ELCHE. Tal y como estaba previsto, el jueves tuvo lugar en la sede de la agrupación socialista ilicitana el Consejo Político Asesor de Mayores, que había requerido la presencia de los dos candidatos a la secretaría local del partido en Elche: Alejandro Soler y Ana Arabid. Cada uno hizo sus respectivas propuestas con respecto a sus candidaturas ante varias decenas de asistentes. Sin embargo, hubo varios puntos en comunes, uno de ellos, el de acabar con las conocidas ‘familias’.
En ese sentido, el exsecretario local Alejandro Soler explicó que era necesario “acabar con los grupos y subgrupos” de la agrupación, lo que comúnmente se ha conocido como las ‘familias’ dentro del partido. Aunque indicó que en alguna ocasión puedan haberle hecho daño, apuntó que es necesario acabar con ellas para que el partido pueda remar en una misma dirección y no tener en cuenta si un determinado militante pertenece a uno u otro bando. En términos similares se expresó la aspirante y concejal de Hacienda Ana Arabid, que habló explícitamente de “familias”, y enfatizó en que hace falta “hablar más de política y de problemas reales que no de movimientos internos”. En su opinión, esta puede ser una de las posibles causas por las que la agrupación tiene el número más pequeño de militantes desde hace tiempo.
Sobre las llamadas familias, la última aparición clara de las mismas fue no sólo la de la presentación de la candidatura de Arabid, respaldada por la de José Pérez y la de Carlos González, sino la pugna que hubo entre estos y la de Ramón Abad y María Dolores Asencio en las primarias de 2014. En una maniobra a última hora, Pérez apoyó la candidatura del actual secretario y alcalde, Carlos González. Desde entonces, los movimientos de las facciones han sido continuados, hasta llegar a la situación actual, con el sanchismo fuerte en Elche, donde el oficialismo de González, apoyado por Ximo Puig, sendos haciendo lo propio con Susana Díaz, están hoy arrinconados. Y con la candidatura de Soler aunando a su alrededor a la familia de Abad, y devolviendo el gesto a Héctor Díez, que llegó a ser el candidato pactado para las primarias de aquél entonces.
Aunque a priori las diferencias son visibles entre los apoyos que va a tener cada candidatura, ambos son conscientes de la necesidad de romper con esta situación, que se ha convertido en habitual en los últimos años —con jugadas como las afiliaciones repentinas de cara a votaciones—, para poder aspirar a renovar la alcaldía en los comicios del próximo año. Necesitarán un partido fuerte para abordar el escaso reto que queda de legislatura, ya que los problemas se van amontonando en el seno del tripartito: Mercado Central, Nuevos Riegos El Progreso y ahora La Corredora.
Por otra parte, ninguna novedad en el discurso de ambos. Soler fue más concreto con sus propuestas, incidiendo en la necesidad de doblar la afiliación —hoy en torno a algo más de 500 personas—, la inclusión de la juventud en la vida orgánica y acercarse a las organizaciones sociales. Algunos planteamientos, aunque más genéricos, que también puso sobre la mesa Arabid, para quien es fundamental el consenso y tener un partido “unido y cohesionado”, además de que la agrupación sea una “fábrica de ideas” que trasladar a los representantes en las instituciones.