de Costa.
No obstante, huelga recordar que tanto Compromís, como los otros partidos que integran el Botànic II -PSPV y Unides Podem- hicieron especial hincapié en varios momentos de la legislatura pasada en que el Consejo Rector es un órgano "independiente" del poder político y sus decisiones, por tanto, son soberanas con respecto a lo que ocurre con la CVMC y las formaciones no tienen capacidad de influencia para "cambiar" la deriva de la radiotelevisión pública valenciana. Es por esto por lo que, ahora, resultaría complicado y sumamente significativo que Compromís se opusiera a este nombramiento, dado que no solo revelaría que no les agrada el finalista, sino que también cuestionan a ese "órgano independiente" y tratan de influir o tener la última palabra en esta cuestión. Es decir, desmontaría la tesis y el argumento esgrimido durante estos tres años por el Botànic.
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El momento más visto fue la bajada de la Senyera con un 20,4% de cuota de pantalla, donde À Punt lideró la audiencia por delante del resto de cadenas.