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el sur del sur / OPINIÓN

Y don Ángel hizo de Neymar

6/08/2017 - 

El congreso del PSPV, celebrado este pasado fin de semana en IFA, deja dos máximas: ser sanchista en la ciudad de Alicante es una condena (política), como otrora lo fueron los seguidores de Joan Romero, y el viejo lermismo, hoy convertido en el movimiento ximista, ha devuelto a los altares al ex senador Ángel Franco, que se ha convertido en un verdadero Neymar. Le ha hecho una pirueta a todos aquellos que lo querían ver fuera del partido, con las hipotecas reputacionales que pesaban sobre él.

Ángel Franco siempre ha jugado a estar con la mayoría. Y a ser posible, a dominarla y controlarla. Y si para ello, ha sido necesario pactar con el contrincante interno, lo ha hecho. Lo hizo en su día con Carmen Sánchez Brufal y con Leije Pajín, más tarde, para consensuar listas locales o, incluso, de ciudades vecinas.

Esta vez, pasado el vendaval del caso Brugal, en el que tanto él como su compañero Blas Bernal, fueron señalados por la Policía y la Fiscalía, pero no por el juez, ha vuelto y lo ha hecho con más fuerza de la esperada hasta el punto de ser el dirigente político que, junto a primos de Gandía (Alfred Boix o José Manuel Orengo), más gente ha colado en los órganos de dirección del PSPV. Más incluso que la ciudad de Elche, con sintonía plena con Ximo Puig, porque Franco cuenta como suyos, entre otros, a Julián López; Juan Serna, Gabriel Echávarri, Miguel Millana, Sandra Martín, Loles Cardona, el propio Blas Bernal e incluso a Rosana Arques, de Izquierda Socialista. Es decir, que para ser un apestado del PSOE, como se le definía en los años de mayor intensidad del debate de casos de corrupción, Franco ha salido a flote y cacareando. Está donde siempre ha querido estar: con la mayoría y siendo parte esencial de la estabilidad. Ahí, es donde mejor se maneja para sus logros. 

Parecido a lo de Neymar, si nos dicen hace seis meses que iba a ser el hombre del congreso, no nos lo creemos. Pero ahí está mando en plaza, como Neymar, pero en el PSG.

Y claro, Franco, que ha vuelto a mostrar una habilidad brutal y ha dejado descolocado a todos sus enemigos, se ha colado en la new wave socialista, en la que el PSPV emerge con un mensaje y un modelo de partido, no lo olvidemos, aprobado por unanimidad. Otra cosa son las personas. Pero Puig, como Franco, ha aprovechado esta primarias presentarse como el elemento renovador clave del nuevo socialismo valenciano, con tres objetivos definidos: federalismo, valencianismo y modelo económico sostenible. Tres argumentos que Franco no hubiera suscrito hace un año, ni mucho antes, pero como la mayoría los ha validado, pues él ejerce de adalid, como uno más, con tal de apuntalar esa mayoría que él mismo ha cimentado aportando una ciudad y una comarca enteras con los mejores resultados para el president.

Hay que reconocerlo, Puig ha sabido incorporar un nuevo argumentario político (otra cosa es que acierte con los resultados) para pugnar con Compromís y marcar discurso propio respecto a Madrid, pero sobre todo, por hilvanar ya propuestas sobre el futuro de la economía. A diferencia de Isabel Bonig (y César Sánchez) que sigue anclada en los vaivenes del modelo de la Transición y la España del 78, al menos es esperanzador que un líder político recoja en sus discursos retos como la digitalización, la robotización, las nuevas relaciones labores o el cambio climático. Porque el devenir de la economía pasa por ahí, por no decir que ya es el presente con la mercantilización de la vivienda que se está produciendo con el turismo y las plataformas gigantes globales. Llegará un momento en el que o políticos se ponen al día en los desafíos económicos, o la propia economía les dejarán en fuera de juego.

A nivel político, Ángel Franco, conquistada la ejecutiva del PSPV, también busca su particular hito para acabar de rematar la jugada: ansía presentarle a Puig una provincia pacificada, con Rubén Alfaro como secretario general, y con un acuerdo con el sanchista Alejandro Soler, alianza que el propio Soler no acaba de ver por ningún sitio porque, entre razones, los suyos no lo tolerarían. Franco quiere ser contrapeso para ser necesario en esa nueva mayoría.

El desafío del turismo

Las datos de ocupación hotelera de julio, con una ligera caída del 2,3%, son un aviso. Como dijo el propio Toni Mayor, unos datos a tener en cuenta para reflexionar y saber porqué tipo turístico debe optar Benidorm y su área de influencia. La caída está diagnosticada: es turismo nacional, y la fuga, detectada: los apartamentos turísticos. Ambas cuestiones ponen sobre la mesa una diatriba que la administración y el sector hotelero deberán despejar más pronto que tarde: el hotel debe tener un plus de calidad que le diferencie del apartamento turístico, o de lo contrario, siempre perderá el hotel; y qué fiscalidad aplicar al apartamento turístico para que esté regularizado y cumpla con unos mininos estándares de calidad,  como se le exige al hotel. Todo lo que sea afrontar esos debates, será mantener el pillaje y que los destinos pierdan competitividad y calidad respecto a los que optan por el valor añadido. Pues eso. Veremos cómo acaba la cosa. Ya no se puede competir sólo en precio.

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