ELCHE. El Elche CF sigue acumulando problemas. El equipo franjiverde, cuando parece que ha trazado un camino recto con escuadra y cartabón, se empeña en emborronarlo convirtiéndolo en un sinuoso zigzag. Más allá de la disyuntiva entre el querer y el poder, los ilicitanos redundan en una pasmosa irregularidad que, en muchas ocasiones, es más problema propio que ajeno. El conjunto de Alberto Toril ha tenido siempre una máxima, el buen trato del esférico. Todo lo que sea alejar a este Elche CF, y a sus jugadores, del cuero es sinónimo de poner obstáculos a su forma de entender el fútbol y en las últimas jornadas al equipo se le está olvidando crecer en torno al balón.
Sin pelota no eres nada. “Gracias, vieja” decía Di Stéfano. No es casualidad que este Elche CF sea el más goleador y el más goleado. Con balón puedes, y debes, defenderte; sin él, tus opciones de ganar un partido se reducen. El Elche CF ha renunciado de forma descarada en sus dos últimos encuentros a la posesión. Poco importa que sea por superioridad rival o por falta de argumentos propios si no eres capaz de encontrar la solución al problema. La imagen de impotencia de Juegos Mediterráneos se acrecienta por el marcador en contra, pero la hoja de ruta del pasado viernes es exactamente igual a la trazada hace siete días en el Martínez Valero. El problema es que parece que ganar al Real Valladolid ha sido más negativo que positivo por el camino de espejismos y falsas ilusiones generadas que tapan un resultado positivo.
Querer repetir un planteamiento en el que dependes de algo tan fundamental como tu seguridad defensiva, muy frágil (23 goles en contra, máximo goleado), sin aportar el plus del ataque en torno al balón, el más importante de la categoría (23 goles a favor, máximo goleador), tiene demasiados riesgos. Los franjiverde han tropezado con la misma piedra ante Real Valladolid y UD Almería. El resultado lo tapa todo, tanto como para incluso hablar de seguridad defensiva y partido completo. No restaré méritos a los que defienden la franja verde pero la pólvora de los castellano leoneses no es la misma que la de los andaluces y eso se nota hasta el punto de que un resultado se incline a tu favor o en tu contra.
Peor que no tener pelota es entregarla. Que te la quiten es cuestión de capacidad pero que la desprecies es cuestión de capacidad y de voluntad. No paso por el aro de la personalidad a la que se remite Toril. El jugador del Elche CF, el que tiene que mover y querer el cuero, es pura personalidad pero sobre todo, calidad. Dudar del manejo de hombres como Matilla, Álex Fernández o Dorca, futbolistas hechos por y para sobar el balón, es una excusa tan innecesaria como los galimatías tácticos que se dibujan sobre el césped. El fútbol es más fácil y, aunque no siempre dos más dos son cuatro, a mi me han enseñado desde pequeño que cuanto más tienes la pelota menos la tiene tu rival. ¿Incapacidad? Me resisto a creerlo.