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2023: el año de la inteligencia artificial

30/01/2023 - 

La inteligencia artificial (IA) ya nos acompaña en nuestras vidas, pero será en 2023 cuando empecemos a darnos cuenta de cómo nos afecta en el día a día y en nuestro trabajo.

Aplicaciones como GPT-3 ya han puesto de manifiesto que la IA es capaz de responder preguntas más allá de una programación de respuestas predefinidas y de realizar tareas, especialmente las más rutinarias, pero también creativas como generar textos o imágenes. Esto es solo el principio.

Lo que nos sorprende es que las máquinas puedan generar de manera autónoma esas respuestas, sin que se las hayan predefinido. La rapidez de la implantación de estas capacidades (ya conocemos las posibilidades de ofrecernos el mejor camino en Google Maps o las respuestas de los asistentes virtuales como Alexa o Siri) causan cierta preocupación en distintos ámbitos, desde la propiedad intelectual, a las fake news. Pero la mayor inquietud es ¿acabará la IA con miles de puestos de trabajo?

Probablemente, estemos en una nueva revolución, como lo fue la industrial, en la que las tareas rutinarias y recurrentes de los trabajadores puedan ser realizadas por máquinas de manera más rápida y eficiente, como ocurrió en el siglo XIX.

Pero hay que fijarse también en lo que la IA no es capaz de hacer (al menos por ahora): sabemos que sabe dar respuestas, pero no sabe hacerse las preguntas. Como ejemplo, la IA podrá ser utilizada por un ingeniero para ofrecer distintas soluciones a un problema detectado, pero sí misma, no es capaz de detectar los problemas, es decir, de evolucionar en el mundo de las ideas. Esto nos permite pensar que los trabajadores podrán evitar tareas de poco valor añadido y concentrarse en aquellas que requieren creatividad, empatía e inteligencia prospectiva.

En cuanto a su aplicación al mundo de la empresa y desde la experiencia que como consultora tecnológica nos da el análisis e implantación de innovaciones en todo tipo de sectores, podemos decir que estamos en el momento adecuado para empezar a usar estas tecnologías en el día a día de nuestras compañías. 

En 2022 la implantación de la IA en las empresas ha sido tímida, quizás porque la IA falla en algunos ámbitos. De hecho, en ámbitos científicos y académicos comete errores, fallos o fake news, según se quiera considerar y las grandes compañías que podían usarla temen las demandas que puedan recibir por esos fallos.

Sin embargo, las empresas de todos los tamaños ya disponen de aplicaciones basadas en IA que pueden aportar mucho valor a su productividad y que vamos a ir viendo cómo se implantan a partir de este año.

Concretamente, en el ámbito del marketing cada vez va a ser más común utilizar la IA para aprovechar sus capacidades analíticas, creativas y tecnológicas. Cualquier empresa puede aprovecharla. Si no sabe por dónde empezar, es bueno solicitar un análisis de los procesos que identifique oportunidades de aplicación de la IA.

Las ventajas son muchas. Sus capacidades predictivas permiten adelantarnos a las necesidades del consumidor y ofrecerle el producto, contenido o servicio que necesita incluso antes de que lo busque. Con aplicaciones como Farrago, Meetcortex o Sentione podemos conocer desde qué contenidos gráficos consiguen mejor aceptación entre los consumidores potenciales hasta "escuchar" e interpretar las conversaciones sobre la marca en redes sociales.

La generación de contenidos (textuales, de imagen o audiovisuales) es un ejemplo de IA que ya utilizamos en traductores como Deepl, pero también existen aplicaciones capaces de escribir textos, como el propio GPT-3, Articoolo o Phrasee. Una aplicación posible es, a partir de una única imagen de un producto, generar diferentes imágenes que lo sitúen en diferentes situaciones, con un ahorro considerable en la producción de campañas de marketing.

Gracias a sus las capacidades analíticas, la IA va a ser el instrumento que nos va a permitir a todo el ecommerce superar la desaparición forzada de las cookies, pues es capaz de identificar a los usuarios en segmentos de intereses comunes según los daros de su comportamiento en la red. De hecho, Google ya trabaja en un proyecto para dar respuesta a esta necesidad: FLOC (Federated Learning of Cohorts).

En paralelo, vamos a ver cómo los boots de atención al cliente, que hoy nos desesperan cuando sus respuestas pregrabadas que no son suficiente para atender nuestras demandas, son capaces ya de responder a los clientes generando respuestas realmente adecuadas a cada necesidad y además, con caras humanas generadas mediante IA específicamente para el rol que desempeñan. 

La aplicación de la IA no va a ser opcional, como no lo fue la industrialización y las empresas que renuncien a hacerlo quedarán reducidas al papel irrelevante (en términos económicos) en el que han quedado los artesanos. Nuestra consultoría de implantación de la IA permite a las empresas analizar las posibilidades de aplicación en cada compañía y anticiparse a lo que va a venir.  Porque llegar, va a llegar.

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