Hoy es 23 de noviembre

la galería baja la persiana

Adiós a Pepita Lumier: "Ha sido complicado, pero también gratificante"

5/06/2019 - 

VALÈNCIA. València, hoy, es un poquito menos ilustrada. La galería especializada en cómic e ilustración Pepita Lumier, situada en el número 7 de la calle Segorbe, bajará este mes la persiana. Así lo han dado a conocer las impulsoras de esta ‘parroquia’ del dibujo, Lucía Vilar y Cristina Chumillas, quienes han tomado la decisión de poner punto y final al espacio expositivo cuatro años después de su apertura. “Nos tomamos un respiro para reflexionar, para replantearnos nuevas opciones, nuevas estructuras”, explican las galeristas a través de un comunicado. “Seguiremos en contacto a través de mail y teléfono, pero no desde un espacio físico”, recalcan, con lo que desaparece la sala de exposiciones pero no así la sociedad. Ahora toca parar y reflexionar sobre el futuro de la misma y, también, sobre el espacio de la ilustración en una ciudad que no es plaza fácil para la cultura.

Aupada por el dúo Chumillas-Vilar, la galería se ha convertido en poco tiempo en uno de los espacios clave para esa València que se quiere reivindicar como capital de la ilustración y el cómic, un renacer social que no siempre se traduce en una industria cultural más potente. “En València haces una inauguración y se llena, pero luego, muchas veces, la compra del original viene de fuera”, explica Vilar a Culturplaza. La galerista apunta a la difícil traducción de ese apoyo social en industria cultural, una batalla que no libran solas y que supone el gran reto de los negocios que acaban tejiendo el sector cultural valenciano. “Las galerías hacen una labor muy importante y no siempre está valorada”, añade Vilar. 

Foto: ESTRELLA JOVER.

Precisamente, y vinculado a ese renacer, actualmente la galería acoge la exposición individual de la ilustradora Ana Penyas (València, 1987). La valenciana se convirtió el pasado año en la primera mujer en obtener el Premio Nacional de Cómic, concedido por el Ministerio de Cultura, gracias a Estamos todas bien (Salamandra Graphic), una novela gráfica que recupera la memoria histórica de España a través de la mirada de sus dos abuelas. La muestra recoge algunos dibujos originales tanto de esta obra como de En Transición (Barlin Libros), así como algunas de sus colaboraciones con museos como el IVAM o revistas como Pikara. La muestra, que se podrá visitar hasta el 15 de junio, será la última exposición que se podrá ver en Pepita Lumier, poniendo punto y final a una aventura que ha durado cuatro años y cuyo desenlace dejará a la ciudad un poco más huérfana de cultura.

"Más apoyo institucional"

“Ha sido un camino en el que agradecemos todo el apoyo recibido. Ha sido complicado, pero también muy gratificante y lleno de buenos momentos que hemos compartido, tanto con todos aquellos que han formado parte de este proyecto como con los clientes que han confiado en la galería a lo largo de estos años”, reza el comunicado emitido por la galería a amigos y clientes. Sobre la relación con la administración, apuntan que “no es suficiente” el plan de apoyo a galerías para la participación en ferias y reclaman “más apoyo institucional” para el cómic y la ilustración, haciendo que se extienda el ejemplo del IVAM, que en los últimos años ha incluido este formato tanto en su colección como en su programación.

Foto: ESTRELLA JOVER.

Por los muros de Pepita Lumier han pasado algunas de las firmas más potentes del sector de la ilustración y el cómic, completando el puzzle de todo aquello que pasa en la València dibujada. Cristina Durán, María Herreros, Nuria Riaza, Paula Bonet, Lawerta, Coté Escrivá, Paco Roca… el listado es extenso, una nómina de autores que conforman una constelación ilustrada que pronto tendrá un lugar menos donde reunirse. Pero el papel de la galería, a pesar de su corta trayectoria, no solo se ha reducido a la exhibición. En tanto que agitadoras culturales, Cristina Chumillas y Lucía Vilar han generado puentes entre València y, entre otros, el Museo ABC a través de la figura de Pablo Amargo, mientras que Chumillas fue una de las impulsores del proyecto Ocultas e ilustradas en La Nau (junto a MacDiego y Melani Lleonart), una macroexposición con la que reconstruyeron la historia de las creadoras valencianas.

“Queríamos que fuera una galería de arte pero centrada en ilustración, una disciplina en la que hay grandes profesionales y que, hasta hace muy poco, estaba menos considerada que las demás. Queríamos dar un espacio profesional en Valencia a artistas que triunfan a nivel internacional y a otros que, aunque son más nóveles, hacen un trabajo excepcional”, explicaban en 2017 sobre el inicio del proyecto. Su cierre, además, supone una nueva baja para la asociación de galerías de arte contemporáneo de la Comunitat Valenciana (LaVac), que el pasado mes de febrero también eliminó de su listado a Paz y Comedias, que cerró sus puertas tras más de una década de actividad.

La desaparición de más de un (y dos, y tres…) espacio cultural en las últimas semanas en la ciudad de València lleva a preguntarse qué está pasando con la industria cultural más allá del espejismo del ‘sarao’, una reflexión que habrán de atacar tanto las industrias culturales como la administración (tanto su papel por separado como en su convivencia). Los datos de consumo, por el momento, no dan buenas noticias. La macroencuesta La participación cultural en la Comunitat Valenciana, diseñada por la Universitat de València, desvelaba este año que un tercio de los valencianos no tenía interés en ninguna actividad cultural, un contexto que requiere de un análisis -y acciones- sobre la industria cultural. 

Hoy, por lo pronto, decimos adiós a Pepita Lumier.

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