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Xenia: "Me canto a mí misma. No hay otra persona a la que hablarle"

30/04/2022 - 

VALÈNCIA. Xenia lleva en un viaje musical y emocional desde el primer single que lanzó, y Ruido-0 es una especie de meta de los dos. Ocho canciones que cuentan una crisis existencial en sus letras y que en su música rezuma la potencia del Nuevo Sonido València. Una textura nueva, que viene acompañada del universo visual de Duelo y del trabajo codo a codo con tres productores con los que comparte día a día. Una semana después de su lanzamiento, atiende las preguntas de Culturplaza.

- El orden de las canciones tiene un sentido porque quieres evocar una especie de viaje emocional. Háblame de ello.
- También están en el orden en el que las escribí, quitando Ton Reflet, que la compuse ya hace dos años en el confinamiento. Las primeras canciones simbolizan una etapa de mi vida en la que no estaba muy bien, el disco empieza un poco más crudo, más triste, sin esperanza… Y luego progresa a un estado de tranquilidad y estabilidad, que es donde me encuentro ahora, cuando ha salido el disco. También hay canciones que no hablan de mi vida, no solo hablo de mí; por ejemplo, La ciudad está en llamas, que habla de una situación apocalíptica, o Ya no sé de ti, que la escribí con Nacho (López)

- Que las canciones respondan a un momento muy concreto vital tuyo, ¿cómo afecta al propio proceso de creación?
- Yo hago siempre primero la música, nunca la letra. Me pongo en Ableton, unos beats, me pongo a hacer sintes, melodías, y tal, y cuando ya tengo la estructura, pongo el autotune, cojo el micro y empiezo a improvisar. Canto encima improvisando, como haciendo un freestyle, y hago muchas tomas así. Las barras que se te van quedando chulas, me las apunto; las que no, las voy borrando. Tengo un blog de notas donde escribo letras que luego me sirven, pero la mayoría no vienen de ahí. 

Por lo que preguntas, al ser algo tan improvisado, tu subconsciente va soltando ideas. Si yo canto “y si no hay nada” a lo mejor es porque realmente en mi vida está pasando algo que se pueda correlacionar con eso. Además tengo muchos ganchos. Por ejemplo, suelo hablar de la lejanía en varias letras. 

- En las letras de Ruido-0 hablas de un hastío, un cansancio, unas ganas de huir. Como muchas veces hablas en segunda persona, puede parecer que estés hablando únicamente en un plano amoroso, pero ese grado hastío va mucho más allá, incluso existencial.

- Totalmente. Te puedo asegurar que en todo el álbum, excepto Ya no sé de ti, las demás no van para nadie. No hay otra persona: estaba yo mal, pero estaba mal con mis cosas. Nunca hubo otra persona a la que cantarle. En Otra vez más canto: “No quiero volver allá/no quiero verte llorar”: esto me lo canto a mí misma, como diciéndome “has estado todo este álbum mal y ahora no voy a querer verte llorar”, es algo más introspectivo.

- Y en este puzzle tan personal, una versión con una letra que no es tuya. (Para que no duela, de Albany)
- La empecé a versionar hace muchísimo tiempo, antes de sacar Esfera. Yo a Albany la tengo de referente máxima —incluso la manera en la que compongo las voces tiene su origen en ella—. Para que no duela es una canción que hace con Goa; yo esa parte de la quité y me quedé con las estrofas que me parecían mejores. Albany hace letras muy buenas y cuando leí esta vi algo como muy sentido que en directo puede transmitir mucho. Empecé a cantarla y a la gente le gustaba mucho; pregunté a la discográfica si podía incluir la cover en el álbum, y me hace mucha ilusión poder tener una canción suya en el álbum. 

- Tu eres la compositora de las canciones, pero en tu caso, los productores (Rubén Segovia, Jaime Llorens y Nacho López) son tres personas con las que compartes una relación diaria muy cercana. ¿Cómo se traduce eso en el resultado final? 
- Es que son personas en las que confío muchísimo, tanto personal como artísticamente, y a mí me gusta trabajar en confianza. Yo también produzco y compongo la canción entera, no soy una artista de hacer solo la guitarra y luego llevarla a un productor que haga los sintes. Yo hago una maqueta y luego ya la llevo al estudio. La primera mitad del disco está toda producida por Rubén, que es mi técnico de sonido y es muy refinado, muy perfeccionista y metódico. A veces solo corregimos stems y a veces regrabamos desde cero. Jaime toca la batería y es mi compañero en el escenario; como sabe 100.000 veces más que yo, aunque hago la estructura de la batería, siempre se las llevo a él. 

Nacho ha producido las tres últimas canciones, que salieron de manera súper natural. En ningún momento le dije “vas a ser mi productor”. Estamos los dos en casa y nos ponemos a hacer música. Si nos sale un tema chulo entre los dos, decidimos si es más Margarita Quebrada, más Xenia, una colabo... Estas tres últimas canciones también las ha mezclado Rubén.

- Ruido-0 es tu primer disco, pero no tu primer lanzamiento. Y el contraste con tus inicios es importante. ¿Cómo ha sido esta exploración hasta encontrar tu identidad musical?
- Cuando publiqué Montaña Rusa y Sería lo mejor, prácticamente ya sabía que no era lo que quería hacer. Que era algo bonito con lo que empezar, pero que no era mi sonido. En esa época aún tocaba sola, pero luego se unió Jaime y ya estaba componiendo Esfera. Nos fue muy bien con el EP, pero también sentía que necesitaba algo más acelerado. Las canciones que empecé a escribir y a tocar nuevas ya eran muy diferentes porque yo quiero hacer un directo muy vivo, que la gente se quede con mucha fuerza y que impresione. El viaje ha sido buscar una reacción del público, que baile y cante mis canciones. También fue natural para mí que hubiera más rabia por la época de mi vida que estaba viviendo.

- ¿Esto se va a traducir en un cambio en el set en directo?
- Seguiremos siendo solo en el escenario Jaime y yo, y luego tenemos de técnico de sonido a Rubén, que es una nueva incorporación. Queremos que nuestros directos suenen lo más chetaos posible y para eso queremos un técnico de sonido que nos conozca. Queremos sonar más potentes y más sentidos, y cuando haya presupuesto, también llevaremos visuales de Duelo, que también son los que han hecho todo el álbum.

- ¿Sientes que performas también, que forma parte de tu actuación?
- Sí, me gusta. Por ejemplo, en La ciudad está en llamas o en Para que no duela, hay veces que las he cantado y se me han empañado los ojos. Me gusta como un montón hacer un directo que me acerque al público, pero que el público también se acerque a mí. Es una forma de abrirme en canal delante de la gente. También es performático cuando estoy cansada, veces que estoy muy cansada pero quieres mostrar fuerza.

- Supongo que con canciones tan personales es más fácil ese abrirse en canal. ¿Eso se sostiene en el tiempo? ¿Crees que tu identidad musical va a estar ligada a tu momento personal?
- No, yo creo que va a fluctuar bastante según como me encuentre y en qué momento. No sé cómo va a ser mi próximo trabajo, aunque ya estoy escribiendo nuevas canciones. No sé cómo las voy a encajar ni qué imaginario visual voy a llevar. Cuando tenga que llegar, llegará.

- Está siendo un año muy chulo para los grupos valencianos, parece que de verdad hay una etapa nueva y una renovación de la escena, y además tengo la sensación de que esta vez sí se está percibiendo desde fuera. ¿Cómo lo vives tú desde dentro?
- Estuve hace poco en Madrid y pensé “menos mal que estoy aquí de pasada”. A mí hace un año me habría encantado irme a vivir y hacer mi música en Madrid; a día de hoy, agradezco no haberme ido y haberme quedado en València y haber ayudado también a que la escena aquí se vaya desarrollando. Me parece una escena chulísima de grupos (emergentes y algunos no tan emergentes que ya llevan tiempo) que es muy rica, con un montón de matices y de estilos. No necesitas irte fuera para escuchar ningún tipo de música. 

Y luego, a Ultralágrima les hemos ayudado con el videoclip Jouse (de Duelo) y yo, Duelo también se ha hecho cargo del video de Fantastic Explosion… Es interesante también estar tejiendo caminos comunes que ayudan a que entre todos crezcamos. Es súper divertido y súper bonito.

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