ELCHE. En una de las últimas juntas de gobierno local, en la tanda de licitaciones de obra para nuevas viviendas, algo en lo que la ciudad está empezando a recuperar el equilibrio, se anunció la autorización para la construcción de nueva vivienda en el lugar donde se ubica el centenario edificio —de 1914— de Nuevos Riegos del Progreso, lo que implica demoler parte del edificio. Una de las fachadas da a la Plaza de la Constitución, justo enfrente de UGT, y otra a la calle peatonal Empedrat, donde se ubica la parte nueva de Riegos del Progreso y que está protegida. Sin embargo, echar abajo parte de este inmueble no ha gustado en el seno de varios de los colectivos por la defensa del patrimonio local.
En concreto, en el interior del edificio aún se encuentra la sala de venta de aguas, una actividad histórica que en este inmueble de Nuevos Riegos del Progreso se remonta a los albores del siglo XX, aunque el material que había dentro, como pizarras para apuntar las operaciones de compra y venta así como la cantidad de agua comercializada, además de los bancos de espera, ya no se encuentran allí. Según el Grupo en Defensa del Patrimonio Local, quien está haciendo gestiones para intentar dar marcha atrás a esta decisión, estos se encuentran en el museo de Puçol.
Dado que este edificio es uno de los pocos edificios del viejo patrimonio que quedan en el casco histórico ilicitano, están explorando vías legislativas para ver si se puede impedir que se acabe derruyendo el edificio y construyendo nuevas viviendas, que será lo que presumiblemente pase dado que el Ayuntamiento ya ha aprobado la licencia de obras. Según indican desde la plataforma, “aquí ha habido una actividad histórica, y en pocos sitios de España debe quedar una sala de venta de aguas como esta”. Precisamente la que se va a derribar es esta parte de la histórica sala de ventas y la mayoría del patio interior, salvo tres metros que no se pueden tocar por ley y que están junto a las nuevas oficinas.
Asimismo, mientras que la fachada de la nueva sede —en Empedrat— está protegida, no lo está la que da a la plaza de la Constitución, vieja y deteriorada teniendo en cuenta su edad. Así que desde este grupo están intentando averiguar por qué no está protegida, ya que indican que puede que hubiera un tiempo en que sí estuvo protegida, por lo que están investigando por qué ya no es así.
Durante los años 90, la sociedad decidió vender parte del edificio, incluyendo dicha sala de venta de aguas y el patio interior y se quedó la parte que da a las oficinas de Empedrat. En su momento los propietarios intentaron construir ahí, pero había que retranquear el edificio y tampoco hubo voluntad municipal. Así que no ha habido movimiento en ese sentido hasta ahora. En cualquier caso, desde este colectivo lamentan este asunto, y señalan que “es otra muestra más del desdén del Consistorio hacia su patrimonio. Es un edificio de 100 años del patrimonio industrial que se va a ir al traste para construir nuevos edificios”. Lo califican como “un nuevo atentado contra el patrimonio local”.
Asimismo, y en lo que respecta a patrimonio, el pasado martes empezaron las terceras catas arqueológicas del Mercado Central para seguir con el proyecto y comprobar qué hay en el subsuelo. En este sentido, desde los colectivos en lucha contra este nuevo proyecto denuncian que con el vallado que hay no se podrán ver las nuevas excavaciones dentro del edificio, cosa que sí se podía hacer en la segunda fase por la instalación de cámaras. Ahora sólo hay algunas partes transparentes y onduladas en el vallado. Y precisamente una de las partes opacas está, según indican, sobre el refugio de la Guerra Civil que hay según indican desde Salvem el Mercat, que explicaron en su momento que la ubicación está indicada en los planos municipales. Asimismo, los comerciantes de la zona de la Plaza de las Flores ya han solicitado que uno de los lados se ponga todo transparente porque hay mucha oscuridad.