Carlos Mazón va a por todas. Isabel Bonig, a por peras. El mundo al otro lado del río es un niño de diez años que, abandonado miserablemente en el desierto de Texas, desesperado ante el abismo y supereducadísimo, suplica, por favor, señor, ayuda. Persas y fenicios intentan colocar al concejal Adrián Pérez Santos -y lo que le colea- como sucesor de Luis Barcala. Capaz de, sin bajar de su platillo volante, incomodar al colectivo gitano, empresarios desencantados, creyentes despeinados, a peregrinos y medusas púrpuras, y, en especial, a Vox. Toni Cantó, rejuvenecido y venenoso, está destruyendo toda esperanza de entendimiento en el confuso y tormentoso mercado de Ciudadanos. Mari Carmen Sánchez, aburridísima y esplendorosa en su rincón, bellísima como una obra inacabada de Michelangelo Buonarroti, no le coge el teléfono al líder de la oposición. La izquierda alicantina pisa el barro para desatascar la ciudad y desbrozar el Barranco de las Ovejas. Aunque Xavier López y Natxo Bellido no están nada mal, la tarea fundamental le corresponde al líder de los socialistas. Todo Alicante, y un servidor, fan total, está pendiente del anuncio de la decisión definitiva de Paco Sanguino. Algunos miran al Palau de la Generalitat. La Santa Faç impartirà la seua benedicció des del Benacantil. Amén.
Los neandertales somos nosotros. José María Aznar López es la traza salvaje que quiere imponer su ADN terraplanista a Pedro Sánchez y a Su Majestad el Rey Felipe VI. Para eso, el viejo halcón de las Azores lanza en diferentes modulaciones, intensidades y escenarios pero idéntica estrategia a Isabel Díaz Ayuso y Santiago Abascal -Marta y Marilia- que, definitivamente, han unido sus destinos. El trumpismo y el neofascismo manoseando el victimismo del acosador. Sin complejos y a lo loco. La avispa asesina se extiende por España a gran velocidad. Aunque siempre hay descerebrados o gente a sueldo que tira adoquines. La estupidez está bien repartida. También en la izquierda. Pablo Casado espera que pase pronto el santo cáliz intentando contener a sus barones. Muy lejos, en Galicia las vacas ciegas también rumian oliendo pasar el tren. Alberto Núñez Feijoo prefiere reservarse. Y aparecer para hacer las pertinentes correcciones a pie de página. Adrián Ballester, con exquisita moderación, hace lo propio aquí en Alicante, Distrito Digital. España está oscuras. No importa la pandemia. Toda la luz cae sobre Madrid. Capital de la Confederación. Asaltemos el Capitolio. Búfalos bramando.
Desde Moncloa se desmiente el adelanto de las generales tras el 4 de mayo. En el Palau de la Generalitat no se descarta nada. La maquinaria está engrasada. La llamada a las urnas se desencadenaría en cascada. Ximo Puig es puro sentido común. El próximo miércoles se inician las negociaciones para que las farmacéuticas cedan las patentes. Ante el "no me comparo con Valencia, solo con las capitales europeas" de la reina de África de Chamberí el PPCV guarda un tenso silencio. Ni Mónica Oltra, reglotada por el "provincianismo" de ayusismo, ni Pedro Sánchez se cierran a la compra, como Angela Merkel, de la Sputnik V. Existen vacunas cubanas. El mundo se queda sin kétchup. Felipe de Edimburgo muere justo en la víspera de la reapertura mañana de los pubs en el Reino Unido. Espiral de violencia en Irlanda. Marte no se secó de una sola vez. Tirantez entre Ursula von de Leyer y Charles Michel. Dos sillas, un sofá y el inaceptable imperio machista del Erdogan, al que Mario Draghi ha calificado como "dictador necesario". Aquí salta la acequia Gerard Fullana amb la seua aixà. Y medio País Valencià se me pone nervioso. Y fotovoltaico. Cantemos al amor de nuestros amores.
En este momento mis compañeros David Martínez y Rafa Burgos cruzan la pantalla y el suelo y el cielo de la redacción barriendo porque ya lo he dejado todo perdido de negritas. Zahi Hawass anuncia el descubrimiento de Luxor, la ciudad extraviada en el oro del tiempo. Nos ha dejado Pepe Sena Calabuig sin el que no se puede explicar la historia reciente de la industria musical de la Comunidad. Eduardo Mendoza declara "tengo la sensación de haberlo dicho todo ya". Joe Biden tacha de "epidemia" y "vergüenza internacional" la violencia con armas en USA. Pau Gasol ha vuelto. Imperdible el artículo Ramon Llul: màquina fantàstica de pensar en El Pais. Joan Ribó i el port de València. La paella reclama ser reconocida "bien de interés cultural" por la Unesco. Yolanda Díaz declara "voy a tender puentes, la política del ruido y los muros no lleva a nada". El colorín sin fisuras y hasta la mismísima Gloria Lomana alaban el impecable estilo de la flamante ministra comunista. A la que comparan con Letizia Ortiz. Ya estamos.
Mañana de primavera. Viernes. 8:25 de la mañana. Llueve en Alicante. Todo va perfecto. ¿Puede mejorar algo mi vida?. Sí, la columna de Carlos Arcaya en Radio Alicante Cadena SER que acaba literalmente: "La zanahoria de Ximo Puig, y él lo sabe, se le está poniendo blanda". Radio en estado puro.
Estoy cruzando el Golden Gate. Llueve. Intensamente. Ruge el Pacífico. Desnudo, enciendo el fuego. Se escuchan los disparos y los ciervos cayendo. Grito con todas mis fuerzas en la oscuridad de la sierra Espadán. Mi nunca bien considerado ni pagado Herr Direktor Miquel González me suelta: "fotre, una altra volta no aplegues". Desde Benissa empieza a dictarme modo Cuadernos Rubio: "…El mundo, al otro lado del río es un niño de diez años…".
Me salgo del pupitre, escribo lo que quiero, y siento que seguro estoy entrando en sus pupilas y el brisa de su conciencia, querido lector, para quedarme puede ser dos frases o unos minutos. Quizás toda la vida.
No, no se ven. Pero un poco más allá de la nieve están las islas.