ALICANTE. En un extraño momento en el que la situación sanitaria le ha dejado a mitad de camino entre la presentación de un nuevo disco y la despedida del anterior, el cantante Xoel López (La Coruña, 1977) asegura sentirse, a pesar de todo, afortunado. Afirma que cualquier oportunidad que le den será buena y necesaria para canalizar sus sentimientos. Tendrá una nueva este sábado, en Noches Mediterráneas, y aprovechará para mostrar las primeras pinceladas de su último trabajo, que verá la luz en noviembre. Si mi rayo te alcanzara es el que considera su mejor proyecto hasta la fecha, un disco en el que asegura cantar desde más profundo de su ser. Las circunstancias personales así lo han dispuesto y él está deseando mostrarlo.
— Momento de transición entre Sueños y pan y el nuevo disco, Si mi rayo te alcanzara, que se presentará en noviembre al completo… ¿Cómo se traducirá eso en el concierto de este sábado?
— Sueños y pan es nuestro disco más reciente, pero lo iremos fusionando con los temas que ya hemos ido lanzando del nuevo disco. Vamos en formato trío, una modalidad que nos hemos inventado para las circunstancias actuales. Sonarán canciones de esos dos discos, pero también canciones anteriores. Aunque lo que más ilusión me hace es cantar los tres singles que ya hemos avanzado del nuevo trabajo: Tigre de Bengala, Joana y Alma de oro. Son conciertos muy raros, con adaptaciones y las fechas cambiando. Todo es extraño y no tan premeditado, pero tocar siempre es bueno y bonito. Nos da un poco más igual estar presentando esto o aquello, porque tocar es la comunión con el público y disfrutar en común, desarrollándonos emocionalmente.
— La música en directo está en un momento duro, pero algunas alternativas como Noches Mediterráneas están sirviendo para amortiguar en alguna medida este golpe… ¿Cómo lo estás viviendo?
— Se agradecen mucho estas iniciativas de gente valiente que hace cosas y apuestan por la música a pesar de la situación. Con el concierto de este sábado, nosotros haremos nuestra actuación número veintidós en esta situación, que ya es mucho. La palabra ‘amortiguar’ me parece muy bien traída porque se trata de bailar a pesar de todo, también como metáfora. Durante el confinamiento, en la fase más dura, yo no dejé de hacer cosas porque para mí es una necesidad. La música y las emociones se cuelan como el agua en cualquier rendija y no hay manera de evitar que eso fluya. Cualquier oportunidad que nos den, servirá para canalizar nuestros sentimientos.
— Si no has dejado de hacer cosas, ¿eso es que este ‘parón’ te ha servido quizá a nivel creativo?
— En un año normal, Si mi rayo te alcanzara habría salido en junio. Estábamos grabando el disco y se nos truncó todo a mitad. Tuvimos que parar, pero lo bueno que trajo es que, cuando empezamos de nuevo, lo cogimos con más ganas. Con una ilusión casi infantil, con emociones a flor de piel. Sin embargo, el confinamiento no lo he disfrutado. Me consta que hay gente a la que le vino bien parar, pero yo estaba feliz en mi vida anterior, en una época muy activa culturalmente y colaborando con mucha gente. Mi plan se truncó y me vi encerrado en casa. Eso no hizo que dejase de hacer cosas; pasé al formato solitario en contra de mi intención inicial. Por otro lado, el disco se retrasa a noviembre y eso no es nada grave, pero era un disco muy coral pensado para una banda grande y ahora tendremos que ir a un formato reducido.
— Hay quien cuestiona esos formatos y el sistema de grandes festivales… ¿Crees que todo esto cambiará a largo plazo o volverán a recuperarse?
— Yo siempre he pensado que los tipos de conciertos que hay son compatibles y complementarios. Yo, como espectador, he disfrutado de festivales y también de salas pequeñas. Como en todo, interesa que haya diversidad. En los grandes festivales descubres grupos que sino a lo mejor no vas a ver porque no los conoces. Cada formato tiene su gracia y su punto. Yo no sería crítico con ninguno porque todos forman parte de la escena musical. Ahora, quizá, nos apetezca tener un contacto más cercano con el público y necesitamos más ese acercamiento porque hay una especie de orfandad en cuanto a la comunión con el público. Supongo que, cuando vuelva todo a la normalidad, volverá a haber un poco de todo, pero no tendríamos por qué elegir. Que sea la gente la que elija.
— Con Sueños y pan aseguras quitarte todos los complejos musicales, pero, ¿cuáles son?
— Es algo que vengo haciendo desde el principio. Tratar de sentirme cómodo con cosas que antes no había practicado. Estilos que crees que te quedan lejos y meter un pie para experimentarlo. No creo que pueda destacar complejos concretos porque no creo que haya sido nunca una persona acomplejada, pero sí he reforzado mis atrevimientos y mis descaros. Mezclar cosas y salirme de lo que estoy acostumbrado o lo que me funciona. Romperlo y volver a rehacerlo de formas diferentes y nuevas. Hay una tendencia natural del ser humano a estar cómodo y yo provoco el no estarlo para poder avanzar. He ampliado mi registro. Son ya muchos discos y llevo muchos años en esto, pero necesito sentir que sigo divirtiéndome y transitando nuevos caminos. Que estoy vivo. Eso va con las personalidades, porque hay otra gente que está satisfecha siempre haciendo blues, folk, rap o lo que sea… pero a mí me gusta moverme y que mi mundo se vaya ampliando.
— ¿Y qué hay de todo eso en este nuevo disco?
— Es un disco quizá más de ahora, aunque siempre será una mezcla, un crisol de muchos estilos y de muchos momentos de la música. No le hago ascos a nada y está todo ahí mezclado, pero creo que es mi disco más actual, con un sonido más de ahora. He hecho discos más clásicos, pero este no es el caso. Hay mucha presencia de la banda en directo, esa idea coral con la que estaba planteado el proyecto global y que quise reflejar también en el disco. Estoy muy contento con el repertorio. Está mal que yo lo diga, pero creo que son mis mejores canciones. Para mí también es único y especial por mis circunstancias personales. Es un disco abierto que busca nuevos horizontes y que quiere gritar desde lo profundo. Es muy emocionante para mí porque canto desde lo más profundo de mi ser. No digo que otras veces no haya sido así, pero quizá he jugueteado más, mientras que aquí va directamente desde y hasta lo más profundo.
— ¿Cuáles son esas circunstancias personales?
— Son personales y no las cuento, pero tiene que ver con situaciones que me han hecho sentir de un modo especial, más que en otros casos.