ALICANTE. Empezó siendo una pequeña muestra, una "píldora" de películas que no cabían en otro espacio, y ahora, en su tercera edición, une al audiovisual una propuesta teatral, un espectáculo de marionetas y un show musical. La Mostra Visible d'Alacant (MOVA), organizada por el Institut Valencià de Cultura (IVC), Diversitat Alacant y Zinegoak, se ha abierto a nuevos formatos culturales en busca de "visibilizar la diversidad, establecer diálogos desde otros lugares y crear espacios sobre diversidad desde la cultura para que esta sociedad sea más rica y más plural", apunta Pau Guillén, coordinador de MOVA y programador de Zinegoak. Y asegura que la intención es "recoger la mayoría de las letras de este LGTBIQ".
En la segunda edición ya asomó la voluntad de abrir la muestra, incluyendo una propuesta teatral. Y es en 2022 cuando la actividad "ha cogido su propia identidad, se ha impuesto la realidad de la propia sala y de la ciudad" y ha evolucionado para introducir artes escénicas, "que tienen un mayor peso en coherencia con la línea del Teatre Arniches", ha explicado Guillén. Y es Alicia Garijo, delegada territorial del IVC en Alicante, quien ha recordado que MOVA empezó siendo "una idea chiquitita que poco a poco ha ido tomando fuerza y ocupando un espacio en nuestra programación".
La tercera edición de la Mostra Visible d'Alacant se celebrará entre el martes 3 y el domingo 8 de mayo y se inaugurará con una de las tres propuestas escénicas: Las coplas con pan(k) saben mejor, de El trío caracol. Se trata de un "espectáculo singular" que interpreta las coplas "que se han cantado toda la vida, tesoros de la memoria envueltos en belleza musical que reflexionan sobre la libertad", describe Garijo.
La segunda propuesta escénica tendrá lugar el viernes 6, de la mano de Jesús Torres, quien interpreta a dos personajes, a un boxeador alemán y gitano que plantó cara a Hitler y a un gitano homosexual de la España de los 80 en busca de su identidad y en un intento de sobrevivir en el seno de una familia tradicional. Se trata de la obra teatral Puños de Harina, que ha sido premio de la Fundación SGAE.
El día siguiente, el sábado 7, llegará al Arniches una apuesta por el teatro familiar con Cris pequeña valiente, de El espejo negro, un espectáculo de marionetas que gira en torno a una niña trans y que va contando la evolución de la familia, en una historia "que tiene mucho humor y mucho amor", matiza la delegada del IVC. Y, aunque recomienda el espectáculo a cualquier persona, invita especialmente "a quienes tienen hijos e hijas, porque es una manera de ayudar, acompañar y explicar un proceso como el de esta niña trans".
En el apartado audiovisual, Guillén subraya con gusto Sedimentos (jueves 5), el documental que ha sido galardonado en la categoría de no ficción en los Premios Feroz. Su alma mater es Adrián Silvestre, quien impulsó esta película en el taller de una asociación en el que él y 25 mujeres trans visionaron otros audiovisuales y juzgaron Vestida de Azul (de Antonio Giménez-Rico) como el que más les gustó. Tras esta toma de contacto con el cine, decidieron impulsar su propia película, con la curiosidad de que fueron seis las mujeres protagonistas, al igual que en la obra de Giménez-Rico. "Adrián ha logrado crear una película de referencia, donde podemos entender la vivencia de una persona trans en el contexto actual".
Otra de las joyas de esta edición es la sección de cortometrajes lésbicos (miércoles 4), "con historias de empoderamiento femenino, que hablan de lo lésbico desde el feminismo", aporta el coordinador de MOVA. En este apartado se visionarán All I need is a ball, de Elena Molina; Les filles ne marchent pas seules la nuit (las chicas no pueden ir sola por la noche), de Katerine Martineau; Leo y Alex en pleno siglo 21, de Eva Libertad y Nuria Muñoz; Descenso, de Dora Cshoj, y Vidi ja ti nea (Would you look at her), de Goran Stolevski.
Para cerrar la parte audiovisual, el domingo 8 se proyectará Piccolo corpo, la opera prima de Laura Samani, "una película pequeña que se ha hecho con mucho esfuerzo y que es muy potente emocionalmente", garantiza Guillén. El largometraje comienza con la creencia de que un bebé que muere sin bautizar va al limbo. Partiendo de esta premisa, se inicia una road movie en la que aparecen elementos como la masculinidad hegemónica y la sororidad. "Es una pequeña joya donde hay unas interpretaciones magníficas y que, para cerrar, nos dejará un buen sabor de boca".
Cada sesión estará dinamizada con unas pinceladas introductorias y se cerrará con un debate postvisualización. Atendiendo a la voluntad de abrirse a nuevas disciplinas culturales, la organización no descarta añadir, por ejemplo, propuestas de danza. Sin embargo, Garijo confirma que hay ciertos formatos difíciles de encontrar que hablen sobre diversidad, como sucede con el teatro familiar. "Cada vez va habiendo un poco más, pero no está muy generalizado", cuenta.
Un panorama diferente se da en el terreno audiovisual, donde Guillén testifica que "en los últimos diez años ha habido una evolución importante. Tiene que ver también con un trabajo que se hace desde festivales, desde espacios de fomento de la creación. Se está dando cada vez más una participación y una presencia de personas que no son hombres heterosexuales creadores. Se percibe una sensibilidad diferente en las historias que se cuentan, una una evolución en cómo se cuentan las cosas en el cine".