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ALICANTE. Hay alcaldes con problemas en el PSPV-PSOE. No podrán hacer las listas electorales a su gusto. Deberán enfrentarse a sus asambleas, como siempre, pero que esta vez no controlan, no gozan de una mayoría para imponer el resto de la candidatura electoral. Es el caso de Elche, La Vila Joiosa, Sax o Sant Vicente del Raspeig. En la mayoría de los casos porque hay una mayoría sanchista que se lo impide. Pero tampoco es el todo el argumento: la gran novedad en este proceso es que la elección será con listas abiertas, pero el resultado no es vinculante: los alcaldes tienen una especie de comodín: pueden alegar ante la comisión ejecutiva local y decir que están disconformes con el resultado. Ante esta situación, bien la dirección provincial bien la autonómica ejercerían o deben ejercer de mediadora. El alcalde puede alterar el orden del puesto de los candidatos de acuerdo con los resultados por cada uno de ellos en la asamblea, lo que le da un escaso margen para hacer la lista a su manera; en definitiva, si el alcalde (o candidato) quiere, el partido y él están obligados a negociar.
Carlos González es minoría en su asamblea. Los sanchistas, que tienen la mayoría, renunciaron a ir a primarias y dieron su respaldo al actual alcalde. Ahora con la lista, el sector de Alejandro Soler intentará poner a sus hombres y mujeres y copar su lista. Como publicara Alicante Plaza, el sector que respalda a González le ha recomendado que se plante y que exija su cuota en la lista, o que fuerce la mediación del PSPV. Pero el primer edil no ha desvelado sus cartas. Una de las opciones que tiene es esperar a los resultados de la asamblea y forzar la negociación a posterior a través de la alegación. A favor de Gonzáles está que los sanchistas deben satisfacer a varios sectores internos, con lo que cual puede jugar la baza de dividirlos.
En la agrupación de San Vicente del Raspeig cuecen habas. La renuncia de José Luis Lorenzo a ejercer de portavoz los tres plenos que faltan para que finalice la legislatura se interpreta como un distanciamiento con el alcalde, Jesús Villar, en favor del histórico José Gadea. Su figura se ha convertido en una especie de Ángel Franco sanvicentero, que controla la agrupación desde el exterior y a su antojo. Gadea es un veterano dirigente, que fue expulsado del partido tras respaldar la moción de censura que llevó a Luisa Pastor (PP) a la Alcaldía en 2001. Villar es el actual secretario general, además de alcalde, pero no mantiene el control del partido: fue elegido en una asamblea con poca participación. El grupo municipal ha pasado diversas crisis y dimisiones durante este mandato. Todo hace indicar que la confección de la lista se deberá salvar a través de un pacto de familias, o el alcalde tendrá que ejercer el comodín de la negociación.
Lo de La Vila Joiosa se arrastra desde hace años y meses. Andreu Verdú es el alcalde y ganó las primarias del pasado mes de noviembre, pero lo hizo por dos votos. Pese a su victoria, no controla el partido, que está dividido en dos: los sanchistas controlan el 50% de la militancia y han intentado minar todo el poder al alcalde desde fuera. La confección de la lista electoral se avecina como una batalla más: pero esta vez, Verdú puede tener al mediador como aliado.
Otro alcalde con problemas es el de Sax: Juanjo Herrero tendrá que someterse a las primarias. El ex concejal Manuel Gómez disputará el liderazgo de la lista al primer edil el próximo 3 de marzo.
En Torrevieja, el candidato que ganó las primarias, Andrés Navarro, debe confeccionar la lista y decidir si hace una renovación total de la lista -prescindiendo de pesos pesados como el secretario local, Javier Manzanares -que perdió las primarias ante el propio Navarro- o la diputada provincial Fanny Serrano. Los dos son concejales y forman parte del actual equipo de gobierno municipal. Y ahí residirá la batalla y las exigencias que ponga la dirección comarcal, en favor de Serrano, o la provincial, en favor de Manzanares.