ALCOY. ¿Cómo se verían novelistas de renombre atrapados dentro de un libro? De ser autores a convertirse en personajes; de jugar a la creación a golpe de pluma a avanzar a ciegas por la trama con el paso de las páginas. Este es el experimentos de Jordi Peidro y Ximo Llorens, los dos alcoyanos que con su novela El decapitado de Harrogate han conseguido alzarse con el Premio Internacional de Novela de Misterio y Policíaca puesto en marcha por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.
Una manera de descorchar por todo la alto la primera edición de este galardón que ha sido creado para conmemorar el 130º aniversario del nacimiento de la que fue reconocida como mejor escritora de novela negra, Agatha Christie. Es precisamente ella quien protagoniza la historia ganadora a la que el jurado -compuesto por Carmen Posadas, Santiago Gil, Tina Suárez Rojas y Guadalupe Martín- ha tildado de "inquietante, interesante y original".
Y es que la trama, aunque tiene una parte policíaca con el caso de una decapitación, no se centra en la investigación en sí, sino "en los once días en que Agatha Christie anduvo desaparecida teniendo en vilo a toda Gran Bretaña e, incluso, a parte de Europa, porque se marcho sin dejar ninguna pista. Estuvieron buscándola hasta que apareció en un motel en Harrogate, en el norte de Inglaterra, y simplemente alegó amnesia, diciendo que no recordaba nada", resume los hechos Jordi Peidro. Es en ese lapso de tiempo donde los coautores "fabulan" sobre lo que sucedió, formulando hipótesis que, a su vez, vinculan con el misterio del cadáver que ha aparecido.
Además de introducir a la novelista británica entre las páginas, también está presente en el estilo en que los dos autores han desarrollado la parte de la investigación y el misterio, eso sí, "dándole un toque de posmodernismo", enuncia el escritor. "Donde ella se tomaba muy en serio sus novelas y sus misterios, nosotros nos distanciamos un poquito, introduciendo pinceladas de humor", porque la narrativa policíaca "hoy en día es muy distinta, más negra, cruel y con crítica social, algo que ella dejaba de lado por ser sus casos sofisticados y con personas de la aristocracia. En el misterio hemos jugado con sus mismas cartas aunque 100 años después".
Pese a que el premio no obligaba a que Agatha apareciese como personaje en las 266 obras que se presentaron, 'El decapitado de Harrogate' es el particular homenaje de estos dos alcoyanos, que ya habían trabajado a cuatro manos en alguna ocasión anterior: "Habíamos escrito 'La espina de la Corona' y, tiempo atrás, alguna obra de teatro creada incluso a seis manos, junto con otro amigo". Un proyecto compartido en el que han trabajado "muy a gusto; si estás compenetrado con la otra parte, si casi sin hablar te endientes, es mucho más fácil", resume cómo ha sido la experiencia.
El modus operandi, por su parte, ha consistido en quedadas -en las que el café ha sido un inseparable- para urdir la trama y, una vez aclarado el camino, "cada uno se llevaba a casa una parte del trabajo y la ponía sobre papel. Después lo intercambiábamos, aportábamos sugerencias a lo que había escrito el otro y lo retocábamos". Y es que las diferencias de estilo entre los autores no han bloqueado el proceso, sino que lo han cohesionado más, porque "es evidente que cada uno tiene sus manías y sus formas, pero no hemos sido orgullosos cuando uno ha propuesto cambios sobre lo que ha escrito el otro; es otra visión de lo que tú haces".
Con la sombra del plazo de entrega continuamente encima, poco más de dos meses sirvieron para que El decapitado de Harrogate llegara hasta el certamen, que ha premiado la obra con 10.000 euros y la publicación de ejemplares en papel por Promoción de la Ciudad de las Palmas de Gran Canaria, con quien se encuentran puliendo el texto y ultimando el diseño para que esté listo el 23 de abril, día en que ambos autores volarán hasta esta ciudad de las islas para recibir el premio y sostener entre sus manos un ejemplar físico de su obra.
Debido a la faceta ilustradora de Peidro, él mismo será quien ponga la parte visual a la tapa del libro, "que se parecerá al estilo de portadas que en los años 30 o 40 tenían las novelas de misterio, con cierta tipografía y elementos recurrentes. Todo esto dándole actualidad. Es decir, que parezca una portada de entonces, pero que quede claro que está hecha ahora", distingue. Y, además, confiesa que la primera idea fue "casi en broma", improvisando un primer boceto que envió a su compañero cuando les comunicaron que eran los premiados, "pero que a Ximo le gustó mucho".